Cuando llegamos a casa, Kayler detuvo el auto en frente.
—Ojalá todo sea para que mejoremos, Carolina —me miró, su semblante ahora era suave—Estaré aquí en unas horas, ¿estás segura? Aún estás a tiempo de arrepentirte.
—¿Segura de que? —no lo miré, la verdad es que siento un nudo en mi garganta, estoy haciendo algo que es muy difícil para mi y no sé si pueda soportarlo. Pero tengo que llegar a la verdad y con Kylie aquí puede ser más fácil. —Ya te dije lo que te iba a decir, no le des tantas vueltas —salí del coche y me dirigí dentro de la casa. Segundos después escuché el motor del coche encenderse. Se fue.
—Carolina, ¿donde estabas? —Anne venía bajando las escaleras. Traía sus lentes puestos. Hace años no la veía con lentes.
¿Y ahora qué haré con este embarazo?
—Estaba con Kayler —admití, sentándome en el sofá.
—¿Y qué pasó? —quiso saber, se ve muy desesperada por saber.
—Pasó lo que me temía—llevé una mano al vientre.
Anne se cubrió la boca.
—Estás embarazada, no me lo puedo creer —se emocionó—Y es de Kayler.
—Si, ¿de quien más podría ser?
—Carolina. —ese es Gadreel.
Giré mi cabeza hacia donde estaba el: en la puerta de la cocina. No se veía feliz y mucho menos lo estará cuando se entere que Kayler vendrá a pasar un tiempo aquí.
—Gadreel. —me puse de pie.
—Los voy a dejar solos para que hablen —dicho eso Anne se fue a la cocina.
—¿Cómo pudiste hacerlo? —recriminó—¿cómo pudiste caer en su juego? Fuiste débil y Kayler sabe que puede manejarte, peor ahora que estás embarazada —zanjó—Yo te ayudaría a decirles que ese bebé es mío para poder salvarlo.
Fruncí el ceño.
—¿De qué hablas?
—Olvídalo. Tú misma has sentenciado a ese bebé.
—Habla de una vez, no me gusta el suspenso.
—¿Recuerdas lo que dijo el hombre en la ceremonia de aniversario? Pues usarán a tu bebé como sacrificio.
Dejé de respirar por segundos.
—No te creo. Estás mal.
—Es la verdad, ¿acaso no entendiste sus palabras? Apuesto a que por eso Kayler quiere vivir aquí para que nadie pueda dañarlo porque el más que nadie sabe lo que le harán a ese niño. No pienso seguir siendo parte de este juego, ayudé en lo que pude, hice lo mejor que pude hacer; si a ti no te sirvió entonces no puedo más.
—¿De que estás hablando?
—Que me iré de tu casa porque no haré mal tercio. —subió las escaleras.
Me siento mal por haber hecho sentir de esa manera a Gadreel, en primer lugar debí ser clara con el. Lo seguí al segundo piso, donde estaba su habitación. Lo vi empacando su poca ropa.
—Gadreel, no deberías irte. Me siento segura cuando estás conmigo. Has sido más que un apoyo para mi. —le hice saber. Es la verdad: el siempre está para mí y me cuida.
—Carolina, ya es suficiente. No me necesitas, estás con Kayler Brown y ahora él se encargará de cuidarte. Solo espero que no vuelva a engañarte o decepcionarte. No te lo mereces.
—Gadreel, Kayler solo quiere protegerme de la gente que quiera dañarme. El no está aquí por otra cosa y si no fuera así yo jamás le permitiría volver a mi casa. Esta vez no estoy pensando solo en mi sino en mi... bebé —aún me costaba decir esa palabra. Todavía no termino de creer que estoy embarazada. Estoy muy chiquita para ser madre, Dios. —Entiéndeme por favor.
Gadreel suspiró.
—Vine aquí por una razón: esa razón fuiste tú. Ya sea para sacrificarte... pero me enamoré de ti, Carolina, como un loco. Iría al infierno solo por ti. —se acercó y me acarició la cara—Pero como están las cosas ya no querrás matar a tu parte loba y eso significa que no querrás olvidarte de él.
—Yo te necesito. —susurré.
—No —negó—lo necesitas a él. —tomó su mochila y se la echó al hombro. —Adiós, conejita, cuídate mucho —Gadreel me dio un tierno beso en los labios y luego se fue, dejándome sola.
Me senté en su cama a llorar un poco por todo lo que estaba pasando. Siento que nunca hago las cosas bien, siento que yo soy el problema.
—Carolina... —Anne se sienta a mi lado para darme ánimos—... no llores así, Gadreel tiene razón. No puede estar viviendo bajo el mismo techo que su competencia.
La miré.
—Pero yo no tengo culpa de que Kayler quiera venir aquí. —me puse de pie—Claro que tengo la culpa de todo, por las malas decisiones que tomo. Soy una estupida, pro eso merezco todo lo malo que me pasa.
—Yo creo que servirá para que ustedes arreglen sus diferencias. Acuérdate que solo los falta la muestra de Kylie y en una semana podremos saber si ella es hija de Kayler o no. Solamente tienes que aguantar una semana y después de eso podrás tomar tus decisiones.
Asentí porque Anne siempre tiene razón.
—Está bien, aguantaré.
—Necesitarán mucha privacidad por eso Thomas y yo iremos a su cabaña. Vendré diario a visitarte, ¿esta bien?
—Tienes que hacerlo porque sino me sentiré muy sola.
Rió.
—Está bien, pero no estes triste, recuerda que los bebé sienten todas las emociones de la madre.
—De acuerdo —me limpié las lágrimas.
—Sé fuerte, sé que vendrá la recompensa para ti. Después de la tormenta siempre viene la calma.
Le quise decir que en mi vida después de la tormenta viene un huracán pero mejor me quedé callada.
•
Anne y Thomas se fueron por la tarde hacia la cabaña donde antes vivía Thomas cuando recién se mudó aquí. Me abracé a mi misma y entré a la casa porque afuera hacía frío y parecía que llovería pronto. Me siento tan sola justo ahora sin Gadreel diciéndome cosas o dándome ánimos. Me senté en el sofá frente a la ventana para ver el lago. Allí me llegó la noche, un auto estacionándose frente a la casa me hizo salir de mis pensamientos y ponerme en pie.
Sabía que era Kayler y Kylie. Me dirigí a la entrada y abrí la puerta, me dio algo en mi pecho ver a Kylie en los brazos de Kayler.
—Estamos aqui —me dijo Kayler—Kylie, saluda a Carolina Lane. —le dijo a la pequeña niña.
—Hola, Carolina Lane —la pequeña me dio una sonrisa de oreja a oreja lo cual me hizo sentir más culpable aun. —Cárgame —demandó Kylie, extendiendo sus brazos hacia mi para que la cargara. Miré a Kayler porque no quería hacerlo pero no tuve otra opción: por primera vez cargué a Kylie y pude sentir su cuerpecito en mis brazos. La niña me abrazó y me dio un beso cálido en la mejilla. Quise llorar de nuevo pero me contuve. Se sintió muy bien.
—Hola, Kylie —susurré—Eres muy bonita. —le dije.
—Tú eres muy bonita. —respondió ella en su inocencia.
Kayler nos miraba a ambas y se quedaba pensativo. Me pregunto qué pensará. Si Piper se diera cuenta de lo que está pasando en este momento no dudaría en querer asesinarme.
—Gracias. —le susurré a la pequeña.
Kayler cerró con llave la puerta principal y yo me dirigí al sofá con Kylie aún en brazos. La niña no se quería despegar.
—¡Papi, tengo hambre! —exclamó.
Uy, sentí algo en mi pecho cuando le dijo papi por primera vez en mi presencia.
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Embarazándome del lobo ©
Hombres LoboCarolina Lane se ha dado cuenta de una terrible verdad sobre Kayler Brown, se siente traicionada y destruida, justo cuando pensó que podría ser feliz con él aparecen más problemas. Kayler intentará estar cerca de Carolina para que lo perdone pero Ca...