Timothy Baker
Hoy al despertar se me ha ocurrido algo, enseñarle a la castaña a ganarse al pueblo, ya sea haciendo obras de caridad, integrándose más, para que le funcione su gestión, no quiero que vaya a la ciudad con las manos vacías y mucho menos que su padre la golpeé de nuevo, Dios, no lo quiero ni imaginar. Así que he decidido no hacer el desayuno, iremos al pueblo a comer, luego le daré un recorrido, le contaré la historia, le puedo decir con qué comencé yo a ganarme a la gente y que vea como ella sí encaja.
- ¡Buenos días vaquita! - Entro a la habitación gritando, pero no pensaba que tuviera el sueño tan pesado, así que decido acercarme a ella y despertarla. Le tocó el hombro, el pie, le hago cosquillas y nada pasa, joder, será que se murió, no se puede morir antes de que llegue a la ciudad, me culparán de homicidio. Pero cuando menos lo espero, se mueve, joder no está muerta, no creí que algún día me fuera a alegrar de ello.
- Timothy, eres un imbécil - Le escucho decir, pero aún sigue dormida. La muevo un poco y se quita el cabello de la cara, y me mira mal. - ¿Que quieres? - Me pregunta mientras se incorpora en la cama.
- Te quiero llevar al pueblo para qué empieces a saber cómo son las cosas aquí. -
- Pero yo no quiero ir, estoy pensando en volver a la ciudad y decirle a papá que fracasé. - Eso por alguna razón me rompe el corazón, no quiero que se vaya, por lo menos no aún.
- Pero aún tienes que gestionar los negocios, Laika te extrañará, no puedes hacerme eso, digo hacerle eso. - Ella me mira con su perfecta ceja castaña arqueada.
- Si puedo, necesito ir al taller a ver si mi camioneta está lista para volver. -
- Tom no ha llamado, así que dudo que esté lista, él dijo que llamaría cuando lo estuviera. - Le recuerdo.
- Bien, entonces iremos al pueblo, supongo. - Se rinde. - Oye, ¿Que hiciste para el desayuno? -
- Nada -
- ¿Cómo que nada? ¿Quieres que muera de hambre? -
- No, vamos a ir a comer al pueblo. Así que vístete y te espero en la camioneta. - Le digo y me dirijo hacia afuera.
Joan Turner
No puedo creerlo, ¿Ir al pueblo a comer? Más bien para que me linchen, no quiero volver allí, todos me miraron mal por haber gritado al salir de la tienda de ropa, me sentí mal, frustrada, decepcionada de mí misma. Al terminar de bañarme y ponerme algo más cómodo para ir al pueblo, salgo y veo la camioneta, pero Timothy no está; al abrir la puerta del copiloto lo veo, está dormido entre ambos asientos, ¿Me habrá esperado tanto tiempo? Pobre, se ve relajado, pasivo, vulnerable, pero sobretodo hermoso, sus largas pestañas, mechones de su cabello caen sobre sus ojitos cerrados, arruga la nariz cuando duerme y tiene los labios entreabiertos, esos labios, los mismos que besé y los cuales quiero besar. Parece darse cuenta de mi presencia aún dormido, porque se reincorpora y me pregunta.
- ¿Llevas mucho tiempo ahí? -
- No, solo unos minutos, pero no te quería despertar, te veías... Muy relajado, y no quería arruinarlo. - Le digo, algo nerviosa, no suelo decir esas cosas, pero supongo que no quiero estar siempre a la defensiva.
- ¿Relajado? -
- Si, y lindo - Siento como las mejillas se calientan, joder, nunca había dicho un cumplido, no puedo creer que él sea la primera persona a la que se lo haga, es raro.
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Mujer solitaria y codiciosa
RomanceJoan Turner, licenciada en gestión y finanzas, hija de uno de los empresarios más poderosos, es enviada por su padre a un pueblo muy lejos de la ciudad que nunca duerme, en éste pueblo, no hay tiendas de marcas de lujo, no hay restaurantes con estre...