Por un Anunció.

Capítulo 1

Watefok, soy una bebé, ser mimada es lo mejor del mundo. — Fenomenal.

Trato de hablar pero solo escucho mis propios balbuceos, acabo de despertar y al parecer estoy aprendiendo a gatear, ¿Quién dice que hablar es imposible a mí corta edad? — Parece que nuestra pequeña quiere comenzar a hablar, mira como balbucea. — Chilla mi madre agitando la camisa de Robert.

— Querida mía, debemos hacer que su palabra sea épica y tenerla en vídeo. — papá se levantó rápidamente dejando su teléfono en cámara para después regresar con unos lentes oscuros junto a una corona de diamantes.

Extiendo mis manos hacia ella por lo brillante que es, él de inmediato me la da. Siento un flash que me deja ciega. — Me ofende que no avises papá, debo dar mis mejores poses. — Me pongo los lentes junto a la corona y comienzo a modelar sentada con mi mameluco personalizado.

— Querida mira esto, es nuestra modelo estrella. — No puedo evitar sonreír ante tantos halagos de mis padres. — Eso es, sonríe a papá mi reina.

— Awwww, Robert nuestra Rowan es toda una princesita. — Mamá me besa las mejillas y la abrazó por el cuello. — ¿Crees que sea hora para otra foto familiar? — Pregunta.

Comienzo a jugar con mi coronita que a pesar de ser a mi medida mi cabeza no la aguanta tanto tiempo.

— Cariño,tomamos fotos de ella todos los días ¿Crees que merezca un descanso? — Papá me mira con compasión pero Mamá lo ve super ofendida.

— Robert, no voy a perderme un día a mi bebé, así tengamos miles de fotos familiares.

Decido comenzar a balbucear como discutiendo el tema y ambos desvían su mirada a mi hasta que siento un cosquilleo en mi nariz que me desconcierta.

Es nuevo...¿Qué es? Pica, como que viene y no viene.

Entonces sucede, mi nariz y boca expulsan un tipo de aire que me da alivio pero al mismo tiempo me asusta.

¿Me rompí? Mi bello rostro.

Sin evitarlo comienzo a llorar pero me enojo sintiendo mi rostro caliente al ver a mis padres reír y sacarme una foto.

— Mi niña acaba de estornudar y se asusta con el mismo. — Consuela Mamá en sus brazos.

Me pongo aún más roja al darme cuenta, oh oh. Que oso, que vergüenza, no puede ser. Perdí mi estilo.

Momentos que me mantienen humilde.