4. La Chaqueta

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Puede que sea de esas pocas personas a las que le encanta organizar cosas, pero... No puedo evitarlo. Al principio, cuando Álex me pidió que organizara su cumpleaños, me negué. Después, lo pensé mejor y decidí aceptar con la condición de que durante una semana, me hiciera la cama.

Por ello, me pongo manos a la obra y como toda buena persona desquiciada y obsesionada con la organización, me compro un cuaderno donde apuntar todo lo que necesito para organizar el cumpleaños. En la portada, escribo en grande CUMPLEAÑOS DE ÁLEX con un subrayador azul pastel. Con un boli de color rosa, hago una lista de las tareas necesarias para llevar a cabo el cumpleaños.

1) Reclutar a la gente.

¿Lo más fácil? Hacer un grupo de WhatsApp con todos los implicados. Menos Álex. Otra de las condiciones que hemos acordado es que se enterará de lo que vamos a hacer cuando lleguemos al sitio.

2) Ver opciones.

Noah es el primero que propone un plan que, según él, tiene que ser fijo. Este fin de semana, que coincide con el cumpleaños de Álex, hay una fiesta temática en la discoteca donde él y yo nos conocimos.

Noah: Es una fiesta ochentera.. Podríamos quedar algunos e ir de compras a tiendas vintage para conseguirle la ropa. Y ya de paso miramos algo para nosotros.

Angy: Me encanta la idea, podría ir mañana en vez del viernes y dormir en vuestra casa, Noah. Así os acompaño.

Noah: ¿Una mujer durmiendo en nuestro pisito de solteros? Me escandalizas, Ángela.

Ruby: Tiene razón, ¿cómo vas a meterte en ese zulo lleno de idiotas?

Moisés: ¿Por qué me metéis en el mismo saco que Noah? El gilipollas es él.

Moisés: Angy, no le hagas caso. Ven y entre los dos, le echamos de casa, qué te parece??

Angy: Cada vez me parece mejor ir para allá...

Ruby: Mañana a las 17:30. Así pasáis a por mí a la Uni. 😬🫶

Noah: Virginia, estás pidiendo demasiado. Vas a tener que recompensarnos de alguna manera.

Entonces recuerdo el día que me obligó a salir de la biblioteca para "tomar un café" que nunca llegamos a tomar y solo s eme ocurre darle un poco de su propia medicina.

Ruby: Os veréis recompensados con mi compañía. Hasta mañana.

Javi se ofrece a esperar conmigo hasta que lleguen. El segundo cuatrimestre pinta fuerte y hemos despotricado un poco de los nuevos profesores que nos han tocado. Le noto ausente, más que los otros días y sus ojeras, que siempre están marcadas, hoy están más negras que nunca.

–¿Qué te pasa? –Le pregunto poniéndome delante.

–Nada, ¿por qué lo dices?

–Porque estás tan en tus mundos que ni siquiera te has dado cuenta de que te estás fumando ya el filtro del cigarro. –Le digo quitándole lo que queda de la mano para tirarlo al suelo.

–No he dormido bien.

–Hay algo más.

–No.

–¡No me mientas! Puedes decir que no te apetece contármelo, pero, ¿mentirme a mí? No te lo crees ni tú.

–Eres exasperante.

–Esa palabra solo la diría alguien que estudia derecho.

Una pequeña sonrisa se asoma a sus labios, pero se decanta por borrarla de inmediato y fruncir el ceño. Aun así, me apunto una pequeña victoria por conseguir que haya sonreído durante unas milésimas de segundo.

SI NADIE SE ENTERA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora