Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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-Grimm? Eres tu? - seguías tanteando ese rostro con cuidado, pudiste incluso sentir una cicatriz en su mejilla izquierda que subía al ojo.
- mi nombre no ser Grimm - dijo aquella bestia de ojos verdes que seguía analizandote, tu diste un leve sobresalto y apartaste tus manos con cuidado, pequeña, delgada, de piel suave y cabellera larga - tu te pareces a un herbívoro -
- q..que? Yo también como carne - dijiste a aquella voz algo familiar, pero de dónde? Oh si! Suena como el jefe final cuando soltaba una que otra frase en el final, aunque era más salvaje esa forma de hablar, así que tal vez no sea él.
- también algunos herbívoros, conejos son unos- dijo aquella voz mientras se sentaba frente tuyo.
- eh? Enserio? Creí que solo comían verduras...- dijiste sorprendida mientras también te sentabas derecha - son muy pequeños y suavecitos, ¿Como pueden comer carne?-
-supervivencia - dijo el León, moviendo algo la cola, lleva ya cinco años encerrado y siente que estaba perdiendo la cabeza, no tener con quien hablar le estaba afectando y también que lo único que entraba aqui eran jovenes que aveces tenian armas y lo atacaban cómo gente que salía corriendo de el, le afectaba algo, bueno la verdad mucho, tanto que aveces dejaba de ser hombre y actuaba mas como animal - o incluso por falta de nutrientes-
- oh... La verdad eso tiene sentido.. pero ese no es el caso!- ya alzaste las manos, calmandote algo, incluso la platica amena te hizo olvidar por un momento lo que pasó - no soy herbívoro, soy _____ -
- ja, pero te alteras como uno, te dire Herbívora - dijo y noto como hacías puchero, causándole una risa - me agradas, eres linda, decidido, ahora eres mía -
- que? AAH! - sentiste como te alzaban y te cargaban como un costal de papas, algo que te asusto un poco, ya que bueno no estas acostumbrada a que te carguen asi que te aferraste a la persona que te estaba cargando y sentías como se movía, tocabas su cabello como nuca - a. Adónde vamos?!-
- mi madriguera - dijo secamente mientras seguía caminando, decidiste no pelear tanto ya que bueno, aunque te liberaran no sabrías a donde ir y por lo que recuerdas el laberinto también tiene trampas y algunas pueden ser mortales así que solo te sujetaste con fuerza, mientras que la bestia parecía contento de tener a alguien con quién hablar.
-SECUAZ?! SECUAZ DONDE ESTAS?! - Grimm gritaba mientras aplaudía y hacía mucho ruido intentando localizarte - PERDI A MI SECUAZ BUAAA, EN DONDE ESTAS?!- estaba asustado, solito y con frío, ya que esa trampa lo tiro a una corriente de agua que lo llevo a otra sala del laberinto, como podía intento regresar por sus pasos llamando a su secuaz sin parar, pero la verdad todo este lugar es tan confuso.
-OH YA SE! - el minino se acerco al arrolló y bebió mucha pero mucha agua, esperando que la naturaleza lo llamara - voy a marcar por donde fui! Así no me perderé! - y con eso empezó a marcar el lugar, como buen minino que era.
Ay si supiera que el lugar está encantado así que es imposible marcar el lugar para saber a donde va...
