28. Compromiso

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El Omega se sentía nervioso, no podía ver nada por la venda que cubría sus ojos, pero si podía oler, y podía sentir el tenue aroma a flores, su lobo brincaba emocionado, no sabía qué sorpresa le tenía preparada su alfa pero, sabía que sería especial, tanto como lo que él debia decirle.

—Ya llegamos mi amor —le dijo Jungkook al tiempo que le quitaba la venda y le permitía ver  una carpa blanca, en medio de un campo de flores.

Dentro había una mesa cubierta por un mantel blanco, velas, copas de vino y platos dispuestos para una cena íntima, luces colgaban del techo improvisado. Suave música sonaba gracias a una bocina dispuesta en una esquina.

—Oh por la luna, esto es hermoso Kook, ¿en qué momento lo organizarse?

—En mis horas de trabajo, se que tal vez no es la gran cosa o que parece que lo saqué de una drama cursi, pero ya que no podía llevarte a algún otro lugar, pensé que te podría gustar.

—Me encanta mi amor, a mi no me importa si hubiéramos cenado en casa, mientras lo hagamos juntos.

Jimin terminó de hablar y acercó su rostro al de Jungkook y junto sus bocas, era un beso suave, tierno, lleno de todo el amor que sentía por el alfa.

Cuando separaron Jungkook lo ayudó a sentarse, mientras que un mesero que no sabía de dónde salió, llenaba sus copas de vino y le decía a Jungkook que la cena estaría servida pronto.

Todo marchaba de maravilla y según lo planeado por el alfa, la pareja brindó por su amor, por haberse encontrado a pesar de las circunstancias, ahora que en sus corazones el amor era prioridad no le guardaban rencor a sus antiguas parejas, entendían que ellos habían sido el puente que terminó por unirlos y aunque su infidelidad les dolió y los lastimó en su momento, entendían que gracias a eso ahora estaban juntos y amándose.

La cena transcurrió bien, el momento había llegado Jungkook se puso de pie y caminó hacia Jimin que lo miraba fijamente con sus ojos brillando por la emoción y le extendió la mano para invitarlo a ponerse de pie, lo guío hasta un lado de la carpa.

El cielo estaba adornado por Miles de estrellas y Jimin alzó su mirada para contemplarlas, mientras el alfa a su lado se ponía de rodillas.

—Jimin —habló haciendo que el Omega volteara a verlo y se sorprendiera al verlo arrodillado a su lado.

—Ko… Kook —tartamudeo al hablar.

El alfa tomó su pequeña mano entre las suyas.

—Esta noche aquí, con la luna como testigo quiero pedirte que me dejes ser el hombre que cuide tus pasos, que te proteja de todo mal, que me dejes ser tu compañero no para esta vida, sino para mil vidas, quiero pedirte que me dejes ser tuyo para siempre. ¿Quieres ser mi esposo?

Jimin lloraba, la felicidad que sentía era inmensa, tenía muy claro cuál era su respuesta y sonrió en medio de sus lágrimas.

—Jungkook mi amor, mi alfa, te amo con todo mi corazón y sé que la luna te puso en mi camino, y no hay hombre y alfa más perfecto para compartir mi vida que tú, y sé que no solo serás un excelente compañero sino también un padre maravilloso.

Jimin llevó su mano aún apresada entre las de Jungkook a su vientre, el alfa no podía creer lo que escuchaba, ¿Sería padre?

—Mi amor tu…

—Sí, Kook acepto casarme contigo y tú ¿aceptas ser el mejor padre del mundo?

Ambos lobos aullaban de emoción dentro de su cuerpo, Jungkook se puso en pie y cargo a Jimin haciéndolo girar mientras gritaba de emoción y alegría, la felicidad era inmensa, no solo se casaría con su Omega sino que también tendría un cachorro para dar inicio a su pequeña familia.

Con cuidado puso a Jimin en el suelo y colocó el anillo de compromiso en su dedo anular y selló su compromiso con un beso que poco a poco subió en intensidad. Jungkook se inclinó para cargar a Jimin entre sus brazos y lo llevó hasta la carpa, sabía que se encontraban ya solos y con cuidado lo dejó sobre la mesa.

Ya había pensado en terminar la noche consumando su compromiso entre las piernas de su Omega, había imaginado algo salvaje e impulsivo, pero saber que dentro de ese lindo cuerpo lo hacía actuar con más precaución.

Con cuidado fue despojandolo de su ropa superior, dejando al descubierto su pecho y abdomen, con devoción recorrió con sus labios desde su cuello hasta sus rosados botones, los lamió causando que Jimin jadeara y arquera la espalda, pero no se detuvo bajó hasta llegar a su vientre, besó su aún plano abdomen, acarició la suave piel, mientras desabotonaba el pantalón y cargaba un poco a Jimin para bajarlo con todo y ropa interior.

Sin pudor alguno ingresó el delgado falo de su Omega dentro de su boca, dándole placer, Jimin había tomado su cabello entre sus manos, urgiendolo a decorar con mayor rapidez su miembro, hasta que sintió su vientre contraerse y liberó toda su esencia en su boca.

El alfa se puso de pie y con rapidez se desvistió, Jimin acaricio su cuerpo lo más que pudo, pasó sus ambos por su torso, recorrió su abdomen delineando cada uno de los cuadritos que se dibujaban, movió sus manos a su espalda y lo acercó a él, para volver a besarse, mientras sus piernas se enredaban en la cintura de Jungkook, misma posición que aprovechó el alfa para acomodar su miembro en la lubricada entrada.

Jaló el cuerpo de Jimin para tener más libertad, y fue enterrándose con delicadeza en el tibio interior, con movimientos lentos y tortuosos penetraban a Jimin que gemía gustoso, al sentir sus paredes expandirse al recibirlo.

—Aahhh… Kook más rápido… aaahh

—Lo que ordene mi Omega —dijo para mover sus caderas hacia afuera sacando su miembro casi por completo, para después volverlo a embestir más rápido, golpeando directo en su próstata.

Los gemidos de ambos se incrementaron, el sudor creó una fina capa en ambos, causando un morboso sonido de fricción al chocar sus pieles, sin salir de su interior el alfa tomó entre sus brazos a Jimin y lo recostó en el suelo cubierto por una suave tela, acomodó sus piernas sobre sus hombros, y volvió a penetrarlo, mientras besaba sus pantorrillas.

El miembro del alfa golpeaba el interior de Jimin lanzándolo al abismo de la pasión, hasta que su cuerpo no soportó más y explotó por segunda vez, las réplicas de su orgasmo hicieron que el pene de Jungkook fuera apretado con fuerza por las paredes de Jimin desembocando en su propia liberación, llenándolo por completo.

Con cuidado el alfa salió de Jimin y se acomodó a su lado, continuó besando y acariciando su cuerpo, hasta que las ansias volvieron a despertar, y se volvieron a entregar en cuerpo y alma, fueron horas las que siguieron entregándose al amor que se tenían, con la luna como testigo del inmenso amor que se tenían.

Un amor que había nacido en medio del sufrimiento y del dolor de una infid
elidad y que era tan fuerte que nada ni nadie podía destruir.





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Por fin lo que tanto pedían sucedió, futura boda y un cachorro en camino.
Entramos a la recta final de esta historia. Tal vez un par de capítulos más y llegamos al final.

¿Que pasará ahora?

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

이교도 ★ INFIELES ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora