ASHTON.
—Eres el tipo más estupido que he conocido en mi vida. —comentó Michael mientras entraba a mi zona de trabajo, esquivando al cliente mientras este salía.
—Siempre es un placer hablar contigo, M. —rodee los ojos, alcanzando el alcohol y comenzando a limpiar mis herramientas—. ¿Que se te ofrece?
—Nada. —se acercó, dejandose caer en la silla donde usualmente se recostaban los clientes—. Solo me gusta regodearme de tu miseria, me hace creer que mi vida no es tan mala.
—Pues, de nada —ironice—. Siempre es un placer saber que mi miseria te levanta el animo.
—Es que, debes ser el especimen con menos suerte que he conocido en mi vida.
—Deberias llevarme al Discovery Channel entonces, tal vez puedas hacerte con un poco de dinero por mi.
El idiota solo se rió nuevamente, agarrandose los costados mientras se carcajeaba y caia fuera de la silla. Suspiré, escuchando su risa contagiosa y esperando que se calmara para enfrentar el segundo round. Michael era como un perro con un hueso, luego de que ponia sus dientes en algo no lo soltaba hasta el final.
Por desgracia el hueso, esta vez, era mi mala suerte.
—Deberia venderte a un zoologico —dijo, apareciendo por el borde de la silla—. Ya puedo ver el cartel: Especimen de la mala suerte, toquelo y sufra el karma en carne propia.
—Estoy a dos segundos de hacerte tragar algodón, idiota. —amenacé—. Deja de reirte de una vez.
—Pero es que... —se rió un momento antes de intentar tomar aire nuevamente—. Tienes que aceptarlo, eres como una acumulación de mala suerte.
—Lo acepto pero eso no quiere decir que me agrade que me lo refriegues en la cara —solté el algodón con el que habia estado limpiando—. Yo no te recuerdo que se te cae el pelo.
—No se me cae el pelo.
—Si, seguro, entonces te compraste un perro de pelo rojo o que —eleve una ceja, levantando un par de cabellos que habian sobre la silla y enseñandoselos.
—Eso no es mio. —tomo los dos hilos rojos y los arrojo al suelo antes de levantarse y mirarme—. ¿Que harás ahora?
—Comprarte un peluca.
—No hablo de mi cabello, estupido —me dio un golpecito en la frente—. Hablo de Luke.
Me encogí de hombros—. ¿Que quieres que haga?
—Quiero que te pongas los pantalones y enfrentes lo que te sucede con él —volvió a dejarse caer en la silla y giró la mirada hacia el techo—. Pero conociendote, lo unico que conseguire es que te acobardes nuevamente, te dejes consumir por tu patetica vida y observes como el idiota que amas vuelve a destrozar su vida, ¿me equivoco?
—Deberias considerar ser vidente —me burle—. Esto se te da estupendamente.
—Hermano, si yo fuese vidente estaria concentrado en adivinar los numeros de la loteria y no en ver tu futuro —rodó los ojos antes de mirarme—. Además, no es como si tuviera que tener algun tipo de poder para poder conocer lo que te espera.
Me cruce de brazos—. ¿Y que me espera, gran Michidente?
—Llamame Mr M, el que lo ve todo —movio las cejas—. Buen eslogan, ¿eh?
—Es un asco —frunci los labios—. Pero si aciertas tal vez te diga de ese modo.
—¿En serio?
—Si. —sonrei—. Ahora, dime mi futuro.
Poniendo la palma de su mano en mi frente de forma brusca, el pelirrojo hizo un sonido parecido a una vaca muriendo. Sus ojos estaban cerrados y el dedo indice y mayor estaban apoyados en su sien. Luego de unos segundos, su mano comenzó a sacudir mi cabeza.
—¡Michael! —me queje, intentando apartarme pero él no me lo permitio.
—Ya casi veo algo, se me va la señal del wi-fi —movio mi cabeza a un lado—. Casi. casi. ¡Lo veo!
—¿Y que es lo que ves, pelmazo?
—Te veo a ti dentro de diez años —aseguró—. Solo, sentado en una mesedora con diez gatos a tu alrededor.
—¿Te das cuenta de que dentro de diez años tendré solo treinta y dos años y que soy alergico a los gatos?
—Eso es porque no me dejaste sintonizar bien —se quejo—. Es tu culpa, ahora callate y dejame ver tu destino.
—Ya perdio la gracia, M.
—Shh —sus ojos se abrieron de golpe y me miró directamente—. Te veo a ti, solo, en un departamento esteril. Te sientes solo y lo estas, porque ninguno de tus intentos de relaciones ha funcionado. Estas triste y muy cansado de vivir, quieres terminar con todo...
—Michael... —susurré, haciendome un poco hacia atrás.
—...aun recuerdas la oportunidad que tuviste de ser feliz y te golpeas por no haberla tomado. —siguió, ignorandome—. Tienes una botella de pastillas para dormir en la mano, ya no ves más futuro, has intentado todo pero aun así no puedes encontrar tu lugar. Porque perdiste a las dos personas que más amabas en el mundo por ser un cobarde y ahora... lo unico que quieres es que todo termine y poder dormir en paz otra vez. Poder sentir la felicidad una vez más.
—Joder, Michael —golpee su rostro—. Deja eso, me asustas.
—Ouch —se hizo hacia atrás, frotandose la mejilla—. ¿Porque me golpeaste?
—Por que eres un imbecil —siseé—. No vuelvas a hacer eso nuevamente.
—¿Hacer que? —se quejo, frotandose la mejilla—. Mierda, tienes la mano pesada.
—Jodete —me puse de pie—. Y deja de meterte en mi vida, ¿quieres?
—No, no quiero —me sonrió—. Lo que quiero es que dejes de ser un cobarde y digas la verdad.
—Eso no pasara.
—¿Desde hace cuanto que sientes esta cosa por Luke? —preguntó.
—Ya lo sabes. —gruñi.
—Refrescame la memoria —pidio—. Estoy intentando hacer un recuento de tu estupidez.
—Desde los doce años —gruñí—. Llevo amando a Luke por diez años, ¿contento?
—No sabes cuanto. —se carcajeo, haciendo un seña más allá de mi.
Girando sobre mi propio eje, me quede de piedra al ver a Luke de pie en la puerta con Noah en brazos y la boca abierta de par en par, mirandome como si fuese una clase de extraterrestre.
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Besos de un Casanova |Luke/Ashton|
FanfictionContiene escenas H/H #4 Libro de la Saga Besos