10| Ascensión al trono

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Desde la última conversación que tuvimos Hatice y yo, habíamos comenzado a sospechar de todos en el palacio, pues no sabíamos exactamente de quien debíamos protegernos o como hacer para evitar la muerte de Selim

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Desde la última conversación que tuvimos Hatice y yo, habíamos comenzado a sospechar de todos en el palacio, pues no sabíamos exactamente de quien debíamos protegernos o como hacer para evitar la muerte de Selim.

Estábamos sospechando de todo y de nada, nuestra relacion con Uveys y Mahidevran había cambiado un poco, seguíamos hablando con ellos, pero ahora lo hacíamos con cautela.

Una de mis sospechas fue también Mükerrem, por que si se sabe que era bien creída la maldita, pero realmente no tenía poder alguno como para envenenar a un Sultán.

Esta situación nos carcomía por dentro a Hatice y a mi, y más ahora que Ayse Hafsa había dejado de enviar cartas con información importante, ahora estábamos el doble de estresados.

──¿Qué haremos? Ya no hay noticia alguna de lo que ocurre en la capital.──Hatice miraba retraída a la ventana.

──Esta vez no tengo ningún plan, no puedo explicar nada.

Hatice tomo mis manos con cariño y luego acaricio mi cabeza, habíamos descubierto hace poco, que eso me calmaba.

──Encontraremos una solución, lo haremos.──Hatice sonrió y se levanto.──Ven, vamos, quiero que me acompañes al jardín.

Di un suspiro antes de levantarme y seguirla por los pasillos de Manisa, hoy ella estaba de un muy buen humor, a diferencia del resto de días, lucia radiante.

Eso me alegraba, prefería tenerla feliz que enojada, preocupada o triste como anteriores veces, prefería verla saltar por los pasillos y tararear canciones como ahora.

──Te voy a colocar esta venda.──Hatice me cubrió los ojos con un trapo negro y comenzó a guiarme hasta el jardín.

Íbamos todo el camino riendo y haciendo bromas de que en algún momento iba a caerme, pero ella aseguraba que no iba a dejar que eso sucediese.

al llegar al jardín, me quito la venda de los ojos, mientras me daba vueltas, dejándome medio atontado.

──¿Qué demonios..?──Pregunte sorprendido al ver una mesa con dulces decorada y al centro a un pastel, al lado derecho de la mesa estaba mi pequeña Mahidevran, al lado izquierdo estaba mi hermano y en el medio estaba Hatice con su brillante sonrisa.

──¡Feliz cumpleaños!──Gritaron los tres al mismo tiempo, sorprendiéndome.

Hoy era seis de noviembre, evidentemente cumpleaños del Sultán Suleiman, y mío, tenía la suerte de haber nacido el mismo día, de lo contrario, estaría confundido mirando a todos lados.

──Felicidades, ya tienes dieciocho.──Dijo Uveys mientras que me abrazaba cariñosamente.

──Le traje este humilde presente, alteza.──Comenzó Mahidevran.──Por favor acéptelo.

¿Ahora soy Suleiman?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora