Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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Leona no perdió el tiempo, de un ágil salto la bestia que gobierna el laberinto se lanzó a ayudarte.
Él ya conoce este tipo de trampas, sabe de donde agarrarse en las paredes del agujero para no resbalarse y caer al abismo sin fondo, aferrándose a las rocas y raíces, dando saltos cada que podía para llegar rápidamente contigo, no sabía cuánto llevas ahí desangrandote, pero el que estuvieras inconsciente es una pésima señal y que tu piel que se viera tan pálida solo le causaba escalofríos.
-¡¡_____!! ¡¡HERBÍVORA!!- Te grito Leona esperando que despertaras, pero tu no reaccionaste, ni siquiera un poco haciendo que el vacío de su estómago creciera -¡Mierda! Esto es muy malo... ¡No te preocupes herbívora, te salvaré!-
Volvió a gritar la bestia león más para animarse a sí mismo que a ti que no puedes escucharlo, desde de la pared de la trampa a la que estaba aferrado con garras salto con todas sus fuerzas hasta la raíz salida, de una planta eterna que te sujetaba y evitada tu cruel destino de caer a un vacío infinito por la eternidad.
Su cuerpo llegó al otro lado, por su inquietud y ansiedad estuvo a nada de resbalar y ser una victima mas de esta trampa mortal, casi le da un infarto a Grimm que miraba todo desde la orilla del hoyo rezando a su diosa que no pasara nada a sus secuaces, pero Leona se aferró tanto con dientes como garras a la raíz, no caería en ese final, no se lo permitirá, ya sintiéndose seguro se movió poco a poco hasta ti tomando más una pose animal.
Antes odiaba que se alejaba a la apariencia humana con la que nació, pero ahora lo agradece ya que era fácil de moverse cuando se lo proponía -Tranquila herbívora, ya casi estás seguras- Dijo ya estando junto a ti, miro con cuidado la situación, no había manera sacarte de esas ramas que te atraviesan sin que haga más daño, así que tomo la segunda opción, preparó sus garras y de un zarpazo te libero, pero aún con esas ramas atravesando tu cuerpo, no podía arriesgarse a que te desangres más.
Te agarro de tal manera para que fuera fácil para el cargarte y sacarte de ahí, pero la raíz comienzo a ceder al peso de ambos y desprenderse de la pared de la trampa, Leona tuvo que saltar al último segundo antes de que él y tú cayeran al abismo sin fondo aferrarse con todas sus fuerzas a la pared rocosa, respirando de manera agitada por ese último susto.
-Le.. Leona...- Llamaste débilmente apenas recuperando la conciencia por el dolor, pero una señal que aun estabas viva, el chico suspiró aliviado aunque literalmente estuviera aferrado a la pared
-¡_____!- Exclamó el león ya con la energía para salir de ahí con más fuerza y ponerte en un sitio más seguro -¡Mantén la calma, te sacaré de aquí!-
-Salida...- Intentaste hablar pero sentías muchísimo dolor de aquella rama atravesando tu interior, podrías jurar que sentías tanto la entrada como la salida de ese objeto -Hay... una...- Intentaste hablar de nuevo.
-Guarda tus fuerzas, no hables- Dijo Leona ignorándote tus palabras mientras seguía escalando por los muros del agujero, para él estás delirando por la falta de sangre ya que era imposible que hubiera una salida, él lo intentó por años y nunca encontró una, convencido de que este laberinto está en otra dimensión o algo asi.
