Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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Ya pasaron un par de días desde que empezaste esta extraña convivencia con tu captor, Sebek te mantuvo sometida por varios días consecutivos, siempre te agotaba hasta hacerte desmayar y una vez que recuperabas la conciencia el cocodrilo siempre estaba ahí de nuevo para recordarte quien es tu amo ahora.
No entendías de donde sacaba tantas energías este tipo, para ti era imposible seguirle y ritmo, pero parecía que finalmente llegó a su límite, por que esa mañana despertaste y demonio cocodrilo en vez de atacarte solo te miro reojo, como si te evaluará.
-Oye ¿Puedes caminar?- Te pregunto secamente
-Creo que si...- Dijiste intentando levantarte pero tu cuerpo dijo nop, no voy a funcionar hoy -No la verdad no...-
-Hump...- Refunfuño el peli-verde y como si nada te cargo en un brazo
-¡H.. Hey! ¡¿Qué haces?! ¡Auh!- Preguntaste un poco nervioso y adolorida de las caderas por donde te tomo, creo que agarro la herida que te hizo al someterte en la cama.
-Te estoy disciplinando todavía, eso significa que no te puedo dejar sola o intentaras escapar, humana- Respondió firme el oji-dorado ignorando tu dolor, debes volverte fuerte, aunque movió un poco los dedos para no lastimarte más.
-¡No me escaparé, me quedó muy claro que no tengo escape!- Respondiste haciendo un ligero puchero -¿Y a dónde vamos?- Preguntaste notando que al te va a sacar de esa habitación donde te mantenía encerrada con él.
-Hoy toca entrenar a los nuevos reclutas- Dijo y abriendo las puertas de la habitación y moviéndose por el pasillo del sitio.
-A.. Alto espera no.. ¡No tengo ropa! ¡¡¡M.. Me van a ver!!!- Exclamaste otra vez medio forcejeando.
Ahí Sebek se detuvo y se te quedo mirando, el había destrozado toda la ropa que llevabas y lo único que tenías para cubrir tu desnudez era el cabello largo dejando expuesto todas las marcas que el cocodrilo te dejo, no quería admitirlo, pero eras demasiado hermosa y no quería que nadie más viera su propiedad.
-¡Hey! ¡Hay alguien disponible!- Grito el cocodrilo y al acto un par de sirvientes reptil humanoides aparecieron por el pasillos, llegaron corriendo
-¿Nos llamó señor? - dijieron estos dos sirvientas machos de pelo largo y escamas en la cara de una belleza deslumbrante.
Sebek que antes no se fijaba en su servidumbre se les quedó mirando muy fijamente y parecía tener el ceño fruncido un poco más de lo costumbre.
-¿Pasa algo mi señor?- Cuestionó el otro sirviente demonio reptil preocupado por la expresión de su amo, no es bueno que este molesto ya que tiene a gritar... y reventar cabezas con sus gritos.
-¡Quiero que venga personal femenino!- Ordenó Sebek con voz contundente y mas intensa que de costumbre
-... em, señor... hay un problema con esa orden..- Balbuceó uno de los sirvientes confundido por la orden y sin saber cómo responder
