She Will Be Loved [Luntoria]

Capítulo 10

En la noche...

Residencia Park...

Luna acababa de terminar una composición nueva que se le vino a la mente una vez que llegó a casa.

— ¿Fui dura con Victoria?— preguntó Luna de la nada dejando de escribir.— ¿Por qué no me habrá querido decir de su vida privada?

No pudo evitar sentirse mal. Victoria había sido muy paciente con Luna respecto a su depresión amorosa y lo único que hizo de regreso fue echar a perder por una estupidez. Si Victoria no le quiso decir de su vida privada, entonces no tenía por qué estar rogándole como si fuera una acosadora. Dudó si Victoria vendría a su departamento después de lo sucedido, a lo mejor no la quería ver ni en pintura.

*Ding Dong*

Luna dejó lo que estaba haciendo y bajó a abrir. Ya era muy tarde para recibir visitas. Luna abrió la puerta y se sorprendió al ver a Victoria parada.

— Victoria...— Luna bajó la cabeza avergonzada.

— Hola Luna, ¿puedo pasar?— preguntó Victoria apenada.

— C-Claro.— Luna le abrió el paso a la mayor para que entrara.— Creí que no vendrías.— comentó cerrando la puerta.

— Te prometí que vendría y lo hago por trabajo, porque has estado pagando y no quiero defraudar a mi clienta.

— No digas eso, ya te dije que no soy un cliente más... para ti siempre seré una amiga más.— dijo Luna mirándola al fin.— Perdóname Toria. Perdóname por haber sido dura contigo hace rato.

Victoria negó con la cabeza.— No Luna, perdóname tú a mí por no ser tan abierta contigo desde un principio... eres una las personas en quien estoy comenzando a confiar y no quiero que nuestra amistad se vea afectada. Te prometo que algún día te lo voy a contar pero no hoy.

— No es necesario que me lo cuentes, tampoco te quiero presionar porque no es fácil para ti y no lo pensé, te pido perdón por eso. No sé qué clase de historia tengas, pero a mí no me importa porque llevo conociéndote y yo sé que eres una mujer de buen corazón, por dentro y por fuera.

Victoria sonrió conmovida sintiendo sus mejillas enrojecer.

— Gracias por tus palabras, Luna.

— ¿Entonces estamos bien?— preguntó algo insegura.

— Sí, estamos bien.— aquella respuesta hizo que Luna sonriera aliviada.— Gracias Toria.— A Victoria le estaba gustando que Luna la llamara así.

— ¿Y qué estabas haciendo?— preguntó Victoria curiosa.

— Oh estaba escribiendo una composición.— contestó Luna emocionada.— Hoy empecé y lo acabo de terminar. ¿Quieres que te lo muestre?

— Claro que sí.— contestó sonriendo.

— ¡Ven!— Luna tomó el brazo de la mayor llevándosela a su habitación.

[...]

Luna y Victoria entraron a la habitación de la menor. Victoria pudo ver que las hojas estaban esparcidas por doquier.

— ¿Todo eso estuviste haciendo todo el día?— preguntó Victoria en shock.

— Sí, estuve haciendo algunos borradores porque no sabía cómo aterrizarlo, así somos los compositores... gastando puras hojas.— bromeó Luna y Victoria se echó a reír.— Aquí está.— Luna tomó su composición y se lo entregó a Victoria.— ¿Qué te parece?