LUKE.
Miré a mi madre de pie al otro lado del umbral de la puerta y suspiré. Lo que me faltaba, que a Liz la golpeara de repente el amor maternal y viniese a verme para saber como estaba. Okey, eso era el chiste del año. En serio, realmente deberian darme un premio ante la idea más absurda que alguien hubiese siquiera pensado. Porque si habia algo que jamás ocurriria era que Liz sintiera algo más que fastidio hacia mi.
Quitando su rubio cabello teñido de su rostro, me dedico una sonrisa deslumbrante. Tanto que estuve a punto de buscar una estaca para clavarsela en el corazón. Joder, si no hubiese sabido que era mi progenitora hubiese jurado que era un vampiro chupasangre.
—Vine a verte, querido —la última palabra abandono sus labios con un borde asqueado. Me cruce de brazos, apoyandome en el marco de la puerta para evitar que entrara. Ella me dio una mirada conocedora, seguramente adivinando mis intenciones—. ¿No vas a invitarme a entrar?
—Nop. —acepté, no habia forma en el infierno de que dejara que la bruja de pelo pincho se acercara a mi hijo o a mi pareja.
—Por Dios, Luke, esta no fue la educación que te di —jadeo, colocando una mano con perfecta manicure sobre su pecho de forma dramatica—. Ten más modales e invitame a pasar.
Reí amargamente ante su afirmación—. Lo único que he aprendido de ti es a clavarle las garras al primer viejo rico que sea tan estupido como para cederte una tarjeta de credito.
—¡Mocoso irrespetuoso! —gruño y como esperaba la cacheta de que lanzo hacia mi, logré moverme justo a tiempo para ver sus dedos estrellarse contra el marco de la puerta. Queria reirme, juro que queria hacerlo cuando su rostro se volvió rojo y sus ojos se llenaron de lagrimas mientras acunaba su mano golpeada contra su pecho.
—Ouch —hice un falso gesto de compasión—. Eso me dolió hasta a mi.
Ella me miró con los ojos estrechados, sus ojos azules brillando con furia hacia mi. Oh-oh habia despertado a la serpiente venenosa en su interior. Se habian acabado los buenos modales y el tonito maternal, para convertirse en la Liz que conocia. La perra sin sentimientos que queria controlar mi vida.
—Debi haberte abandonado en un basurero cuando naciste. —masculló.
Ignoré sus palabras, ya que las habia escuchado sin cansacio de pequeño—Voy volver a preguntartelo, Liz, y esta vez quiero saber la verdad —dije—. ¿Que estas haciendo aquí?
Frotando sus dedos, dio una mirada hacia el hueco de las escaleras antes de volver a mirarme—. Le comenté a Eric acerca de tu... familia —lo dijo igual a que si hubiese dicho "huevos de burro", con un asco increible—. Y quiso venir a conocerlos. Ya sabes, él te considera un hijo.
—Dejame entender esto —la detuve con un gesto de mano—. Quieres que mi familia y yo hagamos de cuenta de que no eres una bruja y que puedes ser la abuela del año para que tu marido rico no se de cuenta de que eres una perra, ¿estoy en lo cierto?
Me envio dagas con la mirada y estaba seguro de que en su ment estaba muriendo de una forma cruel y dolorosa. Aun así, asintió—. Eso es lo que quiero.
—No. —dije, alcanzando la puerta para poder cerrarla.
Ella se apresuro hacia adelante y detuvo la madera con la mano, mirandome con ruego—. Por favor, Luke, necesito que hagas esto.
—Y yo necesitaba una madre, ¿tu hiciste algo por ello? No. Así que no me pidas nada.
—Oh por favor, Luke, no me vengas con sentimentalismos —gruño—. Pude haberte dado a luz pero los dos sabemos que jamás he sido tu madre. Tu padre era quien queria un hijo, culpalo a él de tu falta de amor.
—No te preocupes, Liz, los odio a los dos por igual —aseguré—. Pero tu te llevaste los puntos extras cuando te acostaste con el socio de papá y la mierda explotó.
—Por Dios, fue solo una vez —lo dijo como si me estuviese dando la hora del día.
—Una vez que arruino tu matrimonio y mi infancia —señale—. Eres una zorra, siempre lo has sido y siempre lo serás. No te quiero cerca de mi familia.
Intenté cerrar la puerta nuevamente pero ella volvió detenerla—. Dos horas, Luke, es todo lo que te pido —dijo—. Te pagaré.
—¿En serio? —gruñí—. ¿Ahora me quieres comprar?
—Cariño, tu puedes hacerte el buen samaritano ahora pero los dos sabemos que tambien tienes debilidad por el dinero —se burlo—. Te voy a dar lo suficiente como para que puedas comprar una casa para ti y tu familia y puedan vivir con comodida por varios años. Acepta, Luke, no eres tan tonto como para no darte cuanta de que con el trabajo que tienes jamás podrás comprar una buena casa ni pagar todas las cosas que un mocoso necesita.
—No le digas mocoso a mi hijo, bruja —sisee.
Hizo un gesto de mano, espantando mis palabras—. ¿Aceptas o no?
Lo pensé por un momento. Por más que me doliera aceptarlo, sabia que la bruja tenia razón. Aunque Michael nos pagara una buena suma por nuestro trabajo en la tienda, aun así no seria suficiente para comprar una casa y pagar todos los gastos de Noah al mismo tiempo. Ese dinero me facilitaria la vida, a los tres.
Mirando una vez más a Liz, me di cuenta de que ella estaba segura de lo que diria. Con un gruñido de desagrado, extendi la mano hacia ella—. Dos horas, ni un minuto más ni un minuto menos —dije cuando estrechó mi mano—. Y quiero el dinero en mi cuenta para mañana mismo.
—Ese es mi niño. —celebro, pellizcando mi mejilla con fuerza.
Me zafé de sus dedos y la miré—. Quiero agregar algo al trato —me miró especulativa—. No quiero que vuelvas a aparecer por aquí, no te quiero cerca de mi hijo y mi pareja.
Ella me miró, pude ver como las tuercas rodaban en su mente—. Estoy dispuesta a depositar una fuerte suma en tu cuenta por año si me prometes dos horas de cada día festivo.
—¿Que quieres decir?
—Cumpleaños, Navidad, Año nuevo —hice un gesto abarcando todo—. Esas porquerias que a Eric le gusta festejar, dame dos horas con ustedes por cada día festivo y tendrás dinero en tu cuenta al terminar el día.
—Me estas pidiendo que te venda a mi familia, Liz. —gruñí.
—No vender, prestar —sonrió, un gesto tan odioso que estuve a punto de tirarle un puñetazo para que lo quitara de su rostro—. Piensalo, Luke, tu no tienes nada que perder aquí. Eric es un gran abuelo con sus demás nietos y ama los niños, le dará todos los lujos que esten a su alcance a tu mocoso. Solo tendrás que soportar mi presencia y mi falsa sonrisa por un par de horas y tendrás dinero en tu cuenta, no sé que piensas tu pero para mi es un gran trato.
Habia conocido a Eric y sabia que el frances era un buen tipo, el único defecto que tenia era haberse casado con mi madre. No queria vender a mi familia pero joder, era un buen trato. Mirando sobre mi hombro, intente visualizar a Ashton pero no lo vi. Volviendo a Liz, hice una mueca.
—Dejame hablarlo con Ashton. —pedi.
—Aceptaras, cariño, sé que lo harás —me dedico otra de esas sonrisas odiosas antes de mirar su reloj—. Debo volver al hotel, vendré con Eric en un par de horas. Limpia al mocoso y ponlo bonito y convence a Ashton de hacer esto, él siempre ha sido un idiota iluso imposible de comprar. Besalo, follalo, comprale un auto nuevo, no me importa, pero quiero que tenga esa gran sonrisa suya en el rostro cuando lleguemos.
—No te preocupes, mamá —dije con una falsa voz dulce y una sonrisa apretada—. Los estaremos esperando con ansias.
Cerrando la puerta en su cara, di mi frente contra la madera. Me habia arrojado de bomba en la mierda por mi propia voluntad. Tenia que ser estupido, era la unica explicación.
Girandome sobre mi mismo, caminé por el pasillo hacia la cocina—. ¡Ashton, ¿te he dicho hoy cuanto te amo?!
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Besos de un Casanova |Luke/Ashton|
FanfictionContiene escenas H/H #4 Libro de la Saga Besos