Era cerca del mediodía, la calidez de la pronta llegada del verano comenzaba a invadir de a poco cada espacio abierto o cerrado. Todo era verdor, la luz del sol caía sobre el Avon, y junto al viento generaba un sinuoso movimiento de sus aguas reflejando el mismo verdor de la campiña. Los cisnes formaban elegantes tumultos, disfrutaban libres en placentera estadía. Terry observaba cada detalle del bello espectáculo que se rendía ante sus ojos, lo observaba desde la ventana de su oficina en el Memorial. Recordó a Anne, y sonreía a solas infantilmente ante una estampa que su pequeña niña rubia disfrutaría sin refrenos de admiración. Volvió a su escritorio para continuar el trabajo administrativo que a ratos lo aburría pero que era tan importante como su trabajo creativo. Debía dedicar varias horas a la semana a estos menesteres, que, aunque odiosos formaban parte de sus responsabilidades como director del teatro. Lo atendía con la dedicación que se merecían, era escrupuloso y se detenía hasta en los más pequeños detalles. Se había obligado, ya desde anteriores años a aprender algunos conceptos administrativos y contables, le gustaba defenderse bien en estas áreas cuando le tocaba lidiar con las reuniones de la comisión que dirigía el complejo teatral. Además, eso lo hacía más consciente de la envergadura de su compromiso con la ciudad.
A ratos se detenía para fumar un cigarrillo frente a la ventana, ese día en particular también lo distraía la lectura de un guion que recién había descubierto en el archivo de su despacho, una reproducción del primer folio de Tito Andrónico, hecha en 1923, fiel al manuscrito de esta obra escrita por Shakespeare en 1593. No veía el momento de poder mostrárselo a Oliver, también se lo mostraría a Lawrence, pero sabía que sería Ollie quien compartiría su pueril fascinación. Desde el hallazgo mismo se preguntó si aquella era una señal para aventurarse y ponerla en escena, pero tenía un dilema ético con ella. Como buen hombre de teatro creía tanto en las supersticiones como en los augurios y los sucesos que vendrían sobre sí ese día que avanzaba ya la mitad de sus horas se lo confirmarían.
Una voz llamándolo tras él lo hizo volver desde la ventana de nuevo hasta su escritorio, uno de los ayudantes traía en sus manos la correspondencia. La recibió descuidadamente, y dejando de un lado el guion se sentó para revisar y leer uno a uno los sobres recibidos, hasta detenerse en uno que provocó en él un estremecimiento. Lo puso sobre el escritorio, así como el resto. Terry no podía apreciar el cambio repentino de su semblante, pero podía sentir como todos los músculos de su rostro se contraían y tensaban. Se levantó de súbito y salió al pasillo tan rápido como pudo para detener al joven ayudante, pidiéndole que de inmediato buscara a Oliver y le dijera de su parte que viniera hasta la oficina, sin importar lo que estaba haciendo.
—Me mandaste a llamar papá —dijo Oliver apenas entró a la oficina —estaba en la prueba de vestuario.
Desde su escritorio Terry sólo asintió y le indicó que cerrara la puerta.
Oliver vestido con el traje de Romeo se acercó en silencio hasta una de las sillas detrás del escritorio y se sentó, antes se quitó un pequeño sombrero que completaba su atuendo y esperó en silencio, el rostro adusto de su padre le advertía que aquella no sería una conversación amigable, pero no podía imaginarse de qué se trataba. Observó que su padre se levantó del asiento y caminó hasta la ventana. Antes de hablar Terry dio varios golpecitos en su frente con la mano en un puño, y dirigió su mirada luego al mismo paisaje que había contemplado unos minutos antes.
—Hace un rato estaba parado aquí mirando al río, me entretuve viendo los cisnes. De pronto llegó una parvada y se unió a la que ya estaba allí, y llegó otra y otra, y algunos pájaros. Se armó un espléndido alboroto con los graznidos de todos los cisnes y el sonido de los pájaros. Pensé en Anne, de lo mucho que me hubiese gustado que estuviera aquí conmigo para poder ver su expresión observando tal espectáculo. Adoro que tenga esa capacidad inocente de maravillarse con este tipo de cosas. Me encanta que sea una fuente inagotable de asombro y sus dulces maneras de expresarlas, bien sabes que la amo completamente.
![](https://img.wattpad.com/cover/343155223-288-k263280.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dear Terry: Nosotros en la tempestad
FanfictionTras el estallido de la guerra los Granchester se han asentado en una hermosa Cotswold Cottage en la ribera del río Avon en Stratford. Un sitio ideal para llevar una vida tranquila, pero es mayo de 1941, nadie en Inglaterra podía llevar una vida tra...