──¿Qué?──Pregunto Hatice mirándome.
Ella ya había regresado de Edirne, y ni bien la llegue a ver, la arrastre hasta mi habitación y le Conte lo que había visto, ella me miro con una sorpresa enorme, lo que ahora nos lleva a esta situación.
──Así mismo quede yo cuando lo vi.──Dije.──¿Qué piensas?
──Que es muy raro, o sea, no es raro, me alegro que a Mahidevran le guste alguien, pero es una mujer del harén no puede.
──¿No puede o no debe?
──No debe, de poder, puede.──Hatice suspiro.──¿Qué haremos?, Esto es literalmente suicidio.
──No haremos nada hasta el momento.──Dije.──Primero confirmaremos que el sentimiento es mutuo, una vez que sea sepamos que es mutuo, los dos pensaremos en una solución.
──Bien, tenemos que confirmarlo, una vez confirmado, veremos como los ayudamos, realmente quiero que los dos sean felices.
Las dos siguientes horas de nuestras vidas nos la pasamos haciendo estrategias para poder descubrir si era Mutuo, pues era evidente por parte de Mahidevran que Uveys le gustaba y mucho.
Y mirándolo desde otro punto, Uveys si era un excelente partido, pues era un hombre guapo, inteligente, con muchas probabilidades, no, un hecho de que iba a ser mi gran visir.
Definitivamente cualquier mujer quisiera estar a su lado y ser la dueña de sus quincenas.
Muy a diferencia mío...Que bueno, lo único que tenia seguro es que en un futuro seria pelón y nadie me querría cerca suyo.
──Mi príncipe.──Una voz seductora hizo eco en mis oídos.──Lo he extrañado tanto, sentí que mi corazón moría al no estar cerca suyo.
Fulane Hatun, o bueno, Mükerrem Sultan, la esclava griega y la primera mujer que estuvo con Suleiman, aquella mujer que perdió todo tipo poder con la epidemia de viruela.
La mire, ¿Por que todas las mujeres del harén eran tan guapas?, la piel de Mükerrem era blanca como porcelana, sus cabellos castaños finamente peinados y unos ojos que te hechizaban, como si fuese una especie de bruja o algo así.
¿Qué caraj-? Ni siquiera puedo decir nada, esto no era un recuerdo mío, yo soy virgen, era un recuerdo de Suleiman.
¡MIS CASTOS OJITOS!
Mükerrem se acerco lenta y seductoramente así mi, el embarazo se le notaba, vaya si que Suleiman y ella no perdieron el tiempo, digo, debieron tener varias veces relaciones como para que ahora estuviese ella embarazada.
Su mano acaricio todo el contorno de mi rostro, haciéndome estremecer ante el tacto, su aliento rozaba con el mío.
Inconscientemente mi cuerpo comenzó a corresponder al tacto y deseo de esta mujer, me fui inclinando para rozar sus labios con los míos, la griega cerro los ojos con fuerza.
Diana, Diana, Diana.
Su recuerdo hizo eco en mi mente y me aparte rápidamente de Mükerrem, esto no estaba bien, no podía, no podía hacer eso con ella.
La sorpresa en el rostro de Mükerrem era evidente.
──Me acabo de acordar que Hatice me esta buscando para algo.──Dije nervioso.
──Pasa mucho tiempo con la Sultana, ¿Es que ya no me quiere?──Pregunto ella haciendo un puchero.
"Hermana, Suleiman nunca te quiso y yo menos, hazte para haya.", Eso no suena muy caballeroso de mi parte, así que me esforcé por darle una sonrisa y decirle que estaríamos más tiempo juntos en su futuro, le di un beso en la frente antes de salir de la habitación.
──Mükerrem es guapa.──Susurre inconscientemente cuando entre al cuarto de Hatice nuevamente.
──¿Tu también caíste en sus encantos?──Pregunto Hatice sorprendida.──Hombre tenias que ser.
──Te juro que no es mi culpa, o bueno, creo que si, pero no es con intención.
──¿Tan rápido te olvidaste de Diana?
──De hecho, Diana fue lo que me impidió llevar más allá la situación.
──Mis ganas de conocer a Diana aumentan cada vez más, quiero saber como es la mujer que tiene el corazón de mi hermano en sus manos.
──Ella es...Mi nuevo sueño hecho realidad.──De alguna manera me acorde de que Rapunzel es la película favorita de Diana.
La cara de Hatice cuando escucho eso, realmente no tiene nombre, estaba sorprendida y parpadeo un par de veces.
──Oh bueno...Es raro que un hombre en esta época se dirija así a una mujer, creo que en tu época es bastante común.
──En un futuro hasta nos humillamos por ellas, con tal de verlas felices somos capaces de hacer de todo.
──Quiero nacer en el futuro.──Susurro Hatice.
──Ey, no digas eso, encontraras a alguien que te quiera mucho.──La abrace.──Tu vales mucho.
──Como el poder te llegue a corromper me va a doler en el alma.──Sonrió Hatice, mientras me devolvía el abrazo.──No cambies nunca, te quiero mucho Mateo.
──También te quiero Hatice.
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¿Ahora soy Suleiman?
Historical FictionMateo, un joven que es considerado el nerd del salón, no tiene vida social, mucho menos amigos, bueno, si hay una, pero no es muy relevante para él. Su único pasatiempo es leer libros e investigar sobre la historia otomana, su favorita admiraba much...