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Otra semana de clases comenzaba para los estudiantes del Colegio Internacional de Yongsan, el cual abría una vez más sus puertas a chicos de nacionalidades y personalidades diversas, entre estos Taeyong, quien arrastrando un poco los pies, cruzaba...

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Otra semana de clases comenzaba para los estudiantes del Colegio Internacional de Yongsan, el cual abría una vez más sus puertas a chicos de nacionalidades y personalidades diversas, entre estos Taeyong, quien arrastrando un poco los pies, cruzaba el bullicioso pasillo principal del edificio rumbo hacia los casilleros para sacar su libro de matemáticas ya que esa sería su primera asignatura del día.

Ya de pie frente a la estructura, luchaba contra sus pesados párpados ojos los cuales se cerraban por sí solos debido al arduo trabajo de la noche anterior: la jornada se había extendido hasta casi las cuatro de la mañana y había tenido que estar al tanto de todo, aceptando y rechazando solicitudes de trabajo, recibiendo dinero, encargándose de que las chicas contaran con el apoyo del señor Yang y Kamado, y a la misma vez, haciendo las tareas del colegio.

Cuando finalmente tomó el libro y las demás cosas que necesitaría para sus primeras clases, cerró su casillero y caminó escaleras arriba hasta su salón de clases, en donde tomó asiento junto a la ventana como lo hacía desde el primer momento y esperó hasta que el resto de sus compañeros terminaran de llegar.

—Buenos días, tomen asiento por favor y guarden silencio. La clase va a comenzar —indicó el profesor tras cruzar la puerta y se acercó a su escritorio para preparar sus cosas —Iniciaremos tomando asistencia...

Taeyong oyó como el hombre iba llamando uno por uno a sus compañeros respetando el orden alfabético, y así mismo, cada uno elevaba su mano al oír sus nombres,
hasta que el profesor pronunció el nombre de Yerim y no hubo respuesta.

—Kim Yerim... ¿Kim Yerim? —repitió el profesor levantando su mirada de la planilla hasta el asiento vacío de la chica —¿No vino?

—Señor Lee, Yeri me pidió el favor de hacerles saber que al parecer comió algo durante el fin de semana lo cual no le sentó muy bien y le causó gastroenteritis... —Johnny tomó la palabra con firmeza.

—Bien... ¿Qué se debe hacer en este tipo de situaciones para validar la inasistencia a clases?

—Presentar un documento que consolide la asistencia del estudiante ausente a consulta médica... —contestó casi toda la clase en coro.

El profesor asintió mientras escribía algo en la planilla y entonces continuó tomando asistencia. Tiempo después la clase dió inicio.





Tras una ocupada y larga mañana de clases los estudiantes suspiraron aliviados cuando oyeron sonar la campanilla que anunciaba el inicio del primer receso del día.

Como casi siempre, la mayoría se fue hacia la cafetería para tomar el almuerzo mientras que otros decidieron realizar otras actividades. Taeyong, por su parte, prefirió comprarse una sopa instantánea en uno de los kioscos del patio principal y se fue hacia el solitario y tranquilo
patio trasero para tomar asiento en una de las mesitas de concreto.

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