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Daki Warabihime era un chica bastante atractiva a decir verdad. Su cuerpo tenía perfectas curvas en sus caderas y muslos; le gustaba vestirse de la manera que mas favoreciera su cuerpo, siendo esta ropa pegada o vestidos.

Ahora mismo estaba pintando sus labios con un bonito e intenso color carmín. Tenía un delineado discreto color negro y rojo en sus ojos, y también se había puesto rubor.

Se veía bien, bastante bien a decir verdad.

Su cabello albino estaba recogido en una coleta alta, y un caro broche de oro con una flor de cerezo adornada su cabellera, dándole un toque ciertamente fino.

Tenía puesto un short negro y un top en forma de brasier dejando ver su estómago; tenían border color rojizos y decoraciones de rosas, haciendo juegos con sus tatuadas piernas y brazos con flores y espinas.

A su lado, su hermano mirandola con atención mientras se quejaba del "por qué se vestía así", "que estaba enseñando mucha carne", "podía ser peligroso", y ella, por supuesto, ignorandolo.

Hace pocos minutos había recibido una llamada de Akaza, diciendo que quería que fuera a su casa lo más rápido posible para hablar sobre un tema delicado.

Y así fue, una vez considero que se había arreglado lo suficientemente bien, se levantó de dónde estaba mientras le dirigía una sonrisita triunfal a su hermano.

— ¿A dónde irás? ¿Y porque tan tarde?

— Apenas son casi las cinco de la tarde.

— ¿Te vas a ir mucho tiempo?

— No, regreso en un rato.

— ¿Porque te arreglaste tanto?

— Me gusta arreglarme.

— ¿A quien vas a ver?

— Gyutaro, ¿Desde cuándo haces tantas preguntas? — Dijo, revolviendole el cabello al Omega, el cuál soltó un gruñido como respuesta.

[ . . . ]

Abrió el portón de la casa con cierto miedo corriendo por sus venas, a decir verdad le había dado un pánico irracional el pensar en todos los posibles y horribles escenarios que podrían haber ocurrido en su ausencia.

Pero definitivamente todo su estrés se fue en cuanto miró a Kyojuro limpiar el suelo con una franela de algodón. Miró a los lados encontrandose con la grata sorpresa de que todo estaba excesivamente limpio, incluso el suelo, en el cuál podría jurar ver su reflejo de lo limpio y pulido que estaba.

Cuando el Omega se dió cuenta de la presencia del Alfa, levantó la vista del suelo pulido y encontró sus ojos; para así, dedicarle una bonita y tímida sonrisa.

— A-Akaz-za.

Dijo, y después se levantó, dando pequeños y cortos pasos hacia el pelirrosa, dejando la franela en el suelo.

Akaza sonrió, y cuando Kyojuro se acercó lo suficiente, le revolvió los cabellos con cariño, para después abrazarlo con cierta fuerza.

— Ya llegué Kyo, ¿Qué hiciste en todo el día?

El rubio sonrió, y después, señaló el suelo y la franela mientras ladeaba un poco su cabeza. A los ojos del Alfa parecía un gatito emocionado.

Gatito.

Cierto, Chachamaru.

Miró a los lados intentando encontrarlo, y finalmente lo vio hecho bolita en el sofá, dormido. No faltó mucho para que el sonido de un claxon se escuchara desde el patio, y cuando giró para ver, Yushiro estaba tras la reja con su casco puesto.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora