12.-

35 5 0
                                    

Kenny

Después de la charla con la psicóloga me pidió hablar antes de marcharme a casa. Estaba esperando en la recepción a que llegara para ver qué necesitaba. En eso una enfermera me reconoció y se acercó a saludarme.

— Buenas tardes, Kenny.

— Buenas tardes.

— Lamento decirte esto pero los exámenes que te hicimos estarán hasta mañana, ya que al ser por sistema público hay mucha gente en espera.

— Lo entiendo, no hay problema, puedo esperar. Puede que no tenga dinero pero si paciencia

La mujer rió y se fue nuevamente a seguir con sus labores. Y es que no he querido hablar de nada de esto con Marjorine por miedo a preocuparla durante su proceso de recuperación. Un día mientras esperaba que me dejarán entrar a la sala principal, me empezó a sangrar la nariz y me mareé de sobremanera, casi causándome un desmayo. Un doctor me revisó de urgencias y se apiadó de mi por no poder pagarle la consulta, se encargó de mandar a hacerme los exámenes gratis, con la condición de que siguiera yendo a las revisiones.

Según tengo entendido sospechan que sea alguna infección o algo por el estilo. Pero no es algo que me sorprenda, me suelo enfermar mucho, aunque si es raro ya que después de mi última recaída en los vicios, empecé a sentirme peor que de costumbre. Estaba tratando de desintoxicar mi organismo pero no pude, y acabé consumiendo otra vez, igual que siempre, recaída tras recaída

No tardó tanto como esperaba. La mujer salió de la habitación y me busco con la mirada, dónde levanté mi brazo saludando para que pudiera verme. En el lugar casi no habían enfermeros y ella pareció aliviada al respecto. Se acercó y tomo asiento a mi lado, busco en su portafolio algunos papeles y habló

— Bueno... Kenny ¿Verdad?

— Ese soy.

Bien, necesito que me respondas algunas cosas, ya que Marjorine no parecía capaz de hablar al respecto

— Si ella no quiso hablarlo no creo que sea de mi incumbencia decirle.

— Porfavor, Kenny. Es algo importante

— ... Cuáles son las preguntas.

— ¿Sabes específicamente si el joven Stotch ha recibido maltrato de alguna forma?

— No estoy seguro de maltrato físico, pero si que ha sufrido mucho maltrato psicológico por culpa de su padre. El es...  No sé cómo decirlo... Marjorine lo vio siendole infiel a su madre con un hombre y ahora resulta ser transfobico. Es muy raro, sabe.

— Ya veo. ¿Sabes si ha tenido algún otro intento de suicidio ante?

— Que yo sepa no. Esta es la primera vez.

— ¿Tu consideras que sea necesario internarla?

— No. Ella solo necesita tranquilidad. Con sus padres en casa es imposible para ella sentirse tranquila. Porque no la respetan.

— Eres su amigo ¿no?

— Creo que, podría decirse que si.

— Bien, con eso terminamos. Si necesito más información te contactaré. Pero lo más posible es que sus padres pierdan el derecho sobre ella. Trataré de hacer que esto sea beneficioso para ella en todo sentido, pero no prometo nada.

— Está bien. Muchas gracias.

Vi a la mujer guardar su libreta que en algún momento sacó (ni me di cuenta). Se marchó por dónde vino y la habitación quedó en silencio. A lo lejos pude ver cómo por el lado de la mujer con la que hablé caminaba una mujer rubia junto a su marido. Oh, no otra vez.

Me metí a la habitación de Marjorine, cerrando la puerta detrás de mí. Al parecer le habían llamado antes, porque se veía muy exaltada.

— No los deje pasar, porfavor.

— Lo siento señorita, dijeron que nos denunciarían si no los dejábamos venir.

— ¡Kenn! Porfavor dile, ellos no pueden entrar, no.

Empezó a llorar y la sonda le incomodaba. Me acerqué a ella y le abracé mientras se calmaba, su respiración era irregular a culpa de todos los aparatos. Al ver que sus lágrimas no paraban limpié sus mejillas mientras tiraba aire con una de mis manos a su rostro, tratando de que tomara aire tranquila. Esto de cuidar a alguien es nuevo, y bastante raro, pero siempre sirve

Justo antes de que los ruidosos padres de marjo entraran, se interpuso un médico, con muy mal humor a regañarles.

— Esta no es hora de visita. Retirense. Tenemos que hacer la revisión diaria.

— Te veo luego.— susurré a Marjorine antes de salir a escondidas de la habitación.

Azul Mar. - KenjorineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora