Capitulo 12.

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LUKE

Abriendo los ojos, parpadee varias veces intentando enfocar en la oscuridad mientras me empujaba sobre el respaldo, apoyando mi espalda en él. Una vez estuve sentado, resfregue mis ojos y miré alrededor de la habitación. Las cortinas de la ventana habian sido colocadas en su lugar pero aun así la tenue luz del sol se colaba por ellas, dejando que el azul de la tela se viese brillante.

La cama estaba vacia a mi lado y las sabanas heladas. Ashton, al contrario de mi, siempre habia sido madrugador pero habia pensado que con resaca no despertaria hasta el medio dia. Bajando mis piernas de la cama, arrastre mis desnudos pies hasta la cuna de Noah dandome cuenta de que tambien estaba vacia.

Frunciendo el ceño, me voltee sobre mi mismo y ordene mi cabello mientras salia de la habitación hacia la cocina. Noah y Ashton tampoco estan alli pero lo que si habia era una enorme nota pegada a la puerta de la heladera:

Fui a la tienda, Noah necesitaba pañales.

Hay café fresco en la cafetera.

Smile XD

Sonreí ante la firma mientras despegaba la hoja y la dejaba sobre la isla. Tomando una de las tazas del gabinete, servi café y no pude evitar gemir cuando la primer gota de cafeina toco mi lengua. Segun el reloj de la cocina eran cerca de las nueve de la mañana, cosa que decia que yo aun debia estar en la cama, roncando. Eso si fuera mi vida antigua, sin Noah.

Ahora que tenia al bebé mis horarios se habian sacudido. Si dormia tres horas completas sin interrupcion de un llanto incesante era algun tipo de milagro. No me molestaba, tampoco dormia mucho cuando me iba de fiesta ya que al otro día tenia que trabajar en la tienda. Solo que la excusa por dormirme sobre el mostrador era diferente y ahora Mike si me perdonaba.

Mirando alrededor de la cocina, mi mirada cayó en la nota y la sonrisa volvio a mi rostro. Se sentía bien esa sensación de familiaridad y calidez. Ashton siempre habia estado allí para mi pero esto era diferente, lo sentía diferente de alguna forma. No entendia como habia sucedido, mi mente aun no lograba asimilarlo pero me gustaba y no queria dejar de sentir esas mariposas en el estomago cada vez que pensaba en el castaño.

Sacudiendo la cabeza, me acerque a la heladera y revise mis reservas de biberones. Me quedaba solo uno por lo que debia preparar algunos para luego. Estaba a punto de ponerme a ello cuando escuché mi computadora sonando. Tomando el aparato, lo abri sobre la isla y deje que la ventana de Skype se maximizara. El rostro de mi madre me devolvió la mirada. Esto no era bueno.

—Hola, Liz. —dije sin animos.

Su rostro se arrugo en una mueca de desaprobación—. ¿Esa es la forma de saludar a tu madre?

—Si. Cuando se trata de una madre como la mia, si. —eleve una ceja—. ¿Que quieres?

Moviendo su largo cabello rubio de su rostro, me observo con desinterés—. Necesito que vengas aquí.

—¿Quieres que viaje a Francia? —casi grite—. ¿Te has vuelto loca? La cama solar te esta afectando el cerebro, madre.

—¡Más respeto, jovencito! —chilló—. Y si, quiero que viajes aquí. Ya he reservado un boleto de avion para ti así que muevete, sale en tres horas.

—No voy a ir a ningun lado. —giré los ojos mientras me alejaba de la pantalla para comenzar a preparar los biberones.

—¡Luke! —gritó—. Te necesito aquí. Los hijos de Eric vendrán de visita y quiero que tu tambien vengas.

—¿Si? —eleve una ceja—. ¿Para que? ¿Jugaremos a la familia feliz? Por favor, madre, no voy a volver a hacer eso.

—Luke, no seas caprichoso y hazme caso.

—¿Ahora yo soy el caprichoso? —deje la lata de formula sobre la mesada con un golpe antes de voltearme hacia la computadora—. ¿Yo soy el caprichoso? Tu fuiste la que te casaste con ese tal Eric y te fuiste a vivir a Francia para poder simular tener una familia.

—¡Tenemos una familia!

—No, madre —negué—. Yo tengo una familia, tu tienes una mentira.

—¿De que rayos estas hablando?

Me cruce de brazos—. Sabes, si me llamaras con más frecuencia lo sabrias.

—¿Saber que? —su rostro ya estaba comenzando a ponerse de un fuerte tono rojizo.

—Tengo un hijo, madre.

Eso hizo que se congelara, su rostro palido de repente. Parecia un dibujo animado. El shock duro unos segundos antes de que toda la ira anterior volviera con fuerza, brillando en sus ojos.

—¡Deja de bromear, imbecil! —gruño—. Ahora, ve a vestirte y toma ese vuelo, te voy a estar esperando.

—No estoy bromeando —negué—. Y no voy a ir a ningun lado. Tengo un niño y una pareja a los que cuidar, no voy a moverme.

—¿Una pareja? —se detuvo, pude ver la emocion brillando en sus ojos—. Entonces puedes traerla, tal vez podamos congeniar. Dios sabe que nunca quise tener un niño.

—Tus desbordes de ternura algun dia van a matarme. —murmuré.

—Oh, deja de ser dramatico, Luke —hizo un gesto despectivo con la mano—. Traer a tu novia aquí, quiero conocerla. Llamaré a el aeropuerto para reservar otro boleto.

—¿Quien dijo que era una chica?

—Luke —me voltee para ver a Ashton de pie en el umbral de la puerta con Noah en brazos. El castaño negó con la cabeza—. No lo hagas así.

—Ella no lo entendera de otra manera, Smile. —me giré hacia la computadora donde mi madre estaba despotricando sobre mi nuevamente—. Mi pareja es un hombre, madre.

—¿De que rayos estas hablando? —grito—. Tu no eres marica.

—No, no lo soy —negué, caminando hasta Ashton y tomando su muñeca cuando este comenzo a retroceder. Lo arrastré hasta la computadora—. Soy gay, madre. Y Ashton es mi pareja.

—¿Q-que? —parpadeo un momento, sus labios apretados en una linea recta—. ¡Sabia que ese chico era una mala influencia para ti! ¡Seguro él te pego esa enfermedad!

Negue con la cabeza—. No voy a permitir que hables de esa forma de mi familia —gruñi—. Olvidate que existo, madre, porque yo intentaré hacerlo.

Estirando el brazo, cerre la laptop acallando los gritos de la mujer. Ashton me miró sobre su hombro, con una mueca en sus labios.

—No debiste hacer eso —susurró—. Es tu madre, no debiste...

—Ella dejo de ser mi madre hace mucho tiempo, Smile —interrumpi—. Ustedes son mi unica familia ahora, ella estara bien con Eric y sus estirados hijos franceses.

Rodando los ojos, me voltee para volver a preparar los biberones.

—Sabes, siempre me agrado el acento frances —comento—. ¿Los hijos de Eric son atractivos?

Me giré hacia Ashton con los ojos estrechados—. No.

Ashton me miró por unos segundos, sus ojos brillando con burla antes de que explotara en carcajadas—. Dios, tendrias que haber visto tu cara, fue para encuadrar.

—Si, si, que graciosito —me acerque a él, atrayendo a ambos a mis brazos—. Ustedes son míos, y no voy a permitir que nadie los aleje de mi.

Besos de un Casanova |Luke/Ashton|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora