Capítulo 26

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— Chris, amor

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— Chris, amor. — Me doy la vuelta suelto un chillido al chocar con su pecho. — Idiota pude quemarte.

— Es que te veías tan apetecible moviendo el culo. — Toca el botón del estéreo para apagarlo.

— Bueno... — Tomo un poco de comida con la cuchara y dirigirla a su boca. —Prueba.

Christopher abre la boca saboreando la comida hasta tratarla y verme fijamente — He probado cosas mejores.

Hago un puchero para dejar la cuchara en su lugar y apagar la estufa. — Entonces vamos a pedir de comer, no vuelvo a hacerte siquiera un huevo.

Se ríe para tomarme de las caderas y subirme a la encimera — Está delicioso, solo que tu coño es aún más rico.

— Amor acabamos de hacerlo. — Acaricio su pecho. — Además estoy en la cocina porque el señor dijo que tenía hambre a las jodidas cuatro de la madrugada.

El teléfono de recepción suena y se apartan para contestar con su tono de perros. — Manda a alguien que la lleve a su casa, no quiero molestias ¡Joder!

Cuelga el teléfono y me mira sin quitar su gesto de molestia. — Rachel está abajo borracha.

— Es mejor hacerla subir y alejar a Zeus de ella, que duerma en el sillón no podemos dejarla a su suerte.

— Le dije que tomara al chófer. — Refuta.

— Pero es tarde amor, ve a buscarla iré por toallas y un plato de sopa. — Beso sus labios.

Entro al cuarto de servicio para tomar unas toallas, un par de pijamas de visitas la cual supongo puede ser su talla.

— ¿Qué es todo ese ruido? — Voztesa.

— Zeus amor, ve a dormir es tarde. Una de las tenientes se puso borracha.

— ¿Y como sabe dónde vive papá?

Por un Anunció. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora