Por un Anunció.

Capítulo 3

¿Cómo es posible este suceso? Hay más cuervos en mi patio, normalmente llegan los que son tachados como débiles pero aquí hasta seguro médico tienen.

— Incapacidad por maternidad.

— ¿Por maternidad? Pero si son machos. — Me quejo con mi libreta en mano.

— Pero el equipo delta son hembras y unas muy guapas. — Caturrea Norte.

— Dios mío, van a terminar por abrir un burdel. — Me quejo.

— He visto el de los humanos y si unas lindas plumas me bailan no puedo negarme. — Responde otro.

— Igualado. — Una hembra picotea su cabeza.

Niego al tener semejante chisme, yo quejándome de los humanos. No puede ser.

— Ok se acabó, Delta y Alfa. Van a ir a patrullar estos años van a ser tranquilos hasta que yo me vuelva alguien poderosa. Norte será el comandante y por lo tanto he mandado hacer con la ayuda de mamá unas medallas. — Me doy la vuelta para tomar una caja que me trae mi pastor alemán.

— Toma mami. — Mi poderoso Bobby me lame la mano que solo beso su cabeza.

— Gracias. — Abro la caja dejando ver medallas pequeñas y una grande para mi perrito. — Todos pueden llevar sus medallas puestas e incluso podemos ponerles pañuelos pequeños para que dividir rangos. Cuando estemos en una misión por ende el camuflaje es su propia apariencia, nadie sospecha de unas simples aves. — De mi bolsillo saco una bolsa de maíz y todos levantan sus alas comenzando a graznar.

Pronto seré cadete y ahí es donde voy a empezar a armar mi legado.

— ¡Rowan se te va a hacer tarde en la academia! — Escucho a mamá gritar desde el piso de abajo.

Abrazo mi almohada con sueño y refriego mi cabeza en la almohada, no debí de insistir que me metieran a la Academia.

— Ya voy... — Susurro, escucho unos toques en la puerta y me levanto con pesadez.

Me levanto para irme al la tina la cual ya tiene agua caliente, bendito dinero que te hace tener agua así.