Capítulo 7

12 4 0
                                    

Christopher.

Hoy la jornada laboral fue bastante movida, en un rato que tuve libre en la mañana, me acerqué hasta el consultorio de Emma, para entregarle la invitación, pero no hablamos mucho, solo me preguntó cómo debía ir vestida, le expliqué y me retiré rápido, ya que ella, tenía varios pacientes que atender en ese momento. Cuando terminé mi turno le envié un mensaje a James pidiéndole que pasara por mi consultorio para hablar sobre lo que le dijo Marian, y minutos después escucho que tocan la puerta e indico que pueden pasar.

—¿Cómo estas, viejo?

—Ansioso —se ríe y luego toma asiento.

—Para tu fortuna, puedes estar tranquilo —me mira con una sonrisa —, Emma está soltera —no oculto la emoción que eso me genera —, aunque tengo que advertirte que Marian me amenazó, pensó que era yo quien estaba interesado en ella.

—¿Y por qué la amenaza? —levanto una ceja.

Suspira.

—Verás...—se pasa la mano por la cara —, Marian me dijo que Emma es una chica sensible y que en el tiempo que tiene conociéndola, le ha conocido 1 novio —me mira serio —, pero, digamos que no se portó bien con ella.

—¿Cómo así? —frunzo el ceño.

—Si Marian se entera que te dije esto, me matará.

—Todo quedará entre nosotros —le aseguro.

—Solo jugó con sus sentimientos, es un promiscuo que no le habló con sinceridad desde el principio, y ella se confió que era un buen chico y que estaban construyendo una relación seria y estable.

—¡Joder! —me molesta tanto ese tipo de personas.

—Bien... ya te dije lo que sé, ahora es tu turno de hacer el resto.

—Cuenta con ello —sonrío, tengo la convicción de que lograré enamorar a Emma.

...

Sábado.

Estoy en mi antigua habitación, me trae tantos recuerdos de mi infancia, el olor característico del que fue mi hogar por tantos años, termino de arreglarme y bajo al salón que prepararon para realizar el evento. Mi padre está junto a mi madre, hablando con unas personas, me acerco a ellos, para saludar a algunos conocidos y me presentan a nuevas personas, en eso pasa un camarero con bebidas y tomo una copa, me parece extraño que Emma, no haya llegado aún. Luego de media hora, cuando pienso que ya no vendrá, me doy cuenta que va entrando con otra chica ¡joder! Se ve bellísima con ese vestido. Doy unos pasos para acercarme a ellas.

—Buenas noches señoritas —Emma me dedica una sonrisa y tanto ella como su amiga, me devuelven el saludo —. Pensé que ya no vendrías.

—Me costó mucho convencerla señor Hunt, creo que me debe un día libre —dice su amiga, mientras Emma la mira mal.

—Pues, en ese caso, puedes tomar el que gustes, pero antes, notifícalo —la chica pone rostro de victoria.

—Por cierto, mi nombre es Viviana, soy como hermana de Emma —me extiende la mano y se la estrecho.

—Un gusto conocerla, pueden tomar y comer todo lo que gusten, siéntanse bienvenidas —sonrío.

Hablamos un poco más, hasta que mi padre me llama, y pido disculpas para retirarme, paso el resto de la fiesta hablando con personas, con las que mi padre insiste que debo forjar lazos para hacer crecer la clínica, lo que me impide volver a acercarme a las chicas, unas 2 horas después, se acercan a mí para despedirse, le digo a Emma para intercambiar números de teléfono y le prometo que pronto tendremos nuestra propia velada privada, donde nadie nos interrumpirá.


Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora