3- Primer día con el rubio s...¿?

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Joan Turner

Ayer tuve un pequeño deja vú muy triste, recordé a mi abuela, otra vez, como cada estúpida noche cada vez que veo la luna, ojalá no hubiera pasado y ojalá que a Timothy se le haya olvidado, no quiero que me pregunte porqué recordé a mi difunta abuela o porqué se lo "dije" cuando nos acabamos de conocer y cuando nos odiamos mutuamente.

El sol ya salió, lo siento en mi cara, pero estoy muy cansada como para levantarme aún, sin embargo, un ruido proveniente de afuera es lo que me hace abrir los ojos. Me levanto y miro por la ventana para ver qué es lo que sucede. Hay un jodido hombre sin camisa, con solo jeans, en una escalera arreglando el poste de luz, debería ser un delito que un hombre así, esté por ahí sin camisa, pero es una completa bendición para los ojos del ser humano; pero todo va bien, hasta que veo como baja, recoge la escalera y vuelve a la casa, es ¡Timothy Baker! Ahora me quiero lavar el cerebro para borrar esos pensamientos impuros al verlo sin camisa.

Me levanto y salgo de la alcoba, justo va entrando con la escalera en su mano izquierda y los guantes en la derecha, es extraño verlo así, pensé que me despertaría temprano y me haría cocinarle o ¿Está planeando asesinarme mientras duermo? Si no lo hace él, yo lo haré un día de éstos.

- ¿Qué? ¿Admirando la vista? Sé que soy guapo, pero tampoco es para que chorrees baba en tu camisa - Me dice, muy gracioso el estúpido. Pongo los ojos en blanco y vuelve a decir - Si vas a poner los ojos en blanco que sea en otra ocasión, no mientras estés recién despierta, de seguro tu aliento es igual al de un perro cuando no le lavan los dientes - Algo ofendida, me doy media vuelta, pero me llama y dice.

- Ay, no, perdón, pobre perro, de seguro tú tienes peor aliento y apuesto $100 a qué es así - Si me doy la vuelta, empezaré a decirle cosas de las que seguro me arrepentiré, así que mejor me quedo callada, sigo mi camino a la habitación y sigo hacia el baño para asearme.

Pongo "Daylight" de Taylor, y me adentro a la ducha; pero cuando estoy a punto de tomar mi jabón, la puerta es abierta, miro hacia ella y veo a Tim con cara de asco, enseguida cubro mis genitales y le digo.

- ¡Lárgate infeliz! - Mientras sigo entrando en pánico, era lo único que me faltaba, de nuevo.

- No te preocupes, tampoco es como que quiera seguir viendo -

- ¡Ja! Ya quisieras ver más allá de lo que hay detrás de mis manos - Es lo único que logro decir antes de qué él tome su cepillo, crema dental y cierre la puerta.

*10 minutos después*

Al salir de la habitación, y dirigirme a la sala, encuentro a Timothy haciendo el desayuno, mejor dicho SU desayuno, ya que cuando le pregunté, me dijo.

- Tú sabes hacerte un sándwich, pues hazlo, no soy tu cocinero, suficiente con haberte dado de comer dos platos de pasta anoche -

Sí, el desgraciado y sexy rubio, me dijo que me cocinara un sándwich y pues, aquí estoy, en mi vestido azul marino de tirantes, pegado hasta la cintura y suelto hasta la mitad del muslo, unos de mis tantos tacones blancos, éstos son estilo bailarina; el hecho de que viniera a un pueblo, no significa que llevará conmigo tennis, jamás usaría eso para el trabajo.

Al terminar de desayunar mi pobre sandwich, empiezo a cambiarme de ropa para ir a ver los negocios del pueblo. Me pongo un pantalón beige, un saco del mismo color, un crop top negro, me cambio los tacones, poniéndome unos negros estilo sandalias; cuando estoy saliendo de la casa, veo a Timothy bajando se de un caballo negro, el cuál es demasiado elegante para éste pueblo, quien sabe cuánto costará, como mucho, le pongo unos diez millones de dólares o quizás euros, ve tú a saber cuánto. Cuando me ve, puedo descifrar lo que dice su cara ¿Y ésta para dónde va? Eso es lo que tiene plasmado en su cara, en su horrible y espeluznante cara.

Mujer solitaria y codiciosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora