Capítulo 4

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Christopher Morgan

¿Me ha golpeado? Ella si que me ha golpeado. — ¡Lancaster! — Grito con furia pero ella ya no estaba ahí.

— ¿Si? — Gema aparece a mi lado totalmente roja y me mira con duda.

— Tú no. La otra Lancaster. — Ruedo los ojos y regreso con Patrick, Bratt y Simón.

— ¿Qué te pasado en la mejilla? — Simón quiere reír cuando me ve pero con una mirada cierra la boca.

— La estúpida esa me golpeó y tiene fuerza. — Siento que me tronó la mandíbula.

— Amigo creo que no te conviene tener de enemigos a los amigos de tu padre. — Razono Patrick — A lo mejor y después se llevan bien.

— No lo creo, voy a destruir a esa mocosa por atreverse a golpearme sin importar quien sea. — Gruño. — Por lo que me llamó Christopher Morgan.

Hago a un lado a Bratt antes de que me tire una piedra con los mandamientos para irme a entrenar.

Golpeo el saco con furia al ver a Atenea feliz de la vida sin importar lo pesada que trató de hacer mi mirada para afectarle y me tema.

Logro mi cometido sin dejar de golpear el saco pero solo me mira de arriba a abajo para seguir en lo suyo. Eso me molesta sin razón para después golpear con todas mis fuerzas.

— ¡Hey me tienes aquí! — Se queja Patrick quien no me acordaba que sostenía el saco.

— Christopher ten más cuidado, no somos tus enemigos. — Se queja Bratt.

— No me importa. — Volteó a Simón quien trae unos paquetes en la mano. — ¿Qué es eso? — Pregunto.

— Pregunté quienes eran los Rowan pero simplemente me dieron los correos para nosotros. — Se queja.

— ¡Simón! — Atenea viene corriendo y me ignora deliberadamente.

Me ofendo que no me repare ni por un momento me desconecto del mundo sin quitarle la mirada de encima no tengo idea que es lo que parlotea, sus pestañas son largas y se mueven con delicadeza cada que parpadea, su cabello rojo está sujeto por una coleta alta.

Pequeños mechones rebeldes escapan pero eso la hace ver rara, sus ojos ven con atención a los inútiles de mis amigos, trato de moverme un poco o garraspear pero ella ni se inmuta. Capto sus pequeñas pecas en sus mejillas que me hacen querer contarlas.

— Pecas. — Suelto sin más pero ahora me mira con desconcierto. Parpadeo para darme cuenta que lo dije en voz alta. Todos me miran y Patrick estalla en risas.

— Tonto. — Atenea me fulmina con la mirada para después entregarle algo a todos menos a mi.

Se lo arrebato a Bratt y es una invitación a su casa, alzo una ceja y le extiendo mi mano a ella.

— ¿Qué? — Pregunta.

Me desconcierta que no me de nada. — Estoy esperando que me entregues la invitación o es que ya somos amigos para ir sin ella. — Me burlo.

— No acepto tanta porquería en mi casa. — Me arrebata la invitación de Lewis y se la regresa.

Aprieto los puños con fastidio, ¿qué tiene Lewis que lo invita? Cierro los ojos con furia para abrirlos listo para soltar mi veneno. — ¿Porquería yo? Ni quien quiera ir a tu dichosa casa.

— Si no te interesa, ¿por qué esperas invitación? No es muy listo de tu parte Morgan. — Se acerca a mi con lentitud — Si me trataras bien serías mi prioridad y siempre te elegiría a tí. — Susurra cerca de mi oreja, su aliento me hace estremecer se que mi rostro ahora se encuentra rojo.

Por un Anunció. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora