Capítulo 18: Pre-cena

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—Mamá, Anne nos invitó a cenar —le hice saber.

—¿En serio? ¿En casa de tus padres, Anne? —la miró, dejando de lado al fin a Kayler y Kylie y viniendo hacia nosotras.

—No, en casa de Thomas, bueno, allí estamos viviendo por ahora —respondió Anne con su timidez. A Anne nunca le quitarán su timidez, es parte de ella ser tan dulce a la hora de hablar.

—Ah, perfecto entonces, por allí nos vemos. Carolina, ¿no tienes nada que decirme? —me miró.

—No —admití, poniéndome de pie—Iré a acompañar a Anne a su casa —le hice sabe, tomando a Anne de la mano y saliendo las dos.

—¿Por qué nos sacaste de esa manera? —quiso saber. 

—Porque me cansé de estar en esa situación, te iré a dejar, supongo que tienes que preparar una cena.

—Si, aún no tengo idea de qué hacer. Pero bueno, ¿cuando le dirás a tu madre que estás...? —señaló la panza.

—No lo sé, quizás otro día. No quiero sus sermones justo ahora. —admití.

—Ella te apoyará como siempre. —Anne y yo nos montamos al coche.

—Veremos.

Luego de dejar a Anne en su casa volví a la mía. Al entrar noté que mamá seguía hablando con Kylie, estaban en la sala y ella le mostraba sus osos de peluches favoritos y mamá le decía que eran muy bonitos. Me dirigí a la habitación porque, sinceramente, no estoy de ánimos para lidiar con mamá hoy. Al entrar me llevé una mano al pecho porque Kayler en mi cama me habían asustado.

—¿Qué haces aquí? —quise saber. Kayler miraba el techo.

—Esperándote, además, se te olvida que aquí duermo —recordó, sentándose para verme. —Hay algo que me tiene dudando —murmura—Mi cepillo de dientes y el de Kylie no están.

Carraspeé acercándome al espejo.

—¿Y qué tengo que ver yo? Pregúntale a tu hija, quizás ella los tomó para jugar y los perdió.

—No me he separado de Kylie desde que amaneció, Carolina.

—¿Qué quieres saber? —me giré, sintiéndome enojada. La presión del día estaban haciendo efecto en mi, tanto estrés no es bueno. —¿Te preguntas si yo tomé tus cosas? Háblame claro.

—Cálmate, solo fue una pregunta. Sabes que puedes confiar en mi, no es necesario hacer cosas a mis espaldas.

—Pues qué lástima que no puedo decir lo mismo de ti —espeté—No has sido muy sincero que digamos. Desde el inicio fue así.

Kayler se me quedó viendo un momento, su mirada se cayó, parece que le dolió que le haya dicho esas cosas. Quizás estuvo mal hacerlo pero no me pude contener. Kayler se puso de pie y salió de mi habitación, dando un portazo. Me sentí vacía en ese momento, se fue sin siquiera decirme más nada o defenderse. Yo me quedé con ganas de seguirle diciendo cosas pero también me di cuenta de que estuvo mal haberlo hecho. Me arrepentí allí mismo y quise seguirlo para disculparme pero mi orgullo fue más grande que yo como siempre y no lo hice. Me quedé en la habitación el resto de la tarde.



Llegó la noche y me siento tan deprimida que no quiero salir de la cama, ni siquiera para ir a la cena donde Anne, no quiero. Mamá entró a la habitación sin siquiera tocar.

—¡Carolina! Aun no estás lista —recriminó—Ya son más de las seis, no puede ser.

No respondí.

—¿Carolina? ¿Que te pasa? Te veo triste —mamá se sentó junto a mi. —¿Es por Kylie? Mike me contó todo, lo siento, imagino lo difícil que debe ser que la persona que amas haya tenido un hijo con otra mujer, y más doloroso aun que viva aquí. Aun no entiendo por qué están aquí, Carolina, cuéntame qué está pasando. No hemos tenido tiempo de hablar pero tenemos que hacerlo.

—No quiero hablar de eso, mamá —cerré mis ojos—Estoy cansada.

—Veo en tu mirada que lo estás. Pero Carolina Lane no es alguien débil, siempre has sido fuerte, hija. Vamos, vístete y ponte muy bonita para ir a la cena.

—No quiero ir.

—Ya quedaste con Anne y no la dejaremos plantada, ¿o si?

Pensé en Anne y en que seguramente se esmeró en hacer la cena perfecta y no podía quedarme mal. Suspiré profundo y asentí.

—Me vestiré, bajo en unos minutos.

—Así se habla, te espero abajo —mamá se puso de pie y salió de mi habitación. Me levanté de la cama con mucha pesadez. Mi cuerpo está cansado, es decir, si mi mente está cansada mi cuerpo se debilita. Fui al baño y me eché agua en la cara.

Kayler está enojado conmigo.

Quizás por eso me siento así.

Me puse un vestido corto color negro, zapatos de tacón altos en color negro también. Hice una coleta alta, me maquillé un poco estilo dark, tomé una bolsa de mano donde eché mi celular y algo de dinero y bajé. Todos estaban esperándome.

—Lista —llamé su atención sin mirar a Kayler, pero noté que me miró. Les pase a un lado y fui la primera en salir de casa. —Yo voy en mi coche, los espero allá —les hice saber, caminando a mi coche.

—Está bien, pero ten cuidado, cariño, el camino es solitario y peligroso —me dijo mamá. Cuando dijo eso me dio algo de miedo, ¿que tal si me salen algunos lobos queriendo hacerme daño? En ese momento no me importó y no me puse mucha mente. Me monté al auto y arranqué rápidamente, alejándome de ellos. Manejé por la solitaria y oscura carretera hasta entrar al camino del bosque. Voy muy adelante porque no se ven luces de carros detrás mío. Aceleré aún más porque no me gusta este camino oscuro, a pesar de que soy un lobo, también soy humana y mis presentimientos siguen presentes, al igual que mis miedos. Quizás iba a medio camino cuando la llanta de mi auto explotó y me hizo frenar de emergencia.

—No puede ser, siempre me pasa algo a mi —espeté. Ahora tengo que esperar a que venga mamá y Mike para montarme con ellos. Tomé el celular para llamarlos pero no había señal. Salí del coche y me fijé en la llanta, tenía una rama puntiaguda en la llanta, eso fue lo que la hizo explotar.

Genial.

Hay tanto silencio en el bosque que da escalofríos. Me abracé a mi misma y me giré para volver dentro, pero mi cuerpo golpeó el de otro, cuando quise gritar puso su mano en mi boca impidiéndomelo.


KAYLER

Carolina es la persona más terca que he conocido en mi vida. Voy detrás de Mike y la señora Lane, en mi auto con Kylie. Quise seguir a Carolina cuando supe que se iría sola porque sé que no es seguro pero esta vez ella tendría que venir y pedirme disculpas, yo no lo haría. Carolina se ha portado muy mal y muy grosera conmigo cuando lo único que hago es acercarme a ella, consentirla y amarla. El el fondo necesito llegar rápido para asegurarme de que esté bien pero Mike es lento para manejar.

—Papi, Carolina es muy bonita —me dijo Kylie, mientras jugaba con su osos de peluche—¿Te gusta más que mamá?

Me sorprendió su pregunta, ni siquiera sé qué responderle.

—Tu mamá y yo no somos pareja, Kylie, nunca lo hemos sido —respondí, como si una niña de cinco años pudiera entenderlo.

Embarazándome del lobo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora