11. ¿Quieres Ser mi Cómplice?

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RUBY

No puedo soportar esta presión llamada "llevar a un amigo al grupo y querer que se sienta cómodo y que a tus amigos les caiga bien".

No paro de morderme las uñas pensando en todos los escenarios posibles:

1) Que él no esté cómodo y que en vez de ayudarle, solo consiga que se sienta peor todavía.

2) Que a mis amigos no les caiga bien y estropee el cumpleaños de Álex.

3) Ambas respuestas son correctas.

Nunca he sido de rezar, pero ahora mismo en mi cabeza solo resuena el padre nuestro.

Aunque, para mi tranquilidad, no parece haber perturbado el ambiente la llegada de Javi. Todos hablan entre ellos. Todos excepto él, excepto Noah. Él solo nos mira en silencio, analizándonos, lo que consigue que todavía me ponga más nerviosa si eso fuera posible. No paro de preguntarme qué estará pasando por esa cabeza que muchas veces parece que está completamente hueca.

Entonces, lo veo. Noto como se decide. Noto como se echa hacia delante, con una sonrisa diabólica y con esa cara de pillo que tanto le caracteriza. Lo que más me aterra de todo eso, es que ha escogido su víctima: Javi.

–Eras... Dani, ¿verdad? –Pregunta Noah entrecerrando los ojos.

Si las miradas mataran, la cabeza de Noah Villanueva estaría rodando por el suelo del restaurante ahora mismo. Y no lo digo por mi amigo, a él le da igual todo, lo digo por mí.

–Javi.

–Ah, sí, perdona. Se me dan fatal los nombres. –Dice el rubio volviendo a apoyar la espalda en el respaldo y se mira las uñas fingiendo desinterés. –Y dime, Dan... Javi, ¿de qué conoces a Virginia?

–¿Virginia? –Pregunta arrugando la cara. –¿Quién es Virginia? –Se gira para mirarme con el ceño fruncido. –¿Te llamas Virginia?

–¡Vas a mi clase, Javier! ¿Cómo no puedes saber cómo me llamo?

Él solo se encoge de hombros, como si no saberse mi nombre fuera lo más normal del mundo.

–Y, ¿sabes lo peor de todo? Que sus padres le llaman 'Virgi. –Responde Álex asomando su cabeza para que Javi pueda verla. Pero no es Javi el que me preocupa ahora mismo. Él seguirá llamándome Ruby, en cambio Noah...

–Alexia, ¿puedes cerrar el pico? –Aprieto tanto los dientes que tengo miedo de que se me salte un empaste, como el dentista es tan barato...

–¡Virgi! ¡Dios! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Es el momento más feliz de mi pobre existencia, ¡te quiero tanto, hermanita!

Me tapo la cara, queriendo asesinar a cualquiera de los dos hermanos Villanueva, ¡¿en qué momento le ha parecido buena idea a Álex decir que mis padres me llaman Virgi?!

–Entonces, Javi, conoces a Virgi de clase.

Veo la sonrisa de mi amigo para no reírse. Al menos, ser el centro de todos los puños, ha conseguido que él se olvide de toda la mierda que tiene en la cabeza.

¡Que esta humillación no sea en vano!

–Eso parece.

–¿Y todavía te quedan ganas de verla después de aguantarla en clase? ¿No te parece que tiene una voz un tanto chillona?

–Me parece peor que se muerda las uñas; siempre tiene los dedos llenos de heridas.

–Ahora me toca a mí, ya que estamos jugando a meternos con las personas. –Finjo una sonrisa y le quito la capucha a Javi. –¿Se puede saber por qué siempre llevas esa capucha puesta? Pareces un psicópata que tiene escondidas en su nevera a sus víctimas. O un imbécil que no se ducha y se pone la capucha para que no se le vea el pelo de lo sucio que lo tiene. –Ahora miro a Noah. Me cuesta pensar en algo malo de él, aunque solo dura un segundo, no como mi enfado que es duradero, ¿se puede saber en qué momento han decidido compincharse en contra de mí? –Y tú, Noah Villanueva, ¿sabes lo que es el silencio? ¿O acaso no sabes cerrar la boca durante más de 5 segundos?

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