Era la mamada, un completo grano en el culo, bendito dios el día que se largó de aquí.
Wendy Testaburguer.
Era un amigo nuestro, la verdad si era una persona bastante costrosa y muy maldita, narcisistas, egocéntrico, nazista y comunista, era alguien de temer.
Kenny McCormick.
¡Ahg!, ¡Aún tengo pesadillas de cuando se unió a los gnomos!, ¡El maldito sabía de ellos!, ¡Les pago para robarse mi ropa interior!, ¡Ahhhhh!
Tweek Tucker.
Se venía a cagar en nuestra casa, metiendo a sus amiguitos en cosas bastante turbias, casi provocan el maldito apocalipsis y siempre hacía cosas sumamente raras, no tenía vergüenza ni sentido del bien, un completo demonio.
Sheila Broflovsky.
Hizo que su medio hermano se comiera a su padre, ¿¡Era un maldito demente!?
Red Stoley.
Era fascinante para la chica de 14 años lo que estaba escuchando de aquel hombre, simplemente increíble de pensar que un chico de su misma edad y desde antes pudiera hacer semejantes cosas, ¡hostia la libertad que tenía! Se escuchaba como su super héroe favorito, mientras más sabía de él, más creía que ese chico podría ganarle una pelea a Satán a base de trampas y ser el amo del infierno.
Definitivamente se estaba volviendo su ídolo, su ejemplo a seguir. Era exactamente lo que su vida necesitaba, una persona como él sería una aventura diaria, no que con su aburrido padre que todo debía ser políticamente correcto haciendo que su vida fuera aburrida al extremo.
Todo lo controlaba su padre, Kyle Broflovsky, aquellas orejas de gato negras eran la única cosa que podría traer libremente, puesto que su ropa y hasta el corte de su cabello largo era decisiones que tomaba su papá por ella, sus gustos, sus lugares favoritos, incluso sus amigas eran estrictamente controladas por su papá.
Y no es que no le cayeran bien Bunny McCormick ni Sídney Marsh, siempre fueron amigas desde pequeñas, pero Sídney era un poco rara, tirándole a lo que estaba siendo educada para que fuera una adulta que no disfrutará tanto de su niñez, siempre llena de libro y metida a todos los cursos que han existido, como ella.
Mientras que Bunny, bueno, ella era un caso punto y aparte, sus padres eran muy liberales, la dejaban tener novio, la dejaban salir a pasear y hacer muchas cosas divertidas, también tenía clases extras, pero eran muchísimo menos que las de ellas. Aun así, había aspectos de su vida que estaban controlados, principalmente las salidas puesto que sus padres estaban teniendo muchas disputas por eso.
Por eso Cartman era su solución a todos los problemas, quien sabe, incluso podría hacerse amiga de Leila Stoley, la chica super cool friki de los nerds que todos los hombres la persiguen porque rompe con todos los estereotipos, en secreto, quería tener el valor de hablar con la chica de pelo negro y ojos esmeralda como los de ella, sentía en su corazón que se llevarían muy bien.
Pero ahí estaba su padre negándole ese capricho de tener amigas afuera de las que el autorizará (y pronto haría que Bunny saliera de ese círculo de amigos) y si le descubría alguna siempre hacía lo imposible para poder alejarla de ella, haciendo escándalos por los que las chicas nunca le hablaban.
Ella y Sídney eran las raritas y ay estaba harta de que eso pasará, con su maldito uniforme de colegiada porque su padre no la dejaba usar nada más mientras que con duras penas podía tener ese suéter negro y camisa blanca que sus padrinos, los señores Marsh le habían dado a escondidas.
-Sabes, tú padre se va poner furioso cuando sepas que intentas comunicarte con él. -Dijo Sídney sentada desde la cama de la chica, viendo como ella burlaba la seguridad de su padre para poder ponerse en contacto con aquel castaño que haría la vida un infierno a su padre.
-Esa es la idea, que se enoje y me de un poco de libertad. -Leslie tecleaba rápidamente en su ordenador para dar el mensaje posible que su mente pudiera darle a ese tal, Eric Cartman con la intención de hacerlo volver.
- ¿Qué le piensas decir exactamente? -Sídney no era de cuestionar nada, simplemente se dejaba llevar sabiendo que su mera existencia era por control de sus padres, como Leslie, ambas vivían lo mismo y si en algún momento se sentía humana era con la castaña cerca.
Por eso si Leslie iba a romper las reglas, ella también.
- "Hola, necesito que vengas a molestar a mi papá, es un dolor en el culo y yo no puedo más, necesito apoyo, hare lo que sea, por favor. Tal vez su nombre te suene, se llama Kyle Broflovski" ¿Cómo suena? -La pelirroja vio a su amiga que solo rodo los ojos y se dejó caer en la cama.
-Suena a que estas más que desesperada... -Y aunque Sídney apoyaba a su amiga, hablar con extraños con semejante descripción no se le hacía una buena idea, el tipo era un loco ¿Podría hacerles daño? No estaba segura. -Esto no es una buena idea Leslie.
- Tranquila ¿Qué puede salir mal?
La chica mando el correo a la cuenta que encontró en su pagina web, esperando que el castaño no se tardará tanto en responder, aunque no confiaba mucho en ese sitio, pues le venía la información del castaño, pero en ningún lugar venia como se encontraba actualmente.
Por otro lado, en otra parte de Estados Unidos un mensaje sonó en el celular del grandioso Eric Cartman que estaba dando en esos momentos un paseo en yate con algunos inversionistas, pero no fue el quien respondió a ese teléfono, si no que fue una chica castaña intrigada por el nombre del asunto "Eric Cartman, necesito tu ayuda en South Park".
Un fanfic Kyman para el corazón, medio largo, no tanto como "somos hermanos", pero si más que "no quiero arruinarnos" XD (nos veremos luego)
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Un loco para papá
FanfictionLeslie Broflovsky estaba harta, fastidiada y hasta la madre de su intenso y sobreprotector padre que no le dejaba vivir su vida, intentando tenerla en una maldita burbuja llena de cosas "socialmente correctas" evitando a toda costa que fuera a hacer...