Capítulo 23: Enemiga.

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Había sido muy malo, lo qué pasó fue... increíble.

—Estoy bien, vamos a casa —me dijo Kayler—Solo fue un roce, la bala no me penetró.

Respiré aliviada y nos fuimos rápidamente de allí.

—Los de la manada se encargarán de averiguar qué fue lo que realmente pasó, por qué dejaron entrar cazadores al territorio.

—¿Y estas seguro de que no son lobos?

—Claro que no.

Cuando llegamos a casa nos adentramos a la casa, ambos estamos algo asustado, bueno, más yo, por lo que había pasado. Sentí que perdía a Kayler, sentí horrible cuando lo vi tirado allí. No me aguante más y lo abracé, sintiendo su olor y no queriendo soltarlo. No quiero perderlo... por más que me haya mentido, no podría vivir en un mundo sin Kayler Brown, al menos no si sigo siendo loba.

—Creí que morirías —susurré. Kayler también me abrazó fuerte.

—Por suerte no pasó a mayores —respondió.

—Si, de igual forma sentí horrible. No quiero perderte —se me escapó. Me arrepentí al instante de decir eso, pensará que no puedo vivir sin el.

—Yo tampoco quiero perderte, Carolina. —me dijo, separándose para verme.

—Gracias por llevarme a cazar, créeme que quedé muy satisfecha. Algo bueno salió de todo eso.

—Me da gusto, estoy seguro de que nuestro bebé crecerá fuerte y sano. A como debe ser.

Un auto estacionándose en frente de la casa me puso en alerta, quizás era Piper o incluso los cazadores, quizás siguieron nuestro rastro.

—¿Quién es? —quise saber.

—Es tu mamá y Kylie.

Respiré aliviada.

—Está bien.

Mamá y Kylie entraron a la casa, venían platicando animadamente como siempre. Me sorprende que mamá se haya encariñado tan rápido con ella.

—Te he traído a tu hija sana y salva —le dice mamá a Kayler—Es una niña muy obediente, ni pareciera que fuera hija de Piper.

Sentencié a mamá con la mirada porque lo había dicho justo frente a Kylie, sin importarle que ella escuchara.

—Gracias, señora Lane.

—¿Tu cómo estás, Carolina? Te he visto muy extraña últimamente. Ven, vamos a hablar —mamá me tomó de la mano y me llevó a la cocina. Qué pereza tener que explicarle las cosas a mamá.

—Bien, mamá, estoy bien —espeté.

—¿No tienes nada que contarme? —me miró la panza.

—¿Qué? Nada.

—¡Carolina! ¿Por qué me haces esto? Soy tú madre. No puedo creer que me hayas ocultado que estás embarazada.

Abrí los ojos del asombro porque no sabía cómo se enteró.

—¿Como te enteraste? ¿Fue Anne?

—No, Kylie me dijo.

Fruncí el ceño, ¿en que momento Kylie supo? Da igual, no quería que mamá se diera cuenta, al menos no aún. Primero quería tener respuestas sobre Kayler y yo.

—¿Pensabas ocultármelo? —me reclamó—Te desconozco.

—Obviamente no podría ocultártelo mucho tiempo. —rodé los ojos—Ya esta, ahora ya sabes que estoy esperando un bebé.

—De Gadreel supongo, porque hasta donde yo sé no quieres saber nada de Kayler.

La miré asombrada, ¿acaso dijo Gadreel?

—No, mamá. El padre de este bebé es Kayler.

—¿Y desde cuando ustedes dos...? Se reconciliaron y no me dijiste.

—No, mamá, no nos hemos reconciliado. Fue algo qué pasó y ya déjame en paz —salí de la cocina sintiéndome estresada. Nunca me ha gustado que me bombardeen con preguntas incómodas. No me gusta hablar de estos temas privados con ella, se siente raro. En la sala estaba Kylie jugando con sus osos de peluche y Kayler nos esperaba. Obviamente había escuchado todo.

—Carolina, no seas grosera —me dijo mamá siguiéndome.

—Ya no sigas, mamá; Kayler, dile algo —me apoyé en el, para que me ayudara a deshacerme de mi mamá.

—Señora Lane, yo le puedo explicar —le dijo Kayler—Venga conmigo.

En eso la alguien toca la puerta principal, me dispuse a ir a abrir.

—Anne.

—Hola, Carolina, ¿como te terminó yendo ayer? Lamento que las cosas hayan terminado así —comenta Anne mientras pasa a mi casa.

—No importa, era algo inevitable con Gadreel y Kayler en el mismo lugar.

—¿Pasó algo con Gadreel? —quiso saber.

—Nada, solo platicamos y ya —respondí—Gadreel es un buen chico, Anne, si Kayler no estuviera en mi vida definitivamente me gustaría enamorarme de él. —admití, Justo en el momento en que Anne miró detrás de mi. —Adivinaré: Kayler me escuchó.

Anne me miró y asintió levemente.

Me giré para ver a Kayler, quien tenía su mandíbula apretada.

—¿Entonces quieres enamorarte de Gadreel? —me recriminó.

—No es eso lo que quise decir, Kayler —admití.

—Como sea, veremos si puedes. Vamos, Kylie —Kayler tomó de la mano a su hija y ambos salieron de casa. ¿A donde van? La curiosidad me mataba, ¿acaso se irá a encontrar con Piper? Si es así, me hubiera gustado saber.

—Yo venía para que fuéramos a ver locales al pueblo. La idea de poner una cafetería no me deja tranquila —me sonrió.

—Está bien, Anne, vamos —la tomé de la mano sin dejar de ver a Kayler: ellos se montaron en el auto de Kayler y arrancaron, yéndose. —¡Corre! —le dije, saliendo de la casa y yéndome hacia mi auto. Necesito saber a dónde va Kayler. Me subí al asiento conductor mientras Anne, sin entender nada, se subió al asiento copiloto.

—¿A donde vamos? Carolina, no me digas que vas a seguir a Kayler.

—Claro que si. Kayler Brown está en periodo de prueba y aún no confió en el así que necesito conocer sus pasos. —arranqué, tratando de alcanzarlo sin que se diera cuenta.

—Carolina, me siento como en los viejos tiempos —murmuró Anne.

—Con la diferencia es que ahora ya sé sobre los lobos —obvié. Kayler iba a una distancia bastante larga, era imposible que se diera cuenta de que yo lo seguía.

—Sí, ahora se trata de Piper.

—Te cuento que estaba cazando en el bosque con Kayler y aparecieron cazadores —le comenté—Casi me muero del miedo cuando le dispararon a Kayler, por suerte la bala solo lo rosó.

—¿Qué? Carolina, eso es muy malo. En este bosque no hay cazadores, creo que es un problema muy grave.

Fruncí el ceño sin entender.

—¿Por qué lo dices?

—Jamás han habido cazadores por aquí, Carolina, si eso pasó es porque alguien divulgó la información de qué hay lobos por aquí.

Embarazándome del lobo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora