Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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La noche era fría y el cielo era decorado por un manto de estrellas dando un paisaje místico y misterioso, esa noche te levantaste para escapar, tomando una capa y algunos de los adornos lujosos, era extraño, ya sabías cómo moverte, como si tu cuerpo tuviera memoria muscular.
- Secuaz, no de nuevo - dijo Grimm viendo como te mueves, como si ya supiera lo que estás planeando.
- ¿No de nuevo? - dijiste ya mirándolo terminando de amarrar la bolsa para escapar y tomaste a grimm para meterlo en la mochila improvisada, cosa que como si se tratara de doblar ropa, ya sabías hacer.
- ¿No lo recuerdas? Siempre intentabas escapar hasta que cumpliste 19 años, ahí dejaste de hacerlo... - dijo Grimm sacando su cabeza de la mochila.
-¿Que parte de que me reventaron un jarrón en la cabeza y no tengo ningún recuerdo de esta vida y solo se lo que pasará por el juego, es la que no entiendes?- Regañaste a Grimm por lo bajo -Y de verdad que tengo suerte de estar viva, si tengo a este guardián de protector... ¿seguro que no eres un cachorro? -
- ¿Qué es eso? ¿se come? - dijo Grimm y tú solo giraste los ojos metiendo nuevamente en la mochila ya poniendotelo en la espalda
-... Sabes, a veces me pregunto si solo eres muy inocente o un tonto de primera- Comentaste negando con la cabeza, ya que aun te duele mucho -Como sea, tengo que aprovechar que la noches esta muy oscura para irme, no le dare oportunidad a esa loca de matarme ni a Jamil de comermer-
Declaraste muy decidida al mismo tiempo que te asomas por la ventana para ver si podías escapar ahí y no, no es buena opcion, esta en un cuarto piso y las sabanas no te alcanzaran para hacer una cuerda, además, no sabias si era idea tuya o algo se movía en la pared, pero antes que pudieras identificar que era, un dolor punzante en la cabeza apareció, era como si mil agujas se te fueran clavadas al mismo tiempo, gritaste, soltaste un quejido fuerte y todo tu mundo se desoriento.
Causando que tu peso como posición, cayeras por la ventana, intentas agarrarte pero el dolor impide coordinar tus brazos y manos, tu cuerpo no obedecía las órdenes de tu cerebro, un efecto secundario de tu herida aun no sanada, sin embargo jamas tocaste el suelo mientras caías, es más quedaste a media torre y algo empezó a envolverte, no sabías si era tu mente jugando una mala broma o que, solo podías quejarte y llorar por la migraña que no paraba, cuando la sensación conocida de una piel fría toco tu mejilla y unos brazos te envolvieron.
- Shhh calma~... shhh~ - dijo esa voz que tu mente intentaba reconocer - Mirame a los ojos, ____ mirame a los ojos - te indico y con dificultad alzaste la vista, hasta tuvieron que ayudarte, para al fin ver esos ojos rojos que brillaban cual gema, de repente el dolor se fue esfumando y todo parecía volverse ligero a comparación de lo pesado y doloroso de hace un rato.
- El dolor.... - susurraste mientras esta persona seguía envolviendo su largo cuerpo en ti sin apartar la vista.
- ¿Se fue? es porque ahora estas concentrada en mis ojos, mi diamante... ¿Que paso? ¿Por qué te caiste? - dijo el chico mientras volvía a entrar de la ventana que había salido.
-Mi cabeza... Dolía y caí...- Volviste a susurrar como si de un hechizo de verdad se tratara.
-Ya veo...- Comentó tranquilamente aquel desconocido, pero el bolso improvisado que llevabas contigo, tal parece que volviste a las viejas costumbres -Entonces hoy duerme conmigo, me asegurare de que esten comodos-
- ¿cómodos? ... ¿Te refieres a Grimm y yo? - dijiste con verdadera confusión.
Jamil se quedó callado por un momento ¿Como pudo olvidar algo tan importante? Aunque inmediatamente recordó las advertencias de Iago, que en el peor de los quedaría retrasada o en estado vegetal, en el mejor tendria amnesia tras ese golpe, aún no había manera de saber qué tanto olvido está hablar con ella, y para que volvieras a sus costumbres escapistas, es que olvidaste todo los que viviste con él los últimos 14 años, incluso su más grande secreto, que él es un demonio Naga y cómo concibieron al niño que crece en tu vientre.
- _____ mi diamante.... me refiero a ti y a mi cría que está en tu interior... pero al parecer ese golpe si te afecto... - dijo algo triste, pero de todos los destinos, el que olvides el pasado es el menos peor... perderte o a el, lo hubiera hecho caer en la locura, solo te abrazo aprovechando la medio hipnosis que estas, muy seguramente mañana olvidaras, pero que no recuerdes, no significa que te dejará escapar, mientras tanto tú te dejaste llevar el Naga que ahora se acurrucaba en esa como de forma circular que más bien parece una especie de nido, tu mente estaba muy aturdida para procesar ese dato tan importante que te acaba de soltar, solo balbuceaste un poco.
-... ¿Una cría?... ¿Osea un bebé?- Preguntaste algo confusa sin romper el contacto visual, ignorando esa enorme cola de víbora que te envolvía como si fuera una sábana
- si ... nuestro bebé... tu mismo lo dijiste, que querías tener el bebé del hombre que amas - dijo mientras ya hacía que te acostaras en la cama junto con el, acariciando tu rostro - no te preocupes... te haré recordar mi bello diamante... mi dulce ratoncito-
Sin embargo con lo que ninguno de los dos contaba... es que Grimm no está hipnotizado y estaba en shock al saber que venía un mini-secuaz en camino y se lo contaría TODO a ____ en la mañana.
