Eras una gamer de excelencia, te encantaban los juegos de fantasía y romance, últimamente estabas obsesionada con un nuevo juego otome mezclado con peleas, habia muchos chicos lindos a escojer, pero la verdad tu personaje favorito era el jefe final...
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Trey estaba sin palabras, era imposible que hubiera una quinta chica morena, pecosa, sucia, desnuda, mendiga y flaca hasta los huesos, es más hasta se le notan las costillas, esto no tenía ni pies ni cabeza.
Estaba muy tentado a tomar un cuchillo y aprovechando que la chica no se a dado cuenta de su presencia, atacar por detrás y abrirle el cuello, pero la verdad, esta vez estaba tan confundido, que por primera vez en muchos años prefirió hablar con su víctima en vez de matarla sin hacer preguntas, aun asi se acercó muy lentamente para no sobresaltarla ni asustarla cuando un chillido lo delató.
-¡¡CUIDADO SECUAZ!! ¡¡ES EL LOCO CANIBAL!!- Grito Grimm desde un estante donde buscaba atún enlatado
Tú, que tenías un pepinillo en la boca a medio comer, te giraste rápidamente ante la advertencia, encontrándose con el peli-verde que estaba bastante sorprendido por ser descubierto, pero en vez de asustarte o huir por tu vida, tu único reacción fue tomar uno de los pepinillos del frasco y empezar a ponerlo en tu boca, luego otro y otro y lentamente le ofreciste el último pepinillo..
-¿Quiefes?- Preguntaste con la boca llena y ojitos grandes como de niña
-Eemm... No gracias, no soy fanatico de los pepinillos por la mañana- Respondió Trey aún confuso, hasta que noto que tu rostro aún está manchado con sangre, "Entonces no hay una quinta chica, es la misma de ayer ¿Aun así, cómo sigue viva?" Fue lo que pensó sintiéndose aún más confundido recordando su cráneo abierto y sesos desperdigados
-Oye... Tienes sangre en la cara- Pregunto acercandose a ti, notando como te comías el pepinillo que rechazó -Parece que también tienes muchísima hambre, que tal si dejas comer por un momento y me cuentas si recuerdas cómo te lastimaste- Comento tratando de sonreír para ti, para no asustarte, mientras Grimm estaba listo para atacar si este tipo se comía su secuaz de nuevo
- No ... mio - abrazaste el frasco de pepinillos como no queriendo soltarlo - ya te intente convidar y no quisiste -
-... Jeje, no tranquila, no te los quiero quitar, es que no puedo hablar contigo si sigues comiendo como un animalito- Explico algo divertido por tu reacción, se le hizo tierna -En primer lugar, me gustaría ser ¿Quien eres?-
-Soy ____ y el es Grimm- Dijiste señalando a tu felino acompañante, tragando con dificultad los últimos pepinillos e inmediatamente buscando con la vista otra cosa que comer
-Ok, mucho gusto ____, yo soy Trey Clover- Saludo con una sonrisa amable, tenía tiempo que no tenía una conversación real con una persona más allá de solo la clásica interacción con los clientes que vienen a su cafeteria y pasteleria -Ahora quiero saber ¿Por qué estás tan desesperada por comer? ¿Aún tienes hambre?- Volvió a preguntar notando que casi acabó con todo lo que había en su cocina privada
-Oh no, ya no tengo hambre hace rato, pero Grimm dice que coma hasta reventar por que nunca se cuando volvere a comer- Contestaste regresandole la sonrisa pero bajaste la cabecita triste cuando te diste cuenta de que ya casi te acabaste todo y solo quedan botellas de aceites y salsas de mariscos que saben feo -Oye ¿No hay más comida?-
- ... Bueno yo puedo hacer más comida - dijo y vio como tus ojitos se iluminaban con emocion - sí! Respondes las preguntas... De acuerdo? -
- mmmmm trato justo! Y además hay comida! - dijiste alegré y Trey aunque confuso solo suspiro algo animado con toda la intención de interrogarte.
Claro no esperaba tener que repetir muchas veces las preguntas.
