15| Sehzade Mehmed.

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Habían pasado algunos meses desde que me entere del embarazo de Diana, cuyo nombre ahora era: "Neylan

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Habían pasado algunos meses desde que me entere del embarazo de Diana, cuyo nombre ahora era: "Neylan.", bueno, siempre fue Neylan, no más que yo preferia llamarla Diana.

En estos meses le había quitado cualquier derecho que pudiese tener Mukerrem sobre Raziye, claro que esto fue todo un tema, pues la Valide odiaba la idea de separar a una madre de sus hijos, pero, ¿Que se hacia si la madre era una loca?

De cualquier modo, mi palabra estaba sobre encima de la suya, y tuve el apoyo de mis hermanos, mi cuñada y mas importante de mi amada.

Y a Mukerrem no parecia importarle mucho que Raziye no estuviese bajo su cuidado, por lo que ahora ella estaba bajo las alas de Diana, la cuál parecía más su madre que Mukerrem, donde sea que estaba ella, estaba Raziye, siempre estaban juntas.

Volviendo al presente, por fin me levante con todo el animo del mundo, por única vez en mi vida no me había levantado de mal humor.

Con una sonrisa en la cara decidí voltearme y ver a cierta pelirroja que aún dormia, su abultado vientre de aproximadamente ocho meses la hacia ver hermosa, o sea, ya es hermosa pero ahora lo era más.

La abrace cariñosamente, evitando ponerle mucha fuerza, y enterre mi cabeza en su cuello.

──Quítate, incomodas.──Dijo la pelirroja poniendo una mano sobre mi cara.

──Que romántica.──Bufe molesto mientras me apartaba.──¿Como amaneció mi Sultana?

──Con frio.──Dijo envolviendose entre las sábanas por completo.──Así, tu hijo tiene hambre, quiero un pate de cangrejo con galletitas, muchas gracias my love.

Gire los ojos y la mire directamente a los suyos, sus ojos celestes brilllaban más que de costumbre.

──Neylan, no seas idiota, no puedes comer mariscos.

──Bien, en ese caso quiero una pizza.

──¿Y yo de donde voy a sacar una pizza?

──Dile al cocinero que me la prepare, ni que estuviera de adorno.

──¿Eres o te haces?

──Soy.

──Con razón.──Solte una leve risa.──Todavía la pizza no es un invento conocido, pide algo que realmente sea posible.

Diana comenzo a reir levemente y cuando me iba a responder entro una pequeña niña corriendo.

──¡Buenos dias!──Raziye saludo mientras se subia a la cama.

──Terremotico.──Sonrió Diana besando su cabeza.──¿Has dormido bien?

──Si mami.

Sonreí y abrace a mi pequeña sultana, mi Raziye, mi amada hija, la luz de mis ojos.

──¿Y bien?──Le pregunté a Diana.

──Pan con queso.

──Listo, eso desayunaremos.

──¿Puedo comer fresas con leche?──Pregunto Raziye.

──Yo creo que sí.──Respondí con cariño.

Mire a Neylan en busca de su aprobación para el desayuno de Raziye, pues, ella siempre velaba por la salud de la pequeña sultana y ni queria una discusión a causa de unas fresas con leche.

Pude ver como la pelirroja comenzaba a palidecer y un grito de dolor salió de sus labios.

Entendí todo, grite a los guardias que trajeran a la partera para que comenzaran con su trabajo.

La mujer nos pidio que nos retiracemos de la habitación y que no entrara nada.

Salí de alli con Raziye en brazos, pensando como había pasado esto, ¿No se supone que faltaba todavia un mes? ¿Y si el niño estaba mal desarrollado? ¿Y si el niño estaba muerto? ¿Que había pasado?

──Papá, ¿Que le paso a Mamá?

──Ella esta trayendo a tu nuevo hermano.

──¿No los traía una cigüeña?

La mire desconcertado sin saber ahora si que decirle, una voz milagrosa me salvo.

──Tu mamá esta conversando con la cigüeña.──Dijo una Tica sonriente.──Mi sultán.──Reverencio.

──Hermana querida.──Saludé con una leve sonrisa.──Cuñada.──Dije viendo a la mujer que venía detrás.

La luna de buena fortuna estaba nerviosa, inmediatamente ambas preguntaron por Neylan, les dije que toso estaba bien y deseaba que esto saliera bien.

Conforme pasaban las horas, empezaron a llegar Handan, Mukerrem y la madre sultana, esperando las noticias a fuera, noticias que fueron dadas después de siete horas.

A las dos en pundo de la tarde de un  treinta de septiembre nacio mi primer hijo con Diana.

──Felicidades mi Sultán, es un varón saludable.

Con solo oir esto entre a la habitación y mire la tierna escena de la pelirroja cargando a nuestro pequeño sehzade.

──Es precioso.──Dije mientras lo tenía en brazos.

──Le pones Mehmed y te ejecuto.──Dijo desafiante la pelirroja.

──Neylan...

──Diana, Bestia, Neylan nunca existió.

Solte un suspiro implorando paciencia y luego volvi a dirigir mi vista a ella.

──Bien, señorita Neylan.──Dije ignorando lo último.──Hagame el favor de nombrar a Mi sehzade.──Dije sarcásticamente.

──Mehmed...──Dijo ella con una voz Dulce y maternal.

──¡Diana!──Grite con enojo, ¿Esta que?

──¡Mateo!──Grito ella en el mismo tono.

Resople y me sente a su lado, acariciando la cabeza de mi Mehmed con la yema de mis dedos.

──Lamento mucho no haber podido cumplir con el deseo de Raziye, ella queria una hermana.

──Hey, no te preocupes, recuerda que la próxima sera una niña.

──Cierto, la gran Sultana Mihrimah.

──Todavía falta para ella.

──Lo sé.──Diana colocó su cabeza sobre mi hombro.──Voy a dormir un rato, estoy cansada.

──Claro, yo los cuidare a ustedes por el momento.──Dije suavemente mientras abrazaba con suavidad su cuerpo.

¿Ahora soy Suleiman?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora