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Ahora, mientras sentía la lluvia intensificarse, supo que debía apurarse, así que con pasos torpes empezó a caminar esperando no pisar mal y caer. Escucho el agua correr y miró con terror como el suelo empezó a hacerse lodo, y ahora estaba formando un canal en forma de río. Se subió a una roca por precaución mientras miraba el canal hacerse cada vez más grande y profundo, ¡Maldición! ¡Sus botas eran nuevas!, ¿¡Por qué no le pidió a Akaza que la acompañará!? Ah, claro, ella se lo negó por quererse ver "Una Omega independiente que se vale por si misma", bien, entonces, solo se quedó parada en aquella roca que afortunadamente era lo suficientemente grande para que no se inundara. Paso así al menos dos minutos, hasta que empezó a sentirse ansiosa de repente.

Se sentía observada, y bastante inquieta.

No supo por qué, pero su respiración empezó a fallar por el miedo, no solo porque la lluvia parecía aumentar más en agresividad, sino porque verdaderamente se sentía acosada.

Un aura bastante pesada empezó a sentirse, y mientras miraba a los lados intentando buscar la razón de sus nervios, se sintió aterrorizada cuando la oscuridad del bosque empezó a hacerse más y más densa. Sacó su celular, y prendió el flash en un intento de sentirse segura, pero entonces, cuando la luz artificial iluminó a quien estaba a pocos metros de ella, sintió un nudo en su garganta.

Era Kyojuro. Ahí, de pie, mirándole con los ojos expectantes a cualquier movimiento de ella entre toda la oscuridad del bosque. El rubio desde que lo vio le había causado una incomodidad enorme y una sensación extraña que no sabría describir, pero no lo odiaba; sabía que era importante para Akaza y por eso mismo nunca le contó sobre su malestar al Alfa. Le sonrió algo nerviosa, inquieta. Intento ser amable, quizá Kyojuro había salido por accidente y lo mejor sería regresarlo a la entrada. Se estaba mojando, sus piernas y zapatos estaban llenos de lodos pero apenas y parecía afectarle, ¿No había mencionado Akaza que era adicto a la limpieza y tenía algo parecido al TOC?

— Oh, hola Kyo. — saludó, mirando atrás del Omega para ver si de pura casualidad Akaza también estaba fuera, sería buena idea pedirle que mejor le acompañe a su auto. No se sentía segura con los canales de lodo que se formaban con más intensidad. También sentía que un impermeable no sería suficiente para no mojarse. — ¿Quieres volver adentro?, está lloviendo. Te puedo... Acompañar si quieres.

Su voz era dulce, suave, sin ningún ápice de hostilidad. Lo que menos quería era algún problema con Akaza al hablarle mal a Kyojuro, también tenía una poca idea de lo mal que estaba y la había pasado el Omega así que no creyó que fuera buena tampoco.

Kyojuro no le respondió, como esperaba. Ella ladeó la cabeza incómoda mientras apretaba sus labios y desviaba la mirada de vez en cuando al bosque y luego a Kyojuro, luego a la mansión y de nuevo al bosque.

El rubio seguía viéndola, sin expresión, sin nada. Solo estaba ahí de pie observandole con ojos de linterna que parecían brillar ante la —cada vez más—, oscuridad del bosque.

La lluvia aumento, el Omega no sé inmutó siquiera.

Pensó que a Kyojuro le daba miedo acercarse por la oscuridad del bosque y por qué no la conocía para darle confianza, quizá también porque Akaza no estaba a su lado y le daba inseguridad estar sin él. Intento por segunda vez hablar con un tono dulce, para intentar darle algo de tranquilidad, se veía tenso, incluso podría jurar que sus manos le temblaban.

— Vamos, te acompaño ¿Si?, Akaza debe estar preocupado por no encontrarte. — avanzó un poco, bajando de aquella roca dando un brinco al pasto elevado otra vez mirando hacia el cerro enlodado y con camino de tierra difuminado. Perdió el equilibrio unos segundos y con sus brazos intento retomarlo, grande fue su sorpresa cuando Kyojuro sujeto de forma fuerte su mano, logrando que pudiera enderezarse otra vez. Se quedó callada unos segundos para después soltar una pequeña risa tímida y sus mejillas se sonrojaron de la vergüenza, ¡Demonios!, estaba dando una pésima impresión — Wuah, gracias, Kyo, ¿Te imaginas si hubiera caid-?

La empujó.

Su cráneo se estampó contra la roca que había usado para subirse minutos antes; entre el silencio de la lluvia y el bosque se escuchó a la perfección el crujir de su cráneo y la roca, antes limpia, empezó a escurrir sangre por los costados, mezclándose con el lodo del canal que estaba intentando llevarse también su cabello ahora suelto. Estaba viva, pero no podía pararse, ni hablar, simplemente dejó de moverse. Solo estaba ahí, mirando al cielo nublado y oscuro. Su celular cayó al lodo también, perdiendo cualquier chispa de luz que no sean los ojos amarillos que le miraban desde arriba sin parpadear.

Observó una sombra acercarse, era Kyojuro. Tenía algo en las manos; lo observó alzar el objeto y sentarse encima de ella. Antes de sentir el golpe en su rostro, lo unico que pensó fue que tan herido se sentiría su hermano, Gyutaro, al no haber llegado a cenar como prometió. Todo se puso negro después.

Kyojuro no paraba de golpear su cara una y otra vez con la misma roca que tenía entre sus manos. La odiaba, la odiaba tanto; ¿Por qué era tan bonita?, ¿Por qué era tan perfecta?, incluso muerta lucía bella y digna de un super modelo, ¿Por qué él no podía ser asi?, la envidiaba tanto, odiaba su sonrisa perfecta, su piel blanca, su cabello sedoso y bonito, ¿Por qué el no podía tenerlo igual?, incluso su aroma era perfecto y el de él apenas y salía amargo, ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?

Fue un golpe, y luego otro. Ella ya no se movía pero odiaba ver su rostro, odiaba su cabeza; su cuerpo, todo. Los sonidos de su cráneo siendo masacrado una y otra vez contra las rocas era lo único que le hacía sentirse tranquilo, su cara desfigurada haciéndose peor con cada golpe le traía alivio y confort. Se sentía bien, se sentía un buen Omega protegiendo lo que, sin duda, era suyo.

Ya no quedaba nada, solo trozos de carne que aplastó y exprimió con sus propias manos con ayuda de la gran roca que rompía su nariz, sus pómulos, su cráneo, su frente; todo. Lo que alguna vez fue su rostro ahora era una masa comprimida de carne sin huesos, era una bolsa de sopa de sesos que estaba pegada a la roca por la brutalidad con la que fue aplastada. Sus huesos ya hacían rotos en fragmentos minúsculos esparcidos por todos lados y su cuello sostenía los últimos hilos de carne que unían algunos músculos flácidos sobre la roca, sin forma y esparcidos junto con los pedazos que quedaban de su cerebro.

«Te odio, te odio tanto, siempre quisiste quitarme todo lo que yo tenía»

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora