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Marjorine.

Ayer por la noche salí un tiempo. Necesitaba dinero así que decidí que ir a jugar sería la mejor opción, y claro que lo fué. Gane suficiente así que me di por satisfecha con lo ganado. Ya son las 7am y supuestamente hoy saldré con Kenny.

No sé que se supone que haremos, y tampoco es como que mi querido Kenneth me diera detalles del lugar que visitaremos, así que opte por ponerme algo simple y bastante disimulado.
Aún me da miedo ser yo misma por la calle.

Amarré mi cabello en una coleta baja para terminar mi outfit. Un poleron color celeste y unos jeans negros, lo más básico posible, aunque me da pena no poder arreglarme a gusto para salir con él. Guarde algunas cosas en mi mochila y justo cuando estaba acabando tocaron el timbre. Supuse que era Kenn, así que bajé rápido y abrí la puerta.
Ahí estaba él con unas grandes ojeras y una sonrisa cansada en los labios.

— ¿Estás lista?

— Sip, deja voy por las llaves.

Busqué encima de una mesa y tomé las llaves, cerrando la puerta luego de salir.
Kenny parece algo inquieto, como si estuviera nervioso. Aunque la mayor parte del tiempo está adelantado se suele alterar fácil cuando tiene problemas, talvez sea eso.

— ¿Que tal te fue en casa?

— Ah... Pues... Creo que bien.

— ¿Crees?

— Si, ya sabes. Stuart golpeó a mamá, me metí en la pelea y se desapareció hasta hoy en la mañana.

— Siempre es lo mismo con ese hombre ...

— Ya sé, me tiene harto, de verdad que no sé que haría si algo le llega a pasar a mamá o a Karen...

— Hace mucho no veo a Karen, por cierto.

— Es verdad... Siempre me pregunta por tí.

— ¿Por mí?

— Si, ella te ama, jaja.

— es una chica muy linda.

Kenny se detuvo y yo paré mi caminata a su lado. Estábamos en la estación de buses.
¿Buses? ¿Que tan lejos iremos? No esperaba que sería alguna especie de viaje largo o algo.
Voltee a ver a mi compañero quien me entregó un boleto antes de que pudiera hablar. Empezó a caminar y tuve que correr un poco para seguirle, ya que parecía apresurado.

— ¿A dónde vamos?

— Es una sorpresa.

Hace mucho que no me dan una sorpresa. Me da algo de miedo...

Ambos subimos al bus y Kenny me dió la pasada al asiento junto a la ventana. Acomodé mis cosas y tomé asiento mientras Kenny hacia lo mismo. No sé dónde carajos estoy yendo pero si Kenny no quiere decirme no insistiré. Confío en el y sería patético creer que me hará algo aquí.

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Habían pasado casi tres horas desde que subí al bus. Kenn ahora mismo está dormido apoyado en mi hombro y no me quiero mover por miedo a despertarle. Lleva un buen rato ahí y creo que eya ni siquiera puedo sentir el brazo.

El bus se detuvo y cuando miré por la ventana ya estábamos en el terminal. Kenny despertó al dejar de sentir movimiento (supongo) y miró por la ventana un tanto adormilado.
Tomó sus cosas y yo hice lo mismo para salir de ahí.
Fuera del bus había poca gente, y hacía un poco de calor. No tengo recuerdos de este lugar.

— Tenemos que caminar un poco.

— Oh, está bien.

— Sígueme.

Empezó a caminar en silencio.
Esto me está preocupando un poco, tengo un mal presentimiento pero no sé realmente que es.
Kenny no suele ser tan silencioso ni tan... Raro para sus cosas, su forma de actuar de verdad me está asustando.
Mientras lo seguía miré mi alrededor, parece que estamos lejos de ciudad, hay algunas casas y varios locales de comida donde personas mayores atienden con una gran sonrisa, es bastante bonito.

Kenny no paró en ningún momento hasta que llegamos dónde quería. Me tomó la mano y me guió hasta la orilla de una playa. El sol iluminaba sin mucha fuerza, haciendo un ambiente realmente agradable.
Hace muchos años que no visitaba una playa, este lugar es realmente hermoso.

— ¿Te gusta? Tenía ganas de venir aquí hace un tiempo, pero no había visto la oportunidad.

— Es muy bonito. No hay mucha gente así que no resulta agobiante.

— Lo sé, puedes estar sin escuchar a niños gritando todo el rato.

— Ya, jaja.

Kenny sacó una toalla de su mochila y la tendió en el suelo para sentarse sobre ella.
Olvide que yo no traje una toalla, pero que más da.

Kenneth parecía buscar algo, así que mientras el estaba en lo suyo me quité las zapatillas, dejándolas en la arena y me subí un poco los pantalones para meter los pies al agua. Me dió un escalofrío al sentir el frío del agua, pero reí al sentir aquello. Aproveché de quitarme el poleron, quedando en un top de tiras color crema, algo más apropiado para el calor. Me acerqué a Kenny y dejé mi poleron sobre las zapatillas mientras.

Él me miró y se levantó para imitar mis acciones y acercarse al agua. Caminamos por la orilla un poco mientras Kenn se quejaba de que el agua era muy fría.

— Eres un llorón, Kenneth.

— El agua está fría, déjame en paz.

— ¿Y si no quiero qué?

— No seas molesta.

— Si que lo soy.

Me agaché agarrando agua en mi mano para tirarle a Kenny, quien dió un gritito mientras tiritaba. Solté una risa al ver su expresión molesta y salí corriendo al ver que intentó copiarme. Al ver que no me siguió me di vuelta y le dediqué una sonrisa, el simplemente hizo lo mismo y fue a sentarse en su toalla mientras yo seguía jugando en el agua un rato.

Estuve algunos minutos más mirando el mar, era realmente relajante ahí.

— Marjo...

— ¿Si? — Seguía mirando mi alrededor, me sentía muy bien de ver lugares nuevos, en mi cabeza aún estaba grabada la sala del hospital, y esto era bastante reconfortante.

Yo... Quería...

— No te reprimas Kenn, habla.

— Marjorine... Me gustas.

— ... ¿Qué?

Azul Mar. - KenjorineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora