𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅

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*Imaginemos que los de la foto están usando espadas reales y no de madera 🐢




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Helena paseaba por los alrededores de la fortificación viendo a los narnianos realizar sus diferentes tareas. Ya había pasado poco menos de un día desde que habían llegado a ese lugar junto al príncipe Caspian, y a Helena ya le picaban las manos por la curiosidad y las ganas de hablar con alguna de las miles de criaturas que había ahí. Sin embargo, todas y cada una de ellas se encontraba profundamente concentrada en las tareas que se realizaban; y si bien Helena quería ayudarles de igual forma, ella prefería no distraer a los narnianos con alguna plática o distraerlos de sus quehaceres. Así que a la chica no le quedaba otra que pasear cerca de los narnianos y esperar ansiosamente a que alguien se le acercara amablemente o encontrara alguna cosa con la que ayudar allí en el campamento.

Llegó hasta donde estaban los narnianos entrenando junto a los reyes con la espada. Ellos estaban enseñando nuevas técnicas y mejorando las habilidades de sus tropas en el combate. Peter alzaba la voz para aclarar los movimientos al grupo mientras Edmund se paseaba entre ellos para corregir los detalles que podrían resultar importantes.

Justo en ese momento, Peter otorgó al grupo unos minutos de descanso haciendo que los narnianos se dispersaran por el área y que Helena pudiera ver en un punto ahora un poco más lejano, pero aún dentro del área de entrenamiento, a Edmund explicando un par de cosas a un fauno. Para cuando Helena llegó junto a él, lo encontró hablando animadamente con Reepicheep.

—Hola —los saludó a ambos una vez estuvo junto a ellos —. ¿Interrumpo?

—Señorita Helena —le saludó Reepicheep —. El rey y yo planeábamos echarnos un duelo... —explicó con una sonrisa y un brillo particular en los ojos. Helena sonrió enternecida —Pero podemos dejarlo para más tarde si así lo desea.

—Oh, no. Por favor, no lo hagan —dijo ella tranquilizando al ratón —. Me gustaría ver al Rey Edmund en verdadera acción —se burló.

—Ya me viste pelear —dijo el chico involucrandose en la conversación mientras ladeaba la cabeza confundido —. Con Trumpkin.

—Pues creo recordar haberte visto algo complicado al pelear con él —le molestó Helena sonriendo hacia Reepicheep.

—Quizás el Rey esté un poco fuera de práctica —dijo el ratón —. Pero le aseguro que he escuchado las mejores historias sobre los duelos que el rey Edmund solía ganar.

—Me tomó desprevenido. Me distraje —le explicó Edmund a Reepicheep, el ratón asintió —. Tú me distrajiste —dijo cuando apuntó a la chica

—¿Cómo dices? ¿Yo te distraje? —alzó una ceja con una sonrisa burlona —¿Soy una distracción para tí?

—Sí —dijo, luego sacudió la cabeza —. No. Quiero decir, no.

Helena rió entre dientes al oír a Edmund divagando sobre cómo es que no era una distracción para él pero que de igual forma se había distraído por culpa de ella.

—No quisiera sonar impertinente o irrespetuoso, señorita... —habló por sobre el chico que ahora balbuceaba tonterías —Pero, ¿Necesitaba alguna cosa?

—Quería hablar con Edmund en realidad —dijo Helena asintiendo, pero apresurándose a seguir hablando cuando vió que Reepicheep iba a hacerlo —. Pero no te preocupes, podemos hablar después —miró a Edmund al decir lo último a lo que él asintió —. Además, no quisiera interrumpir su duelo.

Reepicheep asintió agradecido de que la chica no lo alejara de cumplir uno de los más grandes sueños que tenía desde que era un pequeño ratoncito.

—¿Se quedará a ver la pelea? —preguntó. Helena negó con la cabeza.

𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘱𝘢𝘤𝘦 𝘉𝘦𝘵𝘸𝘦𝘦𝘯 𝘜𝘴 -  𝙴𝚍𝚖𝚞𝚗𝚍 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora