22. Perdón. [Capitulo final]

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Joan Turner.

Han pasado 30 minutos desde que salí de la habitación de Timothy y aún no dan respuesta, cuando ví su mano moverse me asusté y salí corriendo a buscar al doctor, eso para mí fue un aire de esperanza a qué despierte pronto. El doctor Gray llamó a sus padres, estoy en la sala de espera y la familia Baker aún no llega, tengo miedo, pero no puedo dejar que ellos lo vean, será peor si se dan cuenta de ello.

Pasan 10 minutos, cuando los veo entrar corriendo con aires de anhelo en sus rostros, pero cuando me notan, sus expresiones cambian de felicidad y esperanza a enojo e histeria.

- ¡¿Que mierda haces tú aquí?! - Me grita su hermana acercándose a mí.

- Yo fui quien le aviso al doctor Gray que Tim había mostrado reflejos. - Digo levantándome de mi asiento.

- ¡Eres una perra! - Me grita su madre, la gente a nuestro alrededor nos mira mal.

- ¡¿Cómo te atreves a entrar a la habitación de mi hijo?! - Me grita su padre, uniéndose a su esposa e hija.

- Lo lamento, ¿Si? Pero ustedes no me dejaron otra opción que pedirle al doctor que me dejara entrar a verlo. Timothy está mal, tal vez ni siquiera despierte y si eso llegase a pasar no dejaría que se fuera sin despedirme, él me ama y yo a él, así de sencillo. - La cara de su madre es una mezcla entre incredulidad y enojo.

- Serás zorra. - Me dice su hermana.

- Si estás enojada conmigo por haber provocado el accidente y lo entiendo, también me culpo, pero eso no significa que no me duela, que no tenga sentimientos. Soy un ser humano como todos en el mundo, no por provenir de una familia adinerada significa que no tenga corazón. - Le digo a su hermana.

- Me importa una mierda si tienes o no sentimientos, no mereces vivir luego de haberle roto el corazón a mi hermano. - Intenta abalanzarse sobre mí, pero su esposo la toma del brazo y le da una mirada haciendo que ésta se calle.

- Sé que todos están enojados conmigo, lo comprendo, yo también estoy enojada conmigo misma, pero no podemos llorar sobre la leche derramada, llorando e insultandonos no lograremos nada, lo único que lograremos será que Timothy nos regañe a todos cuando despierta. - Les digo, todos se ven apenados ahora, sabía que usar los regaños de Timothy como excusa para dejar de discutir y perdonarnos, los haría entrar en razón, Timothy da regaños que te hacen querer volver a nacer y besarle los pies como si fuera un dios.

- Ella tiene razón, Timothy se enoja demasiado, lo único que él querría sería que su familia y la mujer que tanto ama, estén juntos para darse fuerzas mutuamente. - Me secunda el cuñado de Tim.

- Es cierto, Timothy es demasiado agresivo verbalmente cuando se enoja. - Secunda el señor Baker. - Y de parte de toda la familia te pido disculpas por haberte gritado no hace mucho y haberte culpado por eso, tú no ibas conduciendo el camión, tú no le dijiste a Timothy que se quedará en la mitad de la carretera. -

- No se preocupe, no se tiene que disculpar, entiendo el enojo de todos. - Le digo.

- ¿Por qué no nos sentamos? - Pregunta su padre. Asiento y todos tomamos asiento, las personas a nuestro alrededor nos siguen viendo mal, pero todos entablamos una conversación trivial sobre Timothy.

Al cabo de dos horas el doctor Gray aparece con una gran sonrisa frente a nosotros.

- Tengo excelentes noticias para ustedes. - Dice.

Mujer solitaria y codiciosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora