XIII

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Me quedé sin aliento, mirando a Roier con una mezcla de miedo y sorpresa. Él me devolvió la mirada, con una sonrisa nerviosa que delataba su ansiedad. Era como si ambos estuviéramos pensando lo mismo: "¿Qué vamos a hacer?"

La habitación parecía haberse detenido en el tiempo. El doctor seguía hablando, explicando detalles sobre el embarazo y lo que debíamos esperar, pero yo apenas lo escuchaba. Mi atención estaba fijada en Roier, en su rostro preocupado.

Me tomó la mano y la apretó, buscando tranquilizarme. Pero yo podía sentir su tensión, su miedo. Éramos jóvenes, apenas estábamos comenzando nuestras vidas juntos. ¿Cómo íbamos a criar a un hijo?

Roier se inclinó hacia mí y me susurró al oído:

—¿Estás bien?

Asentí, tratando de sonreír, pero mi corazón estaba latiendo con ansiedad.

—¿Y tú? —pregunté, mirándolo a los ojos.

Roier respiró hondo y me sonrió nervioso de nuevo.

—Estoy aquí contigo —dijo—.

[•••]

Salimos del consultorio en silencio, como si ambos estuviéramos procesando la noticia. No hablamos hasta que llegamos al departamento, donde finalmente Roier rompió el silencio.

—Vamos a tener un bebé —dijo sonriendo, pero ahora su sonrisa era de alegría.

—Sí —reí nerviosa, sintiendo un mix de emociones.

—¿Qué sientes? —preguntó Roier, acercándose a mí.

—Estoy... —pausé, buscando las palabras—. Estoy feliz, pero también un poco asustada, ¿Tú, como te sientes?.

—Me siento feliz, solo que aún no he asimilado la noticia —dijo, riendo sutilmente—. ¿Quién nos va a enseñar a ser padres? No sé cómo hacerlo, siento mucho miedo por primera vez.

Se rascó la nuca, mostrando su inseguridad.

—Amor, tranquilo —dije, acercándome a él—. Vamos a solucionarlo, seremos los mejores padres, ya verás. Tú serás un excelente papá.

Bromeé sobre Bolbby, hijo virtual, pero por dentro mis emociones estaban locas. También estaba asustada, pero sabía que debía ser fuerte para ambos.

Roier se rió.

—Ay, amor, no es lo mismo —dijo—. Este será un bebé real, tendré que enseñarle tantas cosas y no creo ser capaz.

Me acerqué a él y lo abracé.

—Yo sé que puedes con eso y más —dije, mirándolo a los ojos—. Vamos a poder aprender a ser papás. Juntos.

Roier sonrió, y su mirada se llenó de gratitud.

—Gracias, amor —dijo—. No sé qué haría sin ti.

Nos abrazamos, sintiendo que juntos podríamos enfrentar cualquier desafío que se nos presentara. Íbamos a ser padres, y eso era un nuevo capítulo en nuestras vidas.

[•••]

Tres meses habían pasado y mi panza aún no era muy grande, considerando que ya casi tenía cuatro meses. Me sentía un poco extraña, ya que mi cuerpo estaba cambiando de manera sutil, pero aún no era demasiado notorio. Sin embargo, yo ya había desarrollado una conexión profunda con mi bebé.

Cada día, le hablaba y le rogaba que no se hiciera notar demasiado pronto. Todavía no había contado a mi hermano, mis papás, ni a los seguidores de Roier sobre mi embarazo. Tampoco habíamos compartido la noticia con nuestros amigos. Quería mantenerlo en secreto un poco más, pero sabía que pronto tendría que hacerlo.

La familia que siempre soñé | ROIER Y T/N <3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora