Capítulo I

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Parecía un día normal, lo era hasta que recibieron aquella noticia.

Gayatri había fallecido.

Cuando recibiste la noticia, tus oídos zumbaron y el latido de tu corazón dejó su mecánico ritmo para contraerse en tu pecho.

Un lápiz se cayó de un pupitre vecino, no sabías de quién era, ni siquiera podías reaccionar a tus propios pensamientos, tampoco te importaba ¿Por qué voltearías a ver a alguien más?

Alguien más...

Pavitr.

Tus pupilas dilatadas observaron alrededor del salón, pero no encontraste a la persona que buscabas desesperadamente.

Simplemente no estaba.

Cuando el director continuó explicando la situación luego de tu interrupción, todos tus sentidos se perdieron en tus divagaciones. Deseabas retroceder el tiempo, haber aceptado salir con ella y con Pavitr, no dejar que esa envidia las separara.

Un año, había pasado un año desde que te separaste de ella, y ahora, el único motivo que te hizo querer regresar y correr a sus brazos era su muerte.

Los profesores fueron muy inteligentes, o tal vez muy mezquinos, dieron la noticia casi al final de clases. No estabas segura si era porque querían evitar distraerlos, o porque no querían lidiar con tantos lloriqueos de pubertos. De cualquier forma, tanto por propósito moral como por cariño, estabas dispuesta a ir a despedirte de Gayatri, una última vez.

No te considerabas una persona muy sentimental, pero tampoco eras muy optimista; siendo realistas, probablemente eras una persona muy pesimista, realista en extremo, y esta filosofía hacía que casi siempre la gente confundiera eso con tristeza. Por lo cuál tu semblante no era el mejor dispuesto para cuando llegaste al hogar de la que había sido tu amiga.

¿Cuánto tiempo había pasado? Apenas la habías visto irse el último día de clases antes del fin de semana, y ahora su cuerpo ya se encontraba dentro de una pira, esperando ser carcomido por el fuego y por el último calor que probablemente recibirá. La realidad pegó con fuerza en tus memorias, por muy pesimista que fueras esto seguía siendo un gran golpe, lo fugaz de la vida no podía ser contemplado en su totalidad hasta que la muerte llegaba a tocar a los seres que te rodean.

Presentaste tu ofrenda y condolencias a sus padres, el capitán parecía (y lo estaba) devastado, la madre apenas podía mostrar su llanto por la cantidad de telas que le tapaban el rostro. Recibieron tus afectos de corazón, casi como si Gayatri jamás les hubiera dicho que su relación de amistad había terminado; la mirada de alivio mezclada con dolor que te entregaron era como el de unos padres a otro de sus hijos.

Al alejarte, repasaste el hogar donde habías pasado gran parte de tu niñez, jugando, divirtiéndote, o en una cena eventual cuando eras invitada. Pero si creías que tu corazón no podía sufrir más sorpresas, estabas muy equivocada; lo viste, y caíste en cuenta lo mucho que te había extrañado no haberle visto esta mañana. Pavitr se encontraba desolado, apenas moviendo sus labios y emitiendo algo casi inaudible, que adivinaste, tal vez estaba recitando una oración para ella.

—Pavitr...

Tus labios hablaron sin tintubear, y te acercaste para consolarle, prácticamente por impulso. Él no habló, pero alzó sus párpados como símbolo de reconocimiento, trató de ofrecer una sonrisa forzada, sin ningún rastro de felicidad genuina.

—Yo... lo siento mucho debió ser algo muy...

Cortaste tus palabras, realmente pensabas que lo ibas a arruinar, querías consolarlo, no hacerlo sentir peor.

"¿Escuchaste lo trágica que fue su muerte?" —tus oídos se precisaron —Estuvo muy cerca de la lucha de Spider man contra ese tipo de muchos brazos.

Giraste tu rostro nuevamente para mirar a tu compañero, buscando alguna explicación. Deseabas que se callaran, con mucha más razón cuando viste su rostro.

—Sé que cayó de una gran altura, para cuando la encontraron tenía el cráneo hecho trizas. Spider Man... simplemente no pudo salvarla. - fueron sus palabras.

—Supongo que Spider Man no puede salvar a todos.

Maldita seas, tu pesimismo saliendo a relucir como siempre. Pavitr se encogió en su lugar, abrazándose a sí mismo en busca de su propio consuelo. Hace unos segundos querías que estas personas inconscientes se callaran, pero ahora eras tú la que empeoró la situación.

—Estoy segura de que Gayatri ya obtuvo moksha, algún día la volveremos a ver...

"...cuando estemos muertos también."

Ahora que entendiste lo lejos que se había ido, las lágrimas parecieron fluir como si apenas hubieran logrado romper una represa; salieron sin permiso, sin hacer ruido y no tardaste en pasar tus manos por el rostro para tratar de retenerlas en tus mejillas.

—¿Qué hacía ella ahí? ¿Es que no tenía nada que hacer más que estar persiguiendo al Hombre Araña? Si yo hubiera estado con ella... — espetaste con dolor.

Y pasó, el dolor que sentiste por ese año separada de ella explotó en tu interior, aunque te habías consolado pensando en que hacías lo correcto, tus decisiones la trajeron hasta aquí.

En una posición en la que casi estabas arrodillada en el suelo, sentiste dos brazos que rodearon tu espalda, y aunque estaban fríos por la tristeza, cargaban esperanza rota en su interior. "Todo esto fue mi culpa, no pude protegerla, si yo..." la voz quebrada de Pavitr hizo eco en tu cabeza atormentada.

—Esto no fue tu culpa Pavitr, el Hombre Araña... ¡Él salva a todo el mundo! ¿Por qué no pudo salvar a mi amiga? ¿Por qué justo ella...?

—Estoy seguro de que él lo hubiera hecho si hubiera estado a su alcance...

El rostro de él se veía deprimido, falta de sueño, cansancio y demacrado. La razones por las cuáles te habías enamorado inicialmente parecían haber desaparecido, ni su sonrisa como el sol se encontraba ya presente.

¿Pero qué puede hacer el sol cuando la penumbra de la noche llega? Sin la luna, que refleja el amor que el sol da, no puede ofrecer luz en las tinieblas.

Jamás imaginaste describir sentimiento de rencor hacia el super héroe que habías admirado y visto en la televisión. No era su culpa, pero al fin y al cabo, para él, Gayatri era una ciudadana más; para su familia, para su pareja y para ti habían sido su mundo, y él nunca comprendería eso.

Porque seguramente él nunca perdió a ningún ser amado.

No podías recuperar a Gayatri, pero estabas dispuesta a hacer lo necesario para ella no fuera olvidada, que lo que ella dejó atrás, lo que le fue arrebatado, no desapareciera.

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After DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora