Llego a casa con el corazón destrozado, pensando en meterme en la ducha y dejar que el agua caliente, elimine mis energías negativas. El mercurio retrógrado me ha dado bien fuerte esta vez, para que luego digan que la astrología es todo mentira. Solo deseo que termine y que todo vuelva a la normalidad.
Álex está en el salón, comiendo en la pequeña mesa de color blanco donde tantas y tantas veces hemos cenado juntas, jugado a las cartas y hablado de tonterías. Si las miradas mataran, la suya me habría clavado una estaca en mitad del pecho como un vampiro y mi ridícula reacción, es quedarme quieta sin apartar la mirada de ella. Eso es, que duela.
No dice nada, solo coge su plato y se mete en la habitación dando un portazo. Suspiro. Joder. Va a ser difícil solucionar las cosas con ella. Riley me mira con ojos tristes y la única respuesta que puedo darle es fingir una sonrisa e ir directa a la ducha.
Puede que sea demasiado dramática, pero cuando estoy en este estado anímico, lo único que soy capaz de hacer es ponerme canciones que me hundan más todavía, así que mientras me ducho, Marina Reche canta Mil Preguntas y siento que el corazón se me rompe un poco más, ¿acaso no me podría haber puesto una bachata o algo así?
Termino en mi cama, con la toalla rodeando mi cuerpo y mirando al techo, pensando en qué podría hacer para que Álex me perdonara... Hasta que me doy cuenta que todavía no le he pedido perdón. Me pongo mi pijama rosa y escribo en un cacho de cartulina que tengo por la habitación un "Lo siento, espero que algún día puedas perdonarme".
Voy hasta su puerta y dudo en si meter el papel por debajo de esta. Me muerdo el labio, ¿es demasiado cursi para Álex? Da igual. Lo voy a hacer. Tengo que hacerlo. Me agacho y meto el papelito por debajo de su puerta, después llamo y salgo corriendo para encerrarme en la habitación.
Me quedo quieta, casi sin respirar, esperando escuchar sus pasos y cuando lo hago, el corazón empieza a latirme tan rápido que pienso que se va a salir de mi pecho. No escucho más que otra vez sus pasos y los muelles de su cama. Sabía que no sería suficiente, pero eso no significa que no duela.
Pasan varios días en los que Álex me esquiva, en los que cada vez que me ve, se encierra en su habitación y que si me ve en la parada del bus, se sienta en la otra punta y se pone los cascos. He ido dejando notas todos los días por debajo de su puerta, lo he tomado como tradición. Ayer le puse "Te echo de menos" y el otro día fue "Entiendo que sigas enfadada, espero que algún día dejes de estarlo". No sé si funcionará, pero tengo la esperanza que algún día lo haga.
Llego a casa como cada día, cansada después de haber estado estudiando toda la tarde en la biblioteca. Álex está ya cenando y cuando me ve, va a hacer el mismo movimiento que todas las noches, pero esta vez la voz de Riley la consigue parar.
–Álex, espera un momento.
La morena se queda plantada en mitad del salón y yo trago saliva. Es la primera vez desde que estamos enfadadas que la veo durante tanto rato.
–Mañana he invitado a Rosa a cenar. Quiero que estéis. Las dos. Y que os comportéis como adultas.
Álex me mira y se muerde el labio. Asiente lentamente y se va, sin decir nada más. Cuando escucho su puerta cerrarse, voy hasta Riley y le doy un abrazo.
–Gracias, Riles. Sé que lo has hecho para que nos perdonemos de una vez.
–Sé que Álex está decepcionada, pero no para de preguntarme por ti, por si estás bien. Quiere perdonarte, pero no sabe como.
Sonrío como no hacía en varios días y la vuelvo a dar un abrazo y un beso en la cabeza.
–Te quiero, pelirroja. –Apoyo mis manos sobre mis caderas. –¿Y qué le vamos a preparar a la Rosa de nuestros amores para cenar?
Tras elaborar un menú y quedar que mañana en vez de irme a estudiar, iré a casa para acompañar a Riley al súper y coger las cosas para la cena, me meto en mi habitación. Miro las cartulinas que tengo encima de mi escritorio y vuelvo a sonreír. Riley es tan buena que jamás podré agradecerle todo lo que hace por nosotras. Quizás no sea la persona más afín a mí, pero eso no quiere decir que me encante hablar con ella o escandalizarla. Es maravillosa en todas sus facetas, siempre busca que estemos bien entre nosotras y que la convivencia sea lo más fácil posible. Espero que para el año que viene, cuando cambiemos de piso porque Angy se venga a estudiar con nosotras y necesitemos una casa más grande, no se arrepienta en el último momento y se vaya a la residencia de estudiantes como tantas veces nos ha amenazado cuando le preguntábamos tonterías Álex y yo.
Me levanto de la cama, pensando en Álex ahora. Voy a dar por enterrada el hacha de guerra con este último mensaje y va a ser el último que le escriba, porque no va a haber nada que solucione nuestra amistad si esto no lo consigue. Como todos los días, cuando lo termino de escribir, voy a su puerta y lo meto por debajo. Después, doy dos toques y me voy de allí.
Me meto en la cama pensando en el mensaje y escucho sus pasos ir hasta la puerta.
"Si quieres impresionar a Rosa, puedes mirar en mi armario. Salgo de clase a las 15:00. Tienes hasta entonces para rebuscar."
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SI NADIE SE ENTERA
Teen FictionCONTIENE SPOILERS DE 'SI TE ATREVES', no hace falta leerlo para entender este libro pero es recomendable El hermano de tu mejor amiga siempre está vetado. Puedes tener fantasías, pensar en lo guapo que es o en lo bien que le queda el color verde pe...