Capítulo 20

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Emma.

Chris me ha estado preguntando desde ayer, que me ocurre, y aunque él no tiene la culpa, no puedo apartar este malestar que siento desde anoche, para mí fue más que obvio que al señor Hunt no le entusiasma la idea de que esté con su hijo. No me gusta esa sensación, que me hizo sentir.

Espabila Emma.

No puedo pasarme los días así, los únicos que decidimos si Christopher y yo estaremos juntos somos nosotros. A la hora del almuerzo, lo voy a buscar en su consultorio, noto que está cerrado con llave, Viviana me hace una seña de que me esperara en el cafetín, y yo tomo el teléfono para enviarle un mensaje.

Emma: ¿Dónde estás Chris?

Christopher: Me vine al apartamento, perdona que no te avisara antes.

Emma: ¿Pasó algo?

Christopher: Solo no me sentía bien, nos vemos más tarde.

Okey...

Me despido de él y me encamino al cafetín, cuando diviso a Viviana me acerco para sentarme con ella y las demás compañeras. Al finalizar la jornada, tomo un taxi y me voy directo al apartamento de Chris. Toco el timbre y no tarde mucho en abrir.

—Mi amor —me sonríe, mientras me hala hacia él para abrazarme y darme un beso como saludo —. ¿Ya te sientes mejor? —pregunta preocupado

—Eso debería preguntártelo yo —se pasa una mano por la nuca.

—Yo estoy bien, tú eras quien estaba rara anoche y hoy en la mañana —me recuerda.

—Ah, eso —digo sin importancia.

—Sí Emma, eso. —me dice con retintín —. ¿Qué ocurrió?

—No es nada importante.

—¿Segura? —frunce el ceño desconfiado —, nunca te había visto actuar así.

—Todo está bien, Chris —trato de tranquilizarlo.

—Bien...—dice no muy convencido.

—Ahora dime —le pincho el pecho con un dedo —. ¿Tú que tenías que no terminaste la jornada?

—Solo fue un malestar que se me pasó al poco rato de llegar aquí.

Me pregunta, si casualmente me encontré a su padre en la clínica. Le comento que no, luego me dice que hará la cena y me ofrezco para lavar todo lo que se ensucie, después que comemos cumplo con mi palabra. Al terminar hablo con mis amigas por el grupo que tenemos en whatsapp, hace días que no veo a Fer y Alexa, quedamos para reunirnos un día de esta semana.

...

Al siguiente día cuando escucho que suena la alarma, me despierto, muevo levemente a Christian por el brazo para despertarlo, nos saludamos y me levanto y para ir al baño, cuando salgo no lo veo en la habitación, me visto y me dirijo a la cocina; lo encuentro haciendo el desayuno, todavía con la pijama puesta.

—Vas a llegar tarde, mi amor —le digo abrazándolo por la cintura.

—Hoy no iré.

—¿Por qué? —pregunto extrañada.

—Tengo unos asuntos pendientes, que atender en el centro —explica —, pero puedes llevarte mi auto.

—¿Estás seguro? —tomo asiento.

—Sí, tranquila, usaré el otro —continúa.

—No sabía que tienes más de uno.

—Sí, la mayoría de las veces uso el Aston Martin —se voltea con los 2 platos y los coloca sobre la mesa —. Buen provecho.

Le agradezco por el desayuno, y cuando termino, hago lo que me dijo y me voy en su auto a la clínica


Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora