Capitulo 2.

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ASHTON.

Me quedé atonito mientras escuchaba a Luke contarme como habia encontrado al pequeño dentro de una sillita en su puerta esa mañana con solo una nota y veinte dolares con él. Como alguien podia deshacerse de una cosita tan linda como el bebé que sostenia en brazos estaba más allá de mi. El bebé era precioso, su cabello era escaso pero tan rubio como los rayos del sol y tenia los mismos ojos azules que Luke, el pobre niño no podia negar ser hijo del imbecil que tenia por amigo.

Mis mano se deslizó suavemente por la espalda del infante, quien permanecia profundamente dormido, antes de mirar a Luke. Nunca en todos los años que tenia de conocerlo habia visto al rubio tan alterado. No lo culpaba, yo tambien lo estaria si algo así me sucediera pero por suerte, siendo gay, era bastante dificil que me encontrara en una situación por el estilo.

Cerrando los ojos por un instante, respiré a través del dolor de mi pecho e intenté formar una sonrisa tranquila en mi rostro. No sabia si estaba funcionando pero ya no era como si me importara mucho, mi corazón estaba doliendo demasiado como para siquiera intentar fingir. El hecho de sostener al hijo del chico por el cual mi corazón latia dolia más que una jodida en seco. Pero Luke habia corrido a mi por ayuda y como su mejor amigo, eso era exactamente lo que le daria. Le enseñaria todo lo que sabia sobre el cuidado de los bebes y lo dejaria ir por su camino, tal vez algún día encontraria una buena chica y se casaria, era lo mejor.

—Tranquilizate, Luke, alteras al bebé. —pedi con paciencia—. Sientate y aclara tu cabeza, volverte loco no solucionara nada.

—Disculpame pero no fue a ti a quien le dejaron un bebé en su puerta.

—No, no fue a mi —negué—. Pero fui yo quien abrió la puerta hace quince minutos para encontrarte con un bebé histerico en brazos y apunto de una crisis nerviosa. Así que mejor te sientas y te calmas o me comprometo a patearte el culo en cuanto encuentre un lugar donde acomodar a tu hijo.

Observé a Luke sentarse frente a mi colocando sus codos sobre sus rodillas y hundiendo el rostro entre sus manos. Lo escuché respirar profundo varias veces y decidí dejarlo con sus pensamientos, cuando se calmara seguramente veria las cosas más claras.

Acariciando con mi pulgar la pequeña manito del bebé, no pude evitar sonreir cuando sus deditos se enroscaron en mi dedo. Amaba los bebes. Habia ayudado a criar a mis dos pequeños hermanos y habia adorado cada momento de ello. Tenia miedo de cuanto me afectaria el tener que cuidar al pequeño, pero me tenia aun más nervioso la cercania del padre. Bastante tenia con soportarlo en el trabajo, mi apartamento era mi santuario lejos de él. Ahora, seguramente, lo tendria allí dia y noche.

—Lo siento, Smile. —susurró Luke luego de unos minutos—. No quise ser grosero contigo pero estoy un poco fuera de mi zona en este momento.

—No me digas. —me burlé antes de suspirar y ponerme serio—. Debes comenzar a centrarte ahora, Luke. Si decides quedarte con el pequeño, sabes todos los cambios que van a haber en tu vida ¿verdad?

—Lo sé.

—No más fiestas, no más mujeres y no más cervezas para el desayuno.

—Lo sé, Smile.

—Totalmente prohibidas las groserias o el lenguaje vulgar —seguí—. No más reuniones descontroladas para ver futbol los fines de semana y absolutamente nada de coqueteos frente al bebé, ¿en verdad estas consciente de todo?

—Lo estoy, te lo juro. —me miró directamente, sus ojos azules totalmente serios—. Sé exactamente lo que esto costará, lo he visto antes, Smile. Y aunque sé que va a costar, no puedo simplemente desligarme —miró al bebé en mis brazos y por primera vez vi un tinte de ternura en sus rasgos—. Es mío, Ashton, es mi hijo. No puedo abandonarlo, no quiero que él viva lo mismo que yo.

Aclarandome la garganta, volví mi mirada hacia el pequeño en mis brazos. Sabia todo lo que Luke habia sufrido cuando sus padres se habian separado, habia estado allí cuando sucedio. Fui yo quien lo console cuando sus padres peleaban, fui yo quien le susurré que lo queria cuando las personas que lo habian traido al mundo luchaban por desligarse de él y fui yo quien sostuve su mano cuando el juez le preguntó con quien queria vivir.

Habia estado allí y habia visto de primera mano su sufrimiento. Sabia de lo que hablaba.

Intentando cambiar de tema, le hice la única pregunta que se me ocurrió.

—¿Que nombre le pondrás?

—¿Eh?

Reí entre dientes ante su desconcierto.

—Un nombre, Luke —hice un gesto con la barbilla hacia el bebé—. Necesitará un nombre, como todas las personas en este mundo.

—Oh si. —asintió antes de fruncir el ceño—. ¿Alguna sugerencia?

—Prefiero escuchar tus opciones primero.

Hizo una mueca—. Bien, ¿que te parece Lucky?

Lo miré mal antes de sacudir la cabeza.

—No puedes ponerle a tu hijo el nombre de tu pez dorado muerto.

—¿Porque no?

—Por que no, Luke. —insistí—. ¿Porque mejor no le pones, no lo sé, Marc, Steven o algo así?

—Esos son horribles.

Rodee los ojos, buscando en mi cortó libro de nombres por alguno mejor.

—¿Que te parece Noah?

—Noah Hemmings. Me gusta. —asintió con una sonrisa. Arrastrandose fuera de la mesa, se arrodillo frente a mi y paso sus dedos sobre el escaso cabello del bebé—. Bienvenido a mi vida, Noah.

Bienvenidos a mi corazón, Hemmings.

Besos de un Casanova |Luke/Ashton|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora