Capítulo 22

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Me duelen las piernas, me duele el coño, me duele el culo, me arde la vida y me duele la existencia

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Me duelen las piernas, me duele el coño, me duele el culo, me arde la vida y me duele la existencia.

— ¿Hay algo que no me duela? — Susurro.

— Los ojos — Se burla Sabrina.

Ruedo los ojos y cierro mis ojos con delicadeza — Me duelen incluso las pestañas Sabrina, anoche no me despegue de Christopher en horas.

— ¿Y es malo? — Alza una ceja.

— No lo siento así, me gustó... — Una sonrisa boba aparece en mis labios— Christopher quiere tener un bebé.

Sabrina entre abre la boca y lleva sus papas a la boca. — ¿Y que piensas quieres uno?

— No lo sé, es algo que se planea. — Cierro la carpeta poniendola a un lado.

— Osea si, pero si llegaras a quedar embarazada... ¿querrías tenerlo?

Guardo silencio un rato, tener un hijo para mi no es cualquier cosa, tanto secretos que guardamos los Rowan pueden llegar a rompernos todo lo que una vez formamos.

Christopher puede llegar a odiarme de solo saberlos pero las mentiras son lo único que han mantenido nuestra relación a flote, nosotros no somos mis padres.

Somos un mechero que cualquiera de los dos puede encender lo cual nos hace sumamente peligrosos, si Christopher llega a declararme la guerra puedo llevarme son problemas a los Morgan lo cual me hace sumamente peligrosa.

— ¿Atenea? ¡Atenea! — Un golpe en mi escritorio me hace sobresaltarme para ver a Sabrina nuevamente.

— ¿Qué?

— ¿De verdad no quieres tener un bebé? Tu silencio me respondió muchas cosas pero tu boca nada.

— Sabrina... si quiero tener un hijo de Christopher, es el amor de mi vida pero ambos somos una bomba de tiempo.

— ¿Qué quieres decir?

— No he sido totalmente honesta con Christopher y eso puede fracturar nuestra relación a lo mejor sabe que los Rowan tenemos nuestros secretos sin embargo pensara que no le tengo confianza más no puede ir en contra de mis principios.

Sabrina acaricia su vientre analizando mis palabras — ¿Es por tus padres?

Hago un puchero y asiento — Mis padres cargaban el secreto juntos, como un matrimonio. Christopher y yo no somos como ellos Sabrina y eso lo tengo muy en claro pero deseo tanto ese lado comprencibo de papá en Chris.

— Atenea, su relación siempre fue de riesgos. Se fue con los italianos cuando era joven pero se volvieron a ver que incluso cada cosa u obstáculo que se ponían los acercaba cada vez más.

Se que si me arriesgo tengo más para perder que ganar, trago saliva de solo imaginar la cara de odio y decepción de Christopher.

— Siento que si tenemos un hijo irá bien, pero si nos casamos en un futuro...esa relación será nuestra sentencia de muerte.

Por un Anunció. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora