Capítulo 26

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Louis, presiento que este es el comienzo
de una hermosa amistad.
Casablanca

Llevaban diez minutos esperando a que Steve y Lorie llegaran. Kai y él habían decidido juntar a sus amigos en una cena, sin contar a Ethan y Alyn que, por supuesto, ya se conocían. Fue idea de Harriet ir a un restaurante de pizzas, a ella le encantaba aquel plato y cada vez que podía intentaba convencer a alguien para ir.

La primera en llegar fue Kai que se apresuró para salir a la hora del trabajo siendo un jueves, uno de los días fuertes. Al minuto apareció su amiga y su pareja, la rubia propuso entrar y esperar a los que faltaban dentro, por lo menos no estarían de pie y pasando frío.

– Le has dicho que hemos quedado en hora americana, ¿no? – bromeó la amiga a causa de la espera.

– El entreno terminaba a las ocho y media, deben estar a punto de llegar – excusó la morena.

– Podríamos haber quedado más tarde – sugirió.

– Pero si fuiste tú la que insistió en quedar a las nueve – intervino el novio de esta, que recibió la aprobación de su amiga.

– Sí, pero tengo derecho a quejarme también –. Ambos se miraron y dejaron ir una risa por lo bajo. Era imposible llevarle la contraria a Harriet, siempre tenía algo que decir.

Justo se abrió la puerta del restaurante y aparecieron los que faltaban, recién duchados y sonrientes. La cara de Kai se iluminó y con la mano les hizo señas a lo lejos para que los vieran. Veía a Steve tan guapo con el cabello rubio todavía mojado, la expresión alegre y la nariz un poco roja por el frío.

– Perdón por el retraso, se nos ha complicado un poco el entreno – se disculpó el rubio mientras se sentaba al lado de la que era su... ¿algo?

– Tranquilo, ya le dije a Max que sería mejor quedar más tarde, pero él insistió que a las nueve y...

– Tendrás morro – interrumpió el pelirrojo a su novia dándole un codazo, a lo que ella respondió con otro más fuerte.

Steve no pudo evitar reírse. Aquella amiga de Kai le parecía de lo más divertida, solo habían coincidido una vez, pero su carisma era digna de recordar.

– En todo caso, yo soy Harriet – se presentó –, y él es Max, mi pareja.

– Steve, encantado.

– Yo soy Lorie su...

– Sombra. Es mi sombra –. Miró con picardía a su amigo.

– Eso mismo – afirmó siguiéndole la broma.

– Y yo soy Kai, todos me conocéis.

– Bien, ahora que ya nos hemos presentado, ¿podemos pedir? Me muero de hambre – sugirió la amiga que se moría de ganas de comerse una gran pizza de jamón y queso.

Era la primera vez que Kai le presentaba alguien a sus amigos, era entre emocionante y vergonzoso a la vez, ya que no tenía ni idea de qué pensaría Steve sobre ellos, pero él se sentía igual. Lorie conocía a Emily y alguna vez coincidieron en alguna comida o fiesta, aun así tenía miedo de que la morena no lo aprobara, era su mejor amigo y no dejaría de serlo por una tercera persona. Eso lo tenía muy claro.

Una vez tuvieron las cartas encima de la mesa, el rubio se inclinó hacia Kai quedando bastante cerca, provocando el embobamiento de esta por sus ojos.

– ¿Qué vas a pedir? – le preguntó en un tono dulce. Ella tardó unos segundos en reaccionar e hizo ver como si estuviera serena.

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