Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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- a la derecha secuaz- grito grimm y giraste a la derecha.
-Izquierda ahora!- seguiste la indicacion mientras podrías escuchar los gritos de agonía al tu alrededor como el correr de los demas, estabas aterrada.
-DERECHA, DERECHA!- grito Grimm y tu solo podías obedecer, pero sentiste un golpe que te desorientó.
-au... Grimm estas bien? ... Grimm- no escuchaste nada, ni sentiste a tu amigo e guía en la espalda -GRIMM?! - te levantaste tanteando la pared, la verdad no podías ver nada y no era porque el lugar estaba oscuro o la venda de tus ojos, eras ciega, en esta vida te quitaron tu sentido de la vista sin posibilidades de recuperarlas debido a la severidad de la herida, solamente tenias a Grimm como tus ojos en este mundo, sin el morirás en este laberinto, pero como acabaste aquí.
Bueno en parte es culpa del mundo que escogiste "El laberinto de mitos: las bestias de los ojos" es el juego que no importa el tiempo lo sigues jugando, ya que es un roguelife con temáticas Otome algo bizarras, ya que los objetivos de captura... SON LOS MINI JEFES DEL LABERINTO, todos maldecidos por la bestia de este, antes sacrificios ahora sus seguidores porque querían vivir, Ruggie la Hiena Risueña, Jack el Lobo Solitario, Kimba el príncipe León y Azaan la Pantera noble, antes humanos pero por consumir la sangre de la bestia del laberinto se volvieron iguales a su señor, un Leon de gran tamaño con cicatrices en el cuerpo que llevaba décadas encerrado en ese laberinto, su prisión, su hogar, no solo su fuerza era incluso incomparable a la de los otros mini jefes, también por poseer magia de destrucción donde convertía todo en arena, La bestia es como la llamaban, pero había perdido toda humanidad y con eso su nombre.
Jamás supiste el nombre del gran jefe, pero tenias que admitirlo, de todos los jefes La bestia es tu favorito, siempre tan misterioso, y su falta de historia solo hace que quisieras saber más de el, ¿como acabo en el laberinto? ¿Enserio nació así o antes era un hombre? ¿De verdad perdió su humanidad o sigue un poco ahí adentro? ¿Cual es su nombre y si alguna vez tubo una familia que lo amo? Tal vez por eso escogiste este mundo... pero no esperabas que ahora no podías ni siquiera leer las noticias.
Como maldecías a tu familia en esta vida, a tu padre por darte como cordero de sacrificio aun sabiendo que estabas ciega y que morirías, como a tu madre que te trataba como basura y molestia en tu propio hogar por no ver a donde ibas, pero al quien mas odiabas era a tu hermano mayor, el causante de tu ceguera, ¿como acabaste adentró del laberinto? Bueno tu como los otros 21 chicos y chicas qué entraron contigo eran parte de los sacrificios y deudas que tú reino tenia que dar a la gran Savana del atardecer por a ver perdido la guerra ante él, y si no quieren acabar exterminados tenían que dar sacrificios a la bestia del laberinto y oró.
En teoría tu hermano debió ser el que acabara en este lugar, pero tu padre te dió a ti en vez a su preciado heredero, no eras princesa pero tus padre eran comerciantes, así que de dinero eran, claro que a ti te tenían peor que una sirvienta, así que incluso la ropa que usabas eran trapos viejos, casi lucias como una mendiga, bueno no era como pudieras mirarte en un espejo y quejarte de como te veías.
Cuando todos entraron a este lugar, alguno de los sacrificados habían traído armas entre sus ropas y empezaron a matar a otras personas para dejar carne al monstruo del lugar y ellos poder escapar, corriste asustada de la matanza y a la vez del lugar, Grimm te estaba guiando, pero al parecer activaste una trampa por error y terminaste separada de tu único guía estabas desamparada caminando pegada a las paredes del lugar, hasta que sentiste que chocaste con alguien.
-Ah! L. Lo siento! Y. Yo- dijiste asustada intentando tocar de nuevo la pared,
- Mira para donde vas?! ah eres de las otras chicas que vinieron con nosotros? Porque aun tienes la venda?- dijo una voz masculina, la reconociste como la voz de uno de los chicos del sacrificio - e..espera eres ciega? Ja que mala suerte para ti -
Solo bajaste la cabeza y estabas dispuesta a seguir tu camino, pero el chico te tomo del brazo- hey aun no eh acabo ciega, ¿a donde vas? Para estar ciega tienes buen cuerpo - dijo mientras te miraba y tu temblabas.
- a, atras, d. De. Déjame, a. Alejate - dijiste intentando safarte del chico pero este te agarró con mas fuerza y te tiro al suelo, aterrada solo podías gritar por ayuda.
- ya vamos a morir aquí, que más da divertirme antes de irme- dijo aquel chico, mientras te agarraba de la ropa y sentías como te la rasgaba, intentaste pegarle o alejarlo, pero no era tan fácil localizar a alguien sin tu mirada, estabas llorando aterrada.
Cuando ya no sentiste a alguien sobre ti, solo escuchaste el intento de un grito y un crack sonoro, no sabias lo que estaba pasando, pero lo que paso era la bestia del laberinto sosteniendo el cuerpo ya inerte del chico por la cabeza que el mismo apretó hasta destrozarlo, alzándolo y lanzándolo a un lado de la sala, soltó un leve gruñido y regresó de estar parado regreso a una pose más animal donde se acercó a ti para olfatearte.
-Grimm? - dijiste con voz asustada acercando tu mano a la persona enfrente de ti, sintiendo un hocico grande y peludo que llegaba a una cabeza de felino, el león te miraba analizando la situación, se dejó tocar ya que no parecías tener intenciones de lastimarlo, más bien analizaba tus acciones.
Lo detecto, eras ciega, eso quiere decir... que no huirías de él
