Timothy Baker
Al despertar, lo primero que hago es asearme y no obtengo una vista nada agradable, tengo los ojos hinchados y rojos, y con razón, llore todo el día, no comí ni bebí nada, me mojo la cara, me baño, cambio y me dirijo a la cocina para prepararme el desayuno. Hay croissant rellenos de chocolate, los favoritos del Joan, los caliento y mientras que lo hacen, me preparo algo de café y cuando ya he desayunado, lavado mis dientes, me preparo para salir a poner la batería al auto de Joan.
Salgo en mi camioneta y checando antes de que el capataz haya llegado, cuando lo he visto, le aviso que me retiraré un rato para atender asuntos personales, cuando queda satisfecho, me doy media vuelta y sigo mi camino a la camioneta que ya por cierto no es roja, Joan me convenció de pintarla de azul, su color favorito, la pintamos juntos una tarde que no había luz, esa noche nos bañamos juntos, si, juntos, fue nuestra primera vez, fue algo especial para ambos, lo sé, porque ella misma lo dijo cuando salimos, esa noche caímos como dos piedras de dos toneladas, durmiendo juntitas y abrazadas. 1 hora y media después, estoy en el taller de Tom, saludo a sus hijos mayores y luego al chiquitín; es el único que le agradaba a Joan, en la primera semana como pareja, la traje aquí porqué Tom necesitaba ayuda, y pues le encargué a los chicos, y a la pobre casi le salen canas prematuras de tanto estrés que tenía encima, esa mujer era una locura y bueno lo sigue siendo; ambos empezamos a trabajar para montar la batería y dos horas después, está hecho, prende totalmente normal, llenamos el tanque, ya que había menos de medio tanque. Tom me da algo de almuerzo y le agradezco mentalmente de no tocar el tema de la partida de ella, no quiero hablar con nadie sobre ello, solo mira y analiza, y es lo único que necesito, no sé cómo le diré a Violeta que se ha ido, se habían vuelto amigas de la moda, igual con mamá, a papá le lanzaba preguntas que le eran difíciles de responder pero con todo el gusto lo hacía y bueno, a mi cuñado se le iban los ojos en su busto.
Son las 5:35 PM cuando estoy cruzando el umbral de la casa, cansado, tomo una ducha, me cambio con una pijama que ella me compró para combinar con una bata que ella se había comprado diciendo que era suave para dormir, voy a la cocina, pero al ver que es temprano para cenar, voy a ver una película, veo "el aro" la primera que vimos juntos, ¿Quien diría que encontraría a una mujer a la que le gustarán las películas de miedo? Llegué a pensar que jamás lo haría, pero lo hice, la encontré, un jodido ángel caído del cielo para demostrarme que si hay mujeres a la que les gustan ese tipo de películas. Cuando acaba, decido hacer algo de comer, termino haciendo un burrito de pollo con zumo de naranja, cuando acabo de comer, dejo todo limpio y me dirijo al baño, luego de lavarme la boca, me acuesto, pero no para dormir, sino para pensar, como cuando sientes un vacío en tu corazón y te pones a ver las opciones que tienes para avanzar sin esa persona con la cual planeaste muchas cosas a un futuro cercano, bueno, eso estoy haciendo, hasta que mis pensamientos se dirigen a aquellos momentos bonitos, bueno todos son hermosos y muy especiales, pero me dirijo hacia aquellos, dónde éramos solo ella y yo, viendo películas, cocinando, discutiendo por apodos, perdonandonos y montando a Laika. Veo mi escritorio, me incorporo y otro pensamiento viene a mí, hacerle una carta, si eso es lo que tal vez necesito para desahogarme y decir todo lo que siento, aunque no haya una palabra para especificarlo, pero si para plasmarlo; me levanto y me dirijo al escritorio, me siento en la silla que hay frente a ella, tomo una hoja y bolígrafo y empiezo a plasmar mis sentimientos y pensamientos sobre aquella hermosa mujer a la que amé, amo y seguiré amando hasta que mi corazón deje de latir.
Cuando he acabado con un "te amo, Joan Turner" la guardo en un sobre, sello y pongo la dirección de la empresa familiar de su familia, y específico que ella la debe recibir, nadie más. Solo ella. Solo el amor de mi vida. Solo mi Joan Turner, solo hay una, solo debe ser ella quien la lea.
10 horas después...
Bueno, aquí estoy, en la oficina de correos enviando la carta a Joan, espero y la responda, quisiera leer sus sentimientos hacia mí, sé que no es una mujer cariñosa, pero no me importa si me envía un "yo también te amo" de verdad, sería el hombre más feliz del mundo, juro que lo sería.
30 horas después...
Estoy en la cocina, cuando tocan la puerta, al abrir es el cartero, está sudado, ay, lo siento, cartero, no era mi intención, pero, ¿Quien lo diría? Respondió mi carta, juro que estoy que salto y beso al cartero.
- Entrega para ti, Timothy. ¿Quien lo diría? Solo espero que sea la primera y última vez que te envían algo. - Me dice secándose el sudor de su frente y extendiendo con la otra mano la carta que tanto estaba esperando.
- Mil gracias, prometo que será la primera y última. Si envío más, la entregaré yo mismo, no te preocupes. - Lo intento tranquilizar.
- Bien, adiós, que tengas un buen día. -
- Espera, toma algo de agua por lo menos y déjame llevarte al pueblo, me sentiría la peor persona del mundo si te dejo ir caminando. -
- ¿En serio? Joder, hombre, gracias. - Dice y abro paso para que entre. Luego de tomar suficiente agua, lo llevo al pueblo.
Cuando estoy de regreso en casa, leo lo que dice en el sobre, "para Timothy Baker, mi mecánico." Joder, es de ella. Por fin, puedo leerla.
* Los capítulos serán más cortos que de costumbre, así que no se preocupen.*
ESTÁS LEYENDO
Mujer solitaria y codiciosa
RomanceJoan Turner, licenciada en gestión y finanzas, hija de uno de los empresarios más poderosos, es enviada por su padre a un pueblo muy lejos de la ciudad que nunca duerme, en éste pueblo, no hay tiendas de marcas de lujo, no hay restaurantes con estre...