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Cuando se es un híbrido muy pequeño el peligro está en todos lados, incluso puede vivir bajo el mismo techo sin que lo notes.
JiMin, un esponjoso híbrido de hamster tiene que huir constantemente de las garras filosas que posee su gran amor, Yo...
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Gruesas lágrimas mojaban las mejillas del híbrido de gato, habían pasado exactamente veinticinco horas y aún no tenían ni un solo rastro de JiMin, ya le habían buscado por todas partes, en la azotea, en los callejones de alrededor e incluso en la casa de los conejos revoltosos pero nadie les daba razones del pequeño hámster.
YoonGi era un mar de lagrimas, estaba tan preocupado y al mismo tiempo enfadado con SeokJin pues creía que de no haber dicho esas cosas crueles entonces JiMin no habría escapado, ni siquiera le dirigía la palabra pues lo menos que quería era tener una discusión en esos momentos, pero se sentía tan resentido con su humano que hasta no encontrar a su bola de pelos no sabría si podría llegar a perdonarlo.
—Aparecerá, estoy seguro.
—Estoy muy asustado NamJoon, mi JiMinnie esta ahí afuera solo y desprotegido, él no sabe andar en la calle cualquier cosa podría hacerle daño o peor aún alguien lo podría lastimar, con su tamaño incluso podrían aplastarlo. N-no sé dónde más buscarlo, siento que se me rompe el alma Joon es como... Como respirar, necesito tenerlo cerca para respirar.
NamJoon le dio un abrazo apretado a YoonGi dejando caricias detrás de sus orejas y dándole palabras de consuelo, había estado leyendo bastante acerca de como funcionaban las relaciones amorosas entre los híbridos de modo que podía hasta cierto punto comprender esa preocupación desmedida de la que el minino hablaba pues tal parecía que los híbridos podían enlazar sus almas a la pareja elegida, su unión iba más allá de los sentimientos.
SeokJin miraba toda la escena desde la cocina, la culpa lo estaba carcomiendo por dentro, no había segundo en el que no se sintiera terriblemente preocupado y culpable, había publicado en sus redes la fotografía de JiMin en ambas formas con la esperanza de que alguien lo hubiese visto pero hasta ese momento nadie les había dado razones del hamster.
Dos horas más tarde YoonGi había vuelto a su forma gatuna y se había quedado dormido en los brazos de Nam en el sofá más cercano a la puerta.
—Jin ven aquí.
El mayor se acercó despacio teniendo cuidado de no despertar al minino que había pasado toda la noche recorriendo los alrededores del edificio, ni siquiera había querido comer o descansar sin embargo parecía que el agotamiento físico y mental finalmente le habían pasado factura.
—Jin, tienes que disculparte. En cuanto encontremos a JiMin, tienes que hablar con ambos y pedirles disculpa.
—Estoy muy arrepentido de lo que dije, no creí que JiMin escaparía.
—No solo debes disculparte, debes aceptar su relación.
—Nam esto es difícil.
—¿Cual es el problema en realidad?
—Siento que son demasiado pequeños, YoonGi tiene alrededor de diecinueve años humanos y JiMin tiene como diecisiete ¿no crees que son solo unos niños?
