D I E C I S É I S

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Listas de amores pasados


—Un poco más de agua, por favor. Creo que acabaré deshidratándome.

—A no ser que la gripe de la gallina te atrape antes —Jimin sonrió tímidamente—; creo que le lleva ventaja a la deshidratación.

— ¡No pronuncies el nombre prohibido! —le recordó Taehyung, que apretó los dientes al hablar.

—Oh, perdón.

La noche anterior habían acordado no pronunciar «la gripe de la gallina», ya que a Taehyung se le antojaba demasiado doloroso escuchar aquel terminó, y sus oídos no parecían estar preparados para soportarlo. Jimin abrió el botiquín de primeros auxilios que él había llevado como parte del equipaje y buscó en el abarrotado interior otra toallita húmeda para colocársela en la frente.

—Están a la derecha —le indicó Taehyung—. ¡Uf, Jimin, eres una paleta total! Dame el botiquín, ya las busco yo mismo.

Le tendió la maletita.

—Cuidado, no sea que te rompas una uña... —le advirtió Jimin, medio riendo—. Eso sería... el Apocalipsis.

Taehyung desenvolvió rápidamente otra toallita húmeda y, desechando la anterior, se la puso sobre la frente con cuidado. Se reclinó sobre el sofá y apoyó la cabeza en un almohadón de color morado.

— ¿Sabes?, empiezas a repetirte —dijo Taehyung—. Vas a tener que contratar a alguien para que piense estupideces nuevas por ti.

— ¿No es más propio de ti eso de tener sirvientes que se encarguen de tus responsabilidades?

—Sí. Ojalá estuviese aquí Siva —Suspiró con aire nostálgico—; nadie hace los zumos de piña con coco rallado como él... —Frunció el entrecejo —. ¡Cómo odio este horrible lugar!

—Te refieres a mi casa, ¿no?

—Sí, y a todos los que la habitan, por supuesto —aclaró felizmente.

—Tranquilo; para mí también es un alivio saber que cada minuto que pasa significa que falta un poco menos para que te marches de aquí.

Taehyung estiró los brazos, sonriendo y ocupando prácticamente todo el sofá.

Jimin cambió el canal de la televisión, molesto, apretando con ahínco las teclas del mando a distancia.

— ¡Sí! Será un lujo volver a tener algo de espacio —prosiguió Taehyung.

—Oye, mi casa tiene dos pisos, no es pequeña.

— ¡Si tú lo dices...! Apuesto a que tiene los mismos metros cuadrados que uno de mis cuartos de baño.

Jimin enarcó las cejas con escepticismo. Cada vez le intrigaba más saber de dónde provenía realmente aquel extraño alumno de intercambio. Quizá todo aquello que decía era mentira, quizá solo se trataba de una persona con verdaderos problemas mentales que no llegaba a aceptar su propia realidad... y terminaba por inventársela.

蝙蝠之吻 [ VMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora