[04]

1.1K 127 114
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sekido miraba por la ventana que daba a la calle del segundo piso, más específicamente hasta el fondo del pasillo, en donde estaba la habitación de Aizetsu y frente a ella la de Karaku.

Movía su pierna de manera ansiosa pero su mirada seguía fija enfrente, se sentía ciertamente inquieto.

La razón: el olor amargo a Hiervabuena.

Sabía que no estaba bien, sabía que el menor estaba posiblemente teniendo un ataque de pánico en el baño.

Pero el seguía ahí, mirando a la calle y a la vez a la nada. Sin moverse.

Su hermano podría estar en medio de un colapso nervioso y él parecía finjir demencia.

Pero por dentro se sentía miserable.

¿Por qué no se movía?, ¿Por que no abría la habitación y entraba para intentar calmarlo?, ¿Por qué no le decía que él estaba ahi para él?, Que su físico era tierno, y que su olor era bonito, que le gustaban sus ojos, su rostro, que no necesitaba exagerar con el maquillaje, que estaba bien tal y como era.

Y, a pesar de cuestionarse el porque no hacía nada, solo se limitó a morderse las uñas sin moverse.

— ¿Qué haces?

Sekido brinco en su lugar, y se giró de manera brusca.

— Que mierda te importa. — respondió.

Urogi frunció el ceño, disgustado.

— Sabes que no puedes estar aquí.

El de ojos rojos volvió a girarse dándole la vista a la calle, fingiendo que veía los autos pasar. Sabía que a su hermano le molestaba que se acercara a la habitación de Aizetsu, por algo su habitación era la más alejada a la del menor.

— Escuché un ruido fuerte en la desviación. Pensé que un auto se había estrellado.

Mentiroso.

— Ah, ¿Y si se estrelló?

— No.

— Entonces lárgate.

Urogi abrió la puerta de la habitación de Aizetsu, y entró en ella cerrandola de una portazo.

¿Por qué demonios Sekido estaba actuando tan... Raro?

Una vez dentro, olfateo el aire, encontrando un olor amargo sumamente fuerte y al menor en el baño. Se acercó a la puerta y tocó.

— Ai, debo salir. Te quedas en casa ¿Está bien?, ¿O quieres venir conmigo?

El picaporte se giró, y la puerta del baño se entreabrio, dejando que la mitad del rostro del joven Alfa se asomara.

Urogi no pudo evitar sentirse mal al ver el delineado corrido de su hermano a causa de lágrimas. Estiró su mano para alcanzar la cabeza de Aizetsu, y acarició detrás de sus orejas.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora