Piper es una chica muy fuerte como su hermana, pero no mas que yo. Ella me tomó del cabello y me lanzó al piso, cuando se abalanzó sobre mi le di una patada en su estómago que la hizo caer lejos. Hemos llamado la atención de la gente. Me puse en pie y me lancé a Piper, le di bofetadas y golpes en su cuerpo. Quizás me estoy desquitando todas las que me hizo. Piper se supo defender tomándome de los brazos con mucha fuerza.
—Alguien se está debilitando —murmura con gracia—Parece que no te estás alimentando a como debe ser, Carolina Lane, si sigues así serás una mediocre lobita —se rió.
Quizás tenía razón, mi fuerza no era la de antes por no tener una alimentación adecuada. Mi loba estaba cansada y débil. Pero no me dejaré de esta estupida. Con las ultimas fuerzas la tomé del cabello y la arrastré por el piso hasta lanzarla fuera de la casa.
—¡Carolina! —escuché la voz de Kayler atrás mío. —¿Que estás haciendo? —Kayler se interpuso entre Piper y yo cuando vio que esta venía para donde mi.
—Tu amiguita empezó —le dije.
—No es cierto, Kayler, ella vino y empezó a atacarme. Esta loca, me golpeó muy fuerte —se quejó haciéndose la victima.
—Eres una... —quise ir donde ella y callarle la boca pero Kayler no me dejó.
—Carolina, por favor contrólate —pidió. —Y tu, lárgate, no deberías estar aquí —le dijo a Piper.
—Pero, Kayler...
Sonreí victoriosa pero la sonrisa se me quedó a medias cuando las palabras de Kayler salieron dirigidas a mi:
—Tu también, Carolina, no deberías estar aquí —me dio una última mirada para después entrar a la casa. Me quedé boquiabierta con lo que acaba de pasar, no me lo puedo creer. Piper se me rió en la cara para después girarse e irse caminando.
—¿Lo ves? —Gadreel apareció a mi lado—No eres tan importante para Kayler Brown ahora.
Estoy en shock.
¿Por qué?
Quizás estoy tan acostumbrada a que Kayler esté ahí para mi y me ruegue todo el tiempo.
—No. Puede. Ser. —susurré, sigo sin creerlo.
—Tranquila, lo viste hace un rato: estaba rodeado de mujeres y pasándola más que bien. No le haces falta, esta mejor sin ti. Ahora que sabe que aun haciendo de todo no lo perdonarás simplemente te dejó ir y se rindió.
¿Es eso cierto? Mordí mi labio inferior muy duro, tanto duro que sentí el sabor a la sangre. Me giré y entré de nuevo a la casa porque no puedo creer lo que ese idiota me dijo. ¿Cómo se le ocurre correrme de su casa? Lo busqué por todas partes hasta encontrarlo subiendo las escaleras. Lo seguí hasta el segundo piso y estando en el pasillo aplaudí para llamar su atención:
—Bravo, Kayler Brown.
Se giró.
—Por fin dejas ver tu verdadera cara. ¿Eso fue todo? —quise saber—¿Ya se te agotaron las ideas y las excusas?
—¿De que hablas, Carolina? No estoy de humor para reclamos.
—No puedo creer que me hayas corrido de tu casa —le reclamé—Por lo que veo ya te has dado por vencido y no volverá a molestarme. Si es así quiero darte las gracias por hacerme las cosas más fáciles.
—No sabes lo que dices.
—No te preocupes que ahora que todo está dicho y cada quien irá por su lado solo quiero desearte mucha suerte en tu vida, con tu hija y con tu futura esposa. Adiós —me giré para salir de allí pero sus manos me detuvieron.
—¿Sabes que? No te entiendo, eres tan complicada. Primero me suplicas que te deje en paz, que no te moleste y cuando decido hacerlo te ofendes.
No lo miré.
—No estoy ofendida solo te vine a dar las gracias —me quise zafar pero no me dejó—Ya puedes soltarme.
—No, ahora me vas a escuchar —me tomó la cara y me obligó a verlo. Se ve enojado y dolido. —He estado para ti desde el primer momento en que te conocí, Carolina, desde ese entonces has sido mi mundo, mi vida entera, no he tenido ni tendré ojos para ninguna otra mujer. Pero he pasado tanto tiempo rogándote y pidiéndote perdón que llega un punto en que estoy cansado. Y no quiero molestarte, es lo que menos deseo. Debo de ser un caballero con darte el espacio que quieres, respetaré que mates a tu parte loba y que me olvides para siempre. Quizás sea mejor para los dos. —dicho eso se dio la vuelta y se metió en su habitación. Yo me quedé allí sin saber que hacer, sin creer que Kayler se haya dado por vencido así como así.
Quise ir donde él y pedirle que no lo hiciera pero no lo hice. Bajé las escaleras y salí de la casa. No miré a Gadreel en la entrada así que me fui caminando a esas horas de la noche por el bosque hasta llegar a casa. Las lágrimas salieron de mis ojos porque ya no me pude contener más. Me senté en el muelle y allí lloré.
—¿Por qué todo tiene que ser así? —me pregunté a mi misma. También me planteé la idea de perdonarlo, de volver a empezar pero sé que su hija siempre estará presente. Y es ahí cuando una idea me vino a la mente: ¿y si en verdad no es su hija? Piper es hermana de Paige por ende tienen la misma maldad. ¿Y si Piper lo engañó? La última esperanza de estar juntos es que Kylie no sea hija de Kayler y que Piper jamás estuvo con el. ¿Pero como haré para averiguar esto? Solo me quedaba una alternativa: necesitaba ayuda. Tomé mi celular y llamé a Anne. Tardo un poco en contestarme pero lo hizo:
—¿Hola?
—Anne... —suspiré.
—Carolina, ¿donde te pierdes?
—Estoy en casa y Kayler está aquí.
—Me lo supuse.
—Pero hay algo que necesito hacer y requiero de tu ayuda.
—¿De que hablas?
—Necesito averiguar si la hija de Piper es de Kayler y no puedo hacerlo sola.
Al menos averiguarlo antes de fin de mes cuando haya matado a mi parte loba.
—¿Estas segura de eso?
—Completamente.
—Está bien, sabes que yo te apoyo en lo que sea, Carolina, estaremos por allá mañana, ¿esta bien? Quédate tranquila.
—Gracias, Anne, no sé qué haría sin ti.
—No hay problema, te veré mañana y no te estreses demasiado, verás que todo se resolverá.
Corté la llamada.
Me siento incompleta y vacía. Necesito relajarme. Entré a casa y subí a mi habitación pero antes le mandé un mensaje a Gadreel diciendo que me vine a casa sola. Él entenderá, siempre entiende. Me quité la ropa y me metí a bañar, el agua caliente recorrió mi cuerpo, poco a poco se me iba quitando lo tenso del cuerpo pero mis sentidos se pusieron en alerta. Alguien estaba afuera. La cortina del baño se abrió y miré al hombre frente a mi:
—Kayler.
Kayler Brown se metió a la ducha conmigo, me tomó del cuello y me besó.
—No puedo, perdón —susurró—no puedo alejarme de ti, eres mía, eres mi droga, sin ti prefiero estar muerto. —me besó con tanta pasión que me fue imposible detenerlo. En el fondo también lo deseo.
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Embarazándome del lobo ©
Hombres LoboCarolina Lane se ha dado cuenta de una terrible verdad sobre Kayler Brown, se siente traicionada y destruida, justo cuando pensó que podría ser feliz con él aparecen más problemas. Kayler intentará estar cerca de Carolina para que lo perdone pero Ca...