Final

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1 año después.

Emma.

Estoy con el último paciente del turno de la mañana, no sé porque, pero desde que me levante me he sentido con nauseas, afortunadamente, cada consultorio cuenta con un baño, ya le he pedido permiso a varias de las personas que atendí hoy para ir al baño por las fuertes ganas de vomitar que he sentido, está ya es la tercera vez en el día, debe ser algo que comí ayer.

...

A la hora del almuerzo me siento en el cafetín con Viviana y Christopher —sí, leyeron bien, Chris volvió a la clínica, hace unos meses su padre lo buscó, se sentía arrepentido por el conflicto que había creado, llegó al apartamento diciendo que es su único hijo y no quería perderlo, ya que la vida es muy corta como para pasarla disgustados, y que reconocía que se equivocó, pero Chris igual seguía dolido, y no volvió, no sé si tenía pensado hacerlo algún día, su madre siempre iba a visitarnos y hablaba con él, le decía que su papá comprendía que él estuviera tan enojado, pero que intentara por lo menos volver a la clínica, después de todo también era suya, soy testigo que no fue tarea fácil convencerlo, hasta que hace poco regresó y tiene efímeras conversaciones con su padre, nada profundo— solo el olor de la comida me revuelve el estómago, pido permiso, me levanto y me dirijo al baño más cercano, dejo salir lo poco que me quedaba.

Cuando vuelvo a la mesa Viviana me cuenta que Chris se tuvo que retirar porque lo llamaron de emergencia por un caso, aprovecho de decirle.

—No sé que tengo Vi —digo algo preocupada.

—¿Por qué? ¿Qué sientes?

—Ya he vomitado unas 4 veces hoy.

—Te vi pálida en la mañana cuando nos saludamos, pero pensé que eran ideas mías.

—Debe ser algo que comí, no sé —en eso Viviana abre mucho los ojos —. ¿Qué?

—¿Cuándo fue tu último período? —comienzo a hacer memoria y caigo en cuenta, la quedo mirando fijo y respiro hondo.

—Tengo un retraso —musito y se pone de pie.

—Ven, vamos para que te hagan un examen, así salimos de dudas.

—Espera un momento —me quedo sentada un rato meditándolo, cierto que este mes, no me ha bajado, pero...

...

Salimos del cafetín y nos dirigimos al laboratorio, cuando pasó el tiempo que debíamos esperar, vamos a buscar los resultados y en efecto, estoy embarazada. Viviana me abraza feliz y yo todavía no me lo puedo creer, Dios, un bebé, lagrimas comienzan a resbalar por mis mejillas, un bebito mío y de Christopher. Antes de irme al consultorio, paso concretando una cita con un ginecólogo.

En la tarde después de atender al último paciente, le envío un mensaje a Chris y me avisa que pase buscando las llaves del auto en su consultorio y me adelante, ya que él todavía no se puede ir.

Tenía pensado hablarle sobre el embarazo al llegar a casa, pero tendré que esperar. Apenas llego tomo una ducha, me preparo algo rápido y liviano —esperando no devolverlo— al terminar me acuesto a ver una serie en Netflix, acompañada de jaguarín, mientras espero que llegue Christopher.

...

Al día siguiente.

Me despierto desorientada, veo que Chris está dormido a mi lado —hace más o menos 9 meses decidimos que viviríamos juntos— ¿Cuánto tiempo dormí? ¿Qué hora es? Veo la hora en el teléfono, 6 am.

Joder, dormí demasiado.

Ni siquiera sentí cuando llegó.

Me levanto y voy al baño para cepillarme y orinar, me quedo de una vez en la sala y enciendo la tv, si me quedo en la habitación, despertaré a Christopher de tanto mover la cama y quiero aprovechar que hoy es sábado para dejarlo descansar. Estaba tan inmersa en el programa, que no me di cuenta, cuando llegó a mi lado.

—Buenos días princesa —me da un beso en la mejilla.

—Buen día princeso durmiente —bromeo.

—¿Princeso? —se queja, mientras yo me río.

—Solo estoy jugando —me siento a horcajadas sobre él —. Sabes que eres mi rey —acaricio su nariz con la mía, y me rodea la cintura con sus fuertes brazos, acercándome más a su cuerpo.

—Te amo.

—Y yo te amo a ti, mi amor —le doy un pequeño beso —. ¿Sabes? Hay alguien más en esta habitación que también te amará infinitamente —su confusión me causa gracia.

—¿Hablas de jaguarín? —levanta una ceja.

—No, amor —niego con la cabeza —. Es un ser humano.

—No entiendo —frunce el ceño y yo tomo su mano para ponerla sobre mi vientre, se queda pensativo y 3 segundos después levanta la cara y me queda mirando con los ojos muy abiertos —. ¿Estás...embarazada? —asiento sonriendo —. Mi amor...—se levanta del sofá conmigo encima y me abraza fuerte mientras ríe —. No puedo creerlo —me coloca otra vez en el suelo y toma mis mejillas, tiene los ojos cristalinos —. Seremos padres —Chris me muestra una sonrisa amplia y una mirada llena de dicha —. Te amo tanto, tanto —me besa apasionadamente y vuelve a abrazarme.

Fin.


Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora