03|Acostumbrandome a mi nueva vida

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Sobreviví épicamente a la cena con Yavuz y Ayse Hafsa

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Sobreviví épicamente a la cena con Yavuz y Ayse Hafsa.

Y claramente Hatice estaba dictandome todas las respuestas con la mirada y salvandome de algunas preguntas cuando ni sabia que responder.

Te quiero mucho, Sultana con cuadros mentales que no se conocían en la época.

Ahora caminaba junto a mi hermana por los pasillos del palacio de Manisa, hablabamos de todo y nada a la vez.

──Es por eso que esta así la situación.──Explico Hatice.

──Entendido.──Sonreí.──Mi deber ahora es ayudar a solucionar los problemas de la gente, ¿Se viene la helada?

──Si, es tan previniendo de que esta sera más fuerte que las anteriores.

──Bien, lo mejor sera ir viendo que no les falte comida y ropa abrigadora, me encargare de eso luego.

──Creo que seras un buen Sultán, Hermano.──La otomana me miro.──Pues, tú te estas preocupando más por ellos de lo que hubiese hecho él Suleiman real, él ahora mismo estaría pensando en ganar territorio que en cuidar al pueblo.

──Algo de lo que Suleiman se medio olvido fue cubrir las necesidades del pueblo, se preocupó mas por los jenizaros que otra cosa.

──Eso es cierto.──Hatice me miro.──Pero en fin, a pesar de estar en el mismo cuerpo son diferentes personas.

──Somos diferentes almas.

──Si, cierto, me olvido de eso.──Hatice río.

Luego de eso pasamos el resto de la tarde normal, ambos pegaditos el uno al otro.

Esto llamo la atención de Ayse Hafsa, pues para nadie era secreto que la hermana favorita de Suleiman realmente era Sah.

Muy a diferencia de lo que se mostró en la novela, Suleiman adoraba a Sah por encima de sus hermanas, a pesar de que esta no compartia sangre del todo con él.

Aunque era cercano a todas sus hermanas, pero Sah predominó entre todos.

Pero de igual modo, Ayse Hafsa no hizo comentario alguno, pese que no odiaba a Sah, le gustaba la idea de ver a sus dos hijos juntos convivir.

Por que algunas veces, por lo que me contó una Kalfa, Suleiman y Hatice se peleaban de la nada.

──Tengo hambre.──Dijo Hatice sentandose en el sofá y mirando por la ventana.

──Yo igual.──Me deje caer sobre el sofa, al lado de Hatice.──¿Sabes? Se me antoja una hamburguesa con doble queso y con sus papitas fritas.

──¿Hamburguesa?──Pregunto la otomana.

──Si....──Hice una pausa.──Es cierto, tu nunca has comido una hamburguesa, vamos.──Me levante y la tome de la mano.

Los siguientes minutos me la pase arrastrando a Hatice por todo el palacio de Manisa en busca de la cocina.

Al ser hijos del sultán reinante no podiamos acercarnos o hacer cualquier tarea que hiciesen los sirvientes, nosotros no estabamos a su nivel.

Personalmente, creo que todos podíamos hacer lo mismo.

Cuando encontre la cocina, me metí dentro junto a Hatice, la cual miraba curiosa todo.

──¿Y ahora?──Pregunto viendo como me quedaba quietó en una esquina.

──Pues....Diana era la que conocinaba....Y ella sabe de estas cosas..──Reí levemente.──Pero, no debe ser tan difícil hacer una hamburguesa, ¿Me ayudas?

──¡Claro!──Exclamó ella con emoción.──Aunque nunca he cocinado.

Al pasar los segundos, me di cuenta cuanto necesitaba a mi bastón de Zanahoria, pues realmente estaba perdido.

Cuando Diana lo Hacía, no se veía tan difícil como cuando lo hago yo.

Necesitaba a Diana a mi lado, habia comenzado a extrañarla mucho últimamente.

Era broma cuando le dije que no queria volver a verla.

Fuera de mi extraña manera de acordarme de una loca.

Al cabo de algunos minutos me encontre friendo las hamburguesas, le encargue a mi mano derecha que cortase los pancitos y lavase la lechuga.

En realidad, se suponia que Hatice iba a freír la carne, pero se asustó al ver como salpicaba el aceite, por lo que ahi estaba ella, picando tomatito.

Terminamos de hacer todo en aproximadamente dos horas, (hubieron demasiadas fallas técnicas, es que también nosotros, ¿Como se nos ocurre meternos a cocinar sin saber siquiera hervir agua?)

¿El resultado de la hanburguesa?

Ni buena ni mala, a Diana le quedan mejor.

La mia estaba media quemada y la de Hatice estaba media viva.

Las papas, algunas crudas u otras quemadas.

Un asco nuestro intento de hamburguesa.

──Miremos el lado positivo.──Dije cuando volvimos a la habitación.──Tenemos una nueva anécdota.

──A este paso vamos a tener un montón de anécdotas.

──Pero no teniamos esta.

Ambos reimos a carcajadas cuando termine de decir esto, el resto del dia fue normal.

Lo único que cambio fue que en el almuerzo comimos comida de calidad y no cosas quemadas o medias vivas.

¿Ahora soy Suleiman?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora