ASHTON.
—¿Ahora que te sucede?
Michael entro a mi area de trabajo con el ceño fruncido, la puerta se cerró suavemente detras de él. Mirandolo sobre el pequeño cuerpo de Noah que se acomodaba sobre mi pecho, le dedique mi mejor mirada fastidiada. No estaba de animos para aguantar las estupidas bromas de Michael, reformulo, estaba con un humor de mierda y la sola presencia de otro ser vivo en mi espacio personal -exceptuando a Noah- podia lograr que la bomba estallara y perdiera los estribos.
Basicamente, el mundo se podia ir a la jodida mierda.
El pequeño rubio sobre mi cuerpo se revolvió como un gatito, buscando una posición más comoda antes de soltar un pequeño suspiro y quedarse quieto. Michael miró con atención como mi mano acariciaba el suave cabello de oro del infante antes de arrastrar mi banco de trabajo y sentarse al lado de la silla donde estaba recostado.
—¿Mal día?
—Dia de mierda. —aclaré. Soltando un suspiro intenté que mi mal humor se hiciera a un lado por un segundo antes que volteara la cabeza para encontrarme con los verdes y extrañamente brillantes ojos del, ahora, pelirosa—. ¿Por qué parece como si hubieses comido demasiada azucar y tuvieses algun tipo de golpe de adrenalina?
—¿Eh?
Sonreí a medias—. Cuando era más joven, solía darles caramelos a mis hermanos solo para ver esa mirada de absoluta felicidad cuando el azucar los golpeaba. —hice un gesto vago hacia él—. Tienes esa misma expresión en este momento y estoy bastante seguro de que el azúcar ya no hace ese efecto en ti.
—Supongo que ya estoy grande para que te creas esa excusa, ¿no?
—Yehp —asentí—. ¿Por qué estas tan feliz?
—¿Si te lo digo, me dices por qué estas tan enojado?
—Si, seguro. —acepté, no era como si el chico no fuese a insistir hasta realmente enojarme y que le gritara toda la verdad en su tonta cara. La última vez que eso habia sucedido el hijo de perra habia logrado que Luke lo supiera todo sobre mi enamoramiento, que a pesar de haber sido bueno logro realmente avergonzarme.
—Conoci a alguien.
Casi me caigo de la silla con las palabras susurradas de Michael. No por el significado, si no por la forma suave y ligera en que fueron pronunciadas. Se escuchaba como si el solo decirlo lo llevase a algun lugar en su mente donde todo era corazones y color de rosa, si eso tenia algún tipo de sentido.
Lo miré—. ¿En serio?
—Si —asintió con una pequeña sonrisa—. Estoy confundido como el infierno. La mayor parte del tiempo esta gritandome y tratandome como si fuera la mascota insufrible de sus vecinos, del que no pudiera deshacerse. —la sonrisa desaparecio y soltó un gemido de dolor antes de hundir su rostro en sus manos. Me quede en silencio, esperando con anticipación la pequeña confesión que sabia que vendria—. Y lo peor de todo es que me comporto como un maldito perro faldero cuando estoy cerca de él. No puedo evitar intentar protegerlo y quiero besarlo todo el tiempo y tocarlo y... ¿Que me esta pasando, Ash?
La nota de desesperación, mezclada con confusión en su voz logró que me riera sin poder evitarlo.
Michael se puso de pie con el ceño fruncido en mi dirección antes de comenzar a pasearse por la habitación como si fuese un animal enjaulado. Mi risa aun retumbaba en mi pecho aunque intentaba ahogar el sonido con mi mano sobre mi boca para no despertar a Noah.
—¡Deja de reirte, jodido imbecil! —gruño el pelirosa.
—Se siente feo, ¿eh? —le di mi sonrisa más burlona—. ¿Es duro tragarse una cucharadita de tu propia medicina?
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Besos de un Casanova |Luke/Ashton|
FanfictionContiene escenas H/H #4 Libro de la Saga Besos